Abraza a tus Enemigos



Empezaron fuerte y sin miramientos, con "John Wayne" y "Me sobra carnaval". Camisa rosa, pantalón negro, el batera con chaleco y las corbatas anudadas sin mucha solemnidad. Se pusieron en formación y a tocar, con los renglones rectos y buen pulso. 

Se repasaron prácticamente el Bestieza entero, de "Vendaval," al principio, a "Mar de sendas," en el tramo final del bolo. En el meridiano del concierto, cayeron otras de ese disco como "Hey Judas", "Menos que un perro", "La ofensa", "Océano" o "Siete mil canciones." Todas ellas resonaron con impacto y ascendente, demostrando que no desmerecen cuando se las intercala entre los clásicos de siempre y que, por ende, Bestieza, su último disco publicado, está a la altura de lo que hicieron antes, que Los Enemigos, a estas alturas del siglo XXI, siguen frescos y con cosas que decir. El mejor ejemplo de todo esto que he dicho, y esta es una opinión muy subjetiva, tanto como el resto de este texto, es una "Siete mil canciones" que tiene ese no sé qué que sí sé que me enciende las entrañas. Con "La ofensa", un Josele Santiago que medía las palabras pero que estuvo ameno y cercano hizo prolegómeno y habló de metástasis en tono metafórico. La imagen acabó de construirla el propio Fino Oyonarte, quien llenó el silencio cuando Josele frenó el arranque de la canción: "gente muy mala". Fino y Josele, Josele y Fino, interactuaron en más de una ocasión, presentándose el uno al otro al  turnarse en las voces. Para cantar "Océano," por ejemplo, Josele presentó a Fino como "the one and only." 

Por supuesto, no solo de Bestieza vivió el concierto. Fino Oyonarte volvió a ser presentado de manera rimbombante y políglota por Josele cuando cantó "No se lo cuentes" y, cuando terminó la otra que cantó, "Océano," Fino le devolvió la ceremonia: "le devuelvo la voz al maestro." Y fue después de este relevo que regresaron a sus clásicos, notándose el efecto entre un público que desafinó pero coreó a gusto una "Septiembre" que probablemente se convirtió también en la canción del repertorio más grabada por los móviles en posición horizontal. Josele también presentó a la banda entera antes de desear que se pegaran un buen calambrazo y pasar a ejecutar "El gran calambre final."

Además de la versión del "Señora" de Joan Manuel Serrat, que se les ha pegado al repertorio como una bendición, no como una lapa o una ladilla, según explicó Josele, sonaron triunfos del pasado que aún funcionan hoy en día como "Yo, El Rey", "Complejo" o varias de La cuenta atrás, como "La cuenta atrás" o "La otra orilla", para la que anunciaron que iban a bajar un pelín la velocidad. Y aquí hay que hacer un aparte y regalarles el oído, porque se le oyó a Josele Santiago dedicarle la canción "al pobre Manu" que era Manuel Monge, Dr Lomo, guitarrista y voz en Lomoken Hoboken, quien falleció este verano. Por supuesto, y volvemos a lo nuestro, sonó  "Desde el jergón" y, a mi parecer, clavaron "Dentro" y les agradecí "Esta mañana he vuelto al barrio" que, en su sencillez y aparente banalidad, revela una letra poderosa e ingeniosa. 

Con todo eso y alguna que se me escapa, porque fui al chino a por cervezas en lata, o que no apunté, se despidieron, sin alharacas pero con buena educación. De hecho, durante todo el concierto se mostraron agradecidos y cercanos, sin estridencias, como son ellos, pero tomándose tiempo para explicar algunas canciones y, sobre todo, dando las gracias después de cada una. 

Hubo, por supuesto, postre. En la traca final, alargaron el espectáculo con tres canciones que hicieron que superaran la hora determinada para el final del bolo. Arrancaron con la ya mencionada "Mar de sendas", para empezar por el presente. Y luego fueron al pasado y recuperaron aquella de los monstruitos, "Clonaciones S.A." De broche, otro detalle que les engalana la visita, dedicándole a Irene una inesperada "Paracaídas", que, más allá de la dedicatoria, la historia contenía mucho más hilo del que tirar pero no me compete a mí contarlo. Ellos, sin darle importancia, sublimaron su elegancia con una despedida parca pero sentida: "habéis sido un público cojonudo y esperamos repetir," concluyó Josele Santiago. 

Todo esto, que no lo he dicho, es el resumen del concierto de Los Enemigos, tal y como yo lo viví, este pasado viernes en la Plaza de Los Fueros de Barakaldo, dentro de lo que han denominado, este año, como Festival Hiriko Soinuak. Han plantado una carpa en el medio de la plaza del pueblo y nos trajeron una buena orquesta para bailar. No lo íbamos a desaprovechar.

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