Fiasco Review!!: Don Dinero de R. Dinamita


 

Por algún sitio he leído que ha vendido 100 ejemplares en dos días. Nosotros fuimos testigos. No sé si el nuestro fue el penúltimo. Incluía hasta pendrive para poder escucharlo en mp3. Pendrive que venía pegado con esparadrapo al cedé -- casero, vamos -- pero, oye, bien cuidado, con la portada del disco serigrafiada en el pincho. Lo descubrimos por accidente, como se descubren estas cosas. O, más bien, porque alguien te lleva. En este caso, Iñaki Urbizu "Pela", quien, al final del bolo de La Excavadora en la sala Groove de Portugalete, me dijo ven, que te voy a presentar a un colega. Y el colega era el mismo que durante el bolo hizo una de las mejores exhibiciones de marketing espontáneo que he visto en un directo de punk, saliendo de la mesa del merchan para pasearse por el pogo con dos vinilos de la banda en lugar del rótulo con el round que tocaba, porque parecía una de aquellas azafatas que salía antes en los combates de boxeo. 

R. Dinamita era. Y nos hicimos con su recién sacado Don Dinero

Nos explicó que él ni toca ni casi que canta, pero tiene ideas, y se las había ingeniado para hacerlas realidad. Para ello, recurrió a gran parte de la flor y nata de la ciudad y de la provincia, en este caso, la más al sur. Entre otros, por ejemplo, Borja de Caiman, el propio Pela, Txiki también, Gabi de Segismundo Toxicómano y mucha más gente a la que creo que reconozco en los créditos pero que no voy a nombrarlos e intentar reconocerlos porque si me equivoco quedaría feo y bastante en evidencia me suelo poner ya. El caso es que todos ellos ayudaron a que los temas compuestos por R. Dinamita se grabaran en los DarkMoon Studio y buen trabajo que hicieron porque las composiciones han quedado lucidas y bien lucidas.

Dentro, te digo, hay cuatro temas: "Toca Rock and Roll", y obedecen si es que acaso se tiene que entender como una orden; "Dominguero", punk de protesta y condena; "Don Dinero", la que comparte título con el trabajo entero; y "Luis", que debe hablar de alguien en concreto, la única pista para los foráneos es que tiene el pelo gris, pero se convierte en un sujeto universal que es fácil reconocer aunque no sea este mismo. 

La guitarra rasca para abrir el disco y "Toca Rock and Roll". La canción va arrastrando una historia que pasa de la modorra a la excitación en la misma proporción con la que perdemos luz al avanzar el día. Los estribillos ramonianos, una base rítmica trepanadora y el trabajo en las guitarras consiguen que la canción penetre. Al final, no puedes más que unirte a la petición repetida. "Dominguero", la segunda, empieza lánguida, sobre otra guitarra, esta vez, sin distorsión. Pronto, se une la voz templada y doliente: "el paso de lo humano: caos y destrucción". En realidad, el concepto que se explica, lo de dominguero, parece extrapolable. "Don Dinero" empieza y termina con pasos marciales que anticipan la moraleja de la canción: el dinero como expresión del mal. Inicia la batería y se le une una guitarra que ya suena a resistencia, antes incluso de mencionar la guerra. Voces dobladas con la colaboración de Pela que permiten el juego de espejos: pregunta-respuesta. Recuerdan a Parabellum, por decir algo que recuerde a las décadas finales del siglo pasado y el punk que hacíamos en la margen y también en la capital, que es de donde viene esto ahora, que, con la chorrada, creo que no lo he dicho: Vitoria-Gasteiz, donde se hace la ley y, al parecer, vive "Luis", protagonista del último corte. Yo diría que es ese costumbrismo urbano que tanto ha primado en el punk de nuestra tierra. Empieza con risas y celebraciones y yo me acuerdo de La Polla porque, de nuevo, no se me da muy bien lo de los parecidos, y ya dije que no iba a intentarlo con lo de los nombres, que luego ya habría oportunidades de ponerme en evidencia. Ésta tiene un ritmo que engatusa, de esos excitantes con los que no puedes más que balbucear con felicidad si no eres capaz de seguir la letra.

En resumidas cuentas, cuatro canciones entre el punk y el rock and roll de bar con serrín en el suelo. Muy buen trabajo de guitarras, que lucen, con diferentes matices, por todo el minutaje. Por supuesto, se consume rápido, pero se queda impregnado, puede que por el toque melódico de los versos, que exigen que los recuerdes. Te lo pones cuando sales de Judimendi y ya te lo has oído al llegar a San Cristóbal, para cuando bajas en Adurtza, que te lleva tiempo con tanta rotonda, semáforo, radar de 30 y los carriles de Tuvisa, te ha dado tiempo a escucharlo de nuevo y lo tienes ya inserto como si lo hubieran usado de fondo en una rehabilitación de aquellas del famoso método Ludovico.

 Lo mismo y pico me ha llevado a mí escribir esto, también es verdad.  


Comentarios