Retrofiasco!!: Sudor, Salitre y Mucha Roña de Crisis

 


2009, ya ni me acuerdo. La crisis es, ahora, prácticamente generacional. Por entonces, este disco me pasó rozando, pero, justo este verano, me lo han recordado. En un aparcamiento de una pedanía, dentro de un Renault Austral Evolution, empezaron a sonar y a mí me sonaba todo pero, al mismo tiempo, no me acababan de sonar. Digamos que se me hacían familiares el sudor y el salitre, pero un poco menos la roña. 

Sudor, salitre y mucha roña fue el único disco, hasta donde yo sé, de esta banda de punk, que creo que podríamos situar allá por Bermeo. Escribían la "ch" con "tx" y la "qu" con "k" y cantaban lo mismo en inglés que en castellano, siempre sobre temas de gran calado social, y tendrás que escucharlo tú para juzgar el grado de ironía que haya podido utilizar. 

La comparación con Eskorbuto me imagino que es casi instantánea. Supongo que se podría añadir a cosas como Vómito o RIP, es decir, punk de oi! y de ayer, pero también algo de lo que se hacía en Buenavista, de lo que aún se hace en el Matadero y, por supuesto, a los Ramones. Acelerados, sin escamas ni potinges, crudos y con los patrones típicos del género: bien gritados, estribillo repetibles, coros, batería apresurada, líneas de bajo nerviosas y riffs de guitarra sucios y afilados. La primera del lote, "Estoy borratxo", ya dejaba eso claro, con la batería descabalgada desde el comienzo. Las líneas de bajo emergían en "Me and My Boss" o en "Plastic Girl", pero también en "Mercenarios", más intensa, y luego en "Jóvenes y borratxos". "Olvídate de mí" recordaba mucho a los de Santurtzi y la voz se ahoga mientras los coros saltan sobre los platos. "Ke más puedes perder" era más melódica y más solemne, sonaba a medio tiempo de los primerizos Parabellum, los que grababan en maqueta. "C'mon Baby", en un inglés indescifrable, era más rockanrolera, igual que aquella "Euskadi Gaztea", en euskera, que, en dos minutos, aspiraba, con su estribillo pegadizo, a himno que se pudiera vociferar en directo. Mi favorita es "Hueles a miedo", pero no me preguntes por qué, aunque creo que es por el riff de guitarra. 

Lo del sudor, el salitre y, sobre todo, la roña, te lo tendrían que explicar ellos, antes y ahora. El fondo de la portada, con ese colorido que recuerda a la carta de ajuste, puede que invite igualmente a la nostalgia y a aquello de "qué jóvenes éramos", pero, la verdad, ese aroma fresco al punk diletante e irreverente, carpe diem y sin miedo a nada, todavía se aprecia aunque hayan pasado ya dieciséis años, incluso cuando vamos rozando los cincuenta y estamos en una pedanía, dentro de un Renault Austral Evolution. La evolución, para los coches. 

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