Estómago rebelde



Hoy he hecho algo que quizás no debía hacer pero que necesitaba hacerlo. Ha llegado la hora de comer y en lugar de hacerlo en diez minutos, me he tomado cuarenta para masticar y hacer la digestión. Así que, en lugar de encender la televisión y que la providencia elija un canal, he decidido poner una película y tenerla ahí de fondo, de compañía y banda sonora.
Como ya la había visto antes y pensaba que podría seguirla así como de soslayo, sin prestarla mucha atención, he decidido ver la que en castellano tradujeron como Corazón Rebelde. Una película basada en el libro de Thomas Cobb quien, al parecer, se fijó en las figuras de Hank Thompson y Ramblin' Jack Elliott para configurar el personaje principal de su novela y, por ende, de la película en cuestión, Bad Blake, al que da vida Jeff Bridges y por cuya actuación ganó la estatuilla de oro en los Premios de la academia de 2009. El Óscar, vamos, dejémonos de chorradas.
No voy a deciros mucho del argumento por si luego queréis ir, verla, y disfrutarla por vuestra cuenta, pero cuenta la historia de un cantante de country venido a menos y que a sus cincuenta y muchos años tiene que encarar un problema con el alcohol y la decadencia de su carrera artística. Hay una historia de amor, canciones en directo, una actuación estelar de Colin Farrell, originario de Dublín y aquí haciendo de tejano con principios, y esa visión entre crepuscular y realista de la vida del artista, ya sea en el escenario, detrás de él o cuando vuelve a casa. Vamos, que yo creo que es una buena película y que, hoy, mientras la hacía, me la comía, y luego la digería, la comida, digo, me parecío la mejor manera de disfrutar de un rato alejado de mis tormentos y preocupaciones. Además, la música de Stephen Burton, T Bone Burnett y Ryan Bingham también fue premiada y hace que la película sea aún más emotiva y efectiva. Bingham, por cierto, aparece en la película haciendo de Tony de Tony & The Renegades.
Bien. Pues me he puesto a verla y por supuesto me he visto obligado a prestarla atención. No he podido dejarla de fondo, como el muzak cuando estás de compras, o el trino de los pájaros cuando paseas por el bosque, no, he tenido, como debía haber sospechado, he tenido que dedicarle toda la atención y he vuelto atrás, he visto otras escenas por tercera vez y, al final, hasta he copiado los diálogos que más me gustan.
Como no he tenido suficiente con eso, ahora voy y los copio aquí y hasta me pongo a traducirlos y los dejo como una invitación a que vayáis y os alquiléis la película y la veais. Lo que más me gusta de esos diálogos es que, en gran parte, no tienen nada de excepcionales, una gran hondura poética, ninguna trascendencia filosófica. Son conversaciones naturales que ganan su impacto por la voz profunda de Blake, el fondo que lo envuelve, su mirada traslúcida. No parecen decir nada, pero tienen la profundidad de las cosas sencillas que desfilan por delante de las maximas autoridades.
El único problema, quizás, es que la traducción es mía y probablemente, no sea una buena traducción. También que la elección es mía, y probablemente, no sea una buena elección. La parte técnica de los últimos diálogos me costó, en parte porque aunque entienda lo que dicen y lo que quieren decir, no manejo la jerga técnica en castellano con la soltura con la que debería.


1. Bad Blake tiene concierto en una bolera de un pequeño pueblo en New Mexico, donde, además, no le pusieron a cuenta los gastos de la barra. Consigue que un fan le regale una botella de McClure's y se encierra en la habitación de su motel para disfrutar de ella. El cantante de la banda que le acompañará durante el concierto, le visita para invitarle a ensayar, y él le dice que va a cenar algo y que en una hora se reunirá con ellos, pero, en lugar de cenar, se termina su botella de McClure's y aparece por el local arrastrando su guitarra sin prisa pero sin resaca. La banda le espera fuera rulándose un porro:

- Thought you weren't gonna show.
- Son, I've played sick, drunk, divorced and on the run. Bad Blake hasn't missed a goddamn show in his whole fuckin' life. Not even playin' a fuckin' bowling alley backed by a bunch of hippies.

- Pensábamos que no ibas a aparecer. 
- Hijo, he tocado enfermo, borracho, divorciado y a la fuga. Bad Blake no se ha perdido un maldito concierto en su puta vida. Ni tan siquiera si he de tocar en una jodida bolera y teniendo a una manada de jipis como banda de acompañamiento. 


2. Bad Blake llega a Santa Fe y una joven consigue que le conceda unos minutos para entrevistarle. En un momento dado, ante un Blake descamisado, que para para fumar mientras se come un filete y bebe más whisky, y con un juego erótico un tanto repentino entre ambos, contesta a las preguntas de la entrevistadora:

- You feel like your music is also influenced by the blues?
- Oh, yeah.
- Son House, Big Bill Broonzy.
- We all owe our existence to them Delta Boys.

- ¿Sientes que también el blues ha ejercido una influencia en tu música?
- Sí, claro. 
- Son House, Big Bill Broonzy. 
- Todos le debemos nuestra vida a los chicos del Delta. 


3. Ésta es simplemente la siguiente pregunta que le hace, y él se recuesta en el sofá e intenta tapar la barriga con su camisa desabrochada.

- You ever want to do anything else?
- Play baseball. I was pretty good, too, you know, for a while there. I couldn't hit the curveball. Well, I just figured I'd stick with the guitar, you know? Son of a bitch stayed where he was supposed to.

- ¿Alguna vez quisiste hacer algo distinto?
- Jugar al béisbol. Y, durante un tiempo, también fui un buen jugador. No podía pegarle a la bola curva. Así que pensé que era mejor dedicarle mi tiempo a la guitarra, ¿sabes? La hijadeputa se quedaba quieta en donde debía quedarse. 


4. En una historia que se ha convertido ya en recurrente y casi metafórica cuando alguien habla de música country y quiere reflejar la distancia entre un enfoque más romántico y auténtico de la música de raíces y el poder económico en el que se ha convertido el negocio, Bad Blake guarda una antigua y polémica relación con Tommy Sweet (Colin Farrell) quien ahora disfruta de un éxito al que tuvo acceso gracias a las canciones y el patronazgo del propio Blake. Blake está desesperado porque necesita dinero y un empujón para relanzar su carrera, y su mánager le sorprende con una llamada para anunciarle que le ha conseguido un concierto en un pabellón en Phoenix, Arizona, y que tendrá la posibilidad de tocar ante 12.000 personas. El único problema es que actuará como telonero. Tendrá que abrir para el propio Tommy Sweet. Por supuesto, acepta, a pesar de que reniega, y cuando llega al concierto, mantiene esta conversación con el técnico de sonido, llamado Bear. Diréis, y qué. No sé qué, o por qué, pero yo rebobino y la vuelvo a escuchar. Quizás es por el choque enérgico entre los protagonistas, por la expectación, yo qué sé, quizás simplemente porque hablan de lo que no entiendo y querría comprender mejor:

- Hey, how you doin', man? So what's your equipment like?
- Fender Tremolux.
- That's it?
- That's it, pal.
- You got a preference -- Marshall, Peavey, Vox?
- I like my Fender.
- You like your Fender. Okay, no sweat. We'll mike it right into the PA. Where's your stuff?
- '78 Suburban out back.
- All right, I'll take care of it.

- Aupa, ¿qué tal, tío? ¿Cuál es tu equipo entonces?
- Un Fender Tremolux. 
- ¿Eso es todo?
- Eso es todo, colega. 
- Y, ¿tienes alguna preferencia? ¿Marshall, Peavey, Vox?
- Prefiero mi Fender.
- Prefieres tu Fender. De acuerdo, no te preocupes. Lo conectaremos directamente a la megafonía. ¿Dónde están tus cosas?
- Un Suburban del 78, fuera, en la trasera. 
- De acuerdo, yo me encargo de todo.


5. Y lo mismo pasa con esta otra que tiene a los mismos protagonistas. Probando sonido, la platea vacía, el escenario a oscuras, el día soleado y un vocabulario que parece tan particular como las señas en una partida de mus:

- Two bars of D and then we hit the top of the bridge. Go on. Count it off, Johnny.
- One, two. One, two, three, four!
- No, no, no. Bear. Bear. Bear. I need kick and snare. Turn down the damn guitars. You're drowning out my lyrics.
- The mix is good, man. You can't hear what I' hearing out here.
- Yeah, you'd be surprised. Set it the way I tell ya and leave it.
- The mix is just fine, man. Trust me on this.
- Bear, I'm an old man. I get grumpy. Humor me. Damn soundmen. They try to fuck up the opening act. You know? It makes the headliner sound that much better. That's her fuckin' job.
- You got another half hour there, cowboy.
- Hey there, partner. We're gonna be up on this stage till we get the mix the way I want it. Set the mix the way I want it or I'm gonna be up here rehearsing right through Tommy's set. Let's take it from the top of the bridge. Let's see how Bear does. One, two, three, four. Now the guitars are sounding right.

- Empezamos con compás en re, dos veces, y seguimos hasta terminar el puente. Venga, va. Lleva la cuenta, Johnny. 
- Un, dos, un, dos, tres, ¡cuatro!
- No, no, no. Bear. Bear. Bear. Necesito caja y bombo. Baja las malditas guitarras. Estás ahogando la letra. 
- La mezcla es buena, tío. Tú no puedes escuchar lo que yo escucho aquí fuera. 
- Sí, ya, te sorprenderías. Hadlo como te digo y ya está. 
- La mezcla suena bien, tío. Confía en mí. 
- Bear, soy un viejo. Me pongo muy cascarrabias. Alégrame el día, anda. Malditos técnicos. Intentan joder al telonero, ¿sabes? Así consiguen que el cabeza de cartel suene mucho mejor. Ése es su maldito trabajo. 
- Te queda media hora de prueba, vaquero. 
- Escucha, compañero, vamos a estar aquí arriba hasta que suene como yo quiero. Had que suene como te pido o me quedaré aquí ensayando aunque haya llegado el turno de Tommy. Vamos allá, empecemos desde el puente. Vamos a ver qué tal lo hace Bear. Un, dos, tres, cuatro. Eso es, ahora sí que suenan bien las guitarras. 


6. Y, por último, lo que dice justo cuando sube al escenario esa misma noche y, con su guitarra en ristre, mira al público y se acerca al micrófono:

- Sure is good to be with you tonight. Of course, at my age, it's good to be anywhere.

- Encantado de estar con vosotros hoy aquí. Aunque, por supuesto, a mi edad estoy encantado de estar en cualquier lugar.  



¿Por qué?
No sé. Quizás porque, como Bad Blake, todos queremos ser mejores personas de lo que nos hicimos creer que podíamos ser. O músicos, que es lo mismo.



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