Cabecera: Vamos a hacer el agosto con la nostalgia más impúdica. Salimos huyendo tan rápido de la rutina que nos trajimos solo de depósito el disco duro del portátil. Así que nos vamos a pasar el verano escuchando música que podríamos llamar antigua, subjetiva y objetivamente. Y en un ejercicio de reciclaje patético, vamos a mantener el chiringuito abierto hablando brevemente (nunca más de 30 líneas) de discos que en su día machacamos y que hacía mucho tiempo que no oíamos. Se nos verán las vergüenzas, pero a quién le importa en esta época de verbenas y barbacoas, ¿no? De etiqueta aglutinadora, un chiste malo marca de la casa pero refrescante: Tinto de Fiasco!!
Esto llegó a casa porque cuando los que saben hablan, el deber es escuchar en silencio. Y estando en la cueva donde el mago de Muriedas lleva año marmitando rock and roll, mencionó el nombre de esta banda y dijo que su próximo disco era la bomba. Así que llegué a casa, recordé el nombre y no sé el tiempo que ha pasado desde entonces, bastante, sí, espera, lo sé, lo busco, más de cuatro años porque si yo estaba aquel día allí era porque me habían invitado los Milana que andaban grabando su disco Cicatriz.
De la matriz de la música nace este disco.
Y desde que entró en casa, nunca ha salido. Es recurrente darle al play y que suene "Pain", por ejemplo, si queremos ponernos a bailar los tres, como si no hubiera un mañana.
Pero bueno, "Sunshine Don't Make the Sun", las guitarras blueseras de "Let's Go to Mars", el riff de "Tall, Black & Bitter", el vacile de "Adorable", con la voz de Whitefield saliendo de un pozo, todo vale, todo se eleva, todo resuena y revitaliza en este disco que, de principio a fin, te atrapa y te sacude.
Por supuesto, porque con las últimas, no me ando con contemplaciones, compartimos "Pain" y el resto, si os apetece y os descubro algo nuevo, que lo dudo, lo investigáis por vuestra cuenta.
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