No tenemos remedio y seguimos al día las novedades de discográficas como Discos Banana. Hacen música para sus amigos, ya lo sabes, y no sé si a nosotros nos tienen por tal, lo dudo, pero alguien, desde dentro, nos chivó que iban a sacar esto y nos lo agenciamos rápido.
Es que, como quien dice, ha salido hoy. Ayer, creo, o antes de ayer, o anteayer, que creo que es como le gusta a la RAE. Vamos, lo que quiero decir es que lo han colgado en el bandcamp hace tan poco que aún está húmedo.
Hablamos del segundo trabajo de los Waldo Faldo, que han titulado Nueva especie humana, y que sacan con Discos Banana, eso sí, en compañía de otros dos sellos, Bowery Records y JGC Producciones.
Tampoco te creas que vas a encontrar mucha información en el bandcamp. No dicen nada, porque no tendrán ganas: ni dónde lo han grabado ni quiénes ni cómo son ni en qué lugar se enamoraron de ti. Pero yo sé, creo, que lo han grabado con Mikel Biffs (Pookah Sound Studio). Y sé que son cuatro, porque salen cuatro en la foto. Y sé que vienen de otras historias o están metidos en otros fregaos, que aquí hay gente de Campamento Rumano (sí, lo sé, es fácil, quién no reconoce la voz de Vito a estas alturas del partido), Hollywood Sinners y más que no conoceré.
En cualquier caso, lo que sí está en bandcamp es lo importante: el enlace a los cuatro cortes que han grabado para este Nueva especie humana. Cuatro cortes donde recorren varios temas de actualidad (o no), todos al calor del punk sin crestas de jabón chimbo, con los teclados bien afilados, buscando que el ritmo te tonifique las piernas. Del pop al punk, de Devo a Aviador Dro, todo recto de paseo por el medio del parque de Pradolongo.
Ahora va la parte que te puedes saltar; esa en la que me creo que entiendo de qué va.
Y para ello te propongo un sencillo ejercicio que no te hará sudar mucho: escuchar solo diez segundos de cada canción. Escuchas primero los diez segundos que abren "Año 2033" y "Nutrición", y vuelves a Colega de playa, su primera grabación: los sintes se aceleran, las bases les superan, te condenan a dejarte caer por la espiral. Pero si escuchas los primeros diez segundos de "Nueva especia humana" (ponle que 15'', mejor, que ahí más o menos arranca) o los diez de "Cloretilo", más expansivo y colorido, ves que hay algo distinto, más matices, capacidad para transmitirse con un lenguaje más complejo. No seas pendejo, me dirás, vaya chorrada, lo sé, pero ahora te explico más y puede que hasta mejor:
Además del envase, ese synthpunk que revuelve en el cajón del pop, también hay que echarle un vistazo al interior, porque las letras no son muy extensas pero revelan más de lo que parece.
"Año 2033" procede con ese aroma robótico, ese cantar de androide que recuerda a la ciencia ficción de antaño, como en Planeta prohibido, más o menos. Viajan hacia delante en una distopía cercana (solo les falta un año para llegar tan lejos como Vivienne Rook en Years & Years) y la letanía habla de modorra y desidia, de la negligencia de la aquiescencia. Me he inventado esa última expresión, que la verdad es que aquí y ahora suena horrorosa, pero igual como título del último libro de algún sociólogo tan cool que hasta tiene tik-tok podría funcionar.
Las sirenas, en alerta, levantan la tormenta en "Nueva especie humana", que ya canta la línea del título desde el comienzo. La palabra clave es ese "catatonic", me parece oír, que cantan en coro los otros, por detrás de un Vito que ya ha abandonado el fraseo de "Año 2033". Sin embargo, el contenido no se aleja mucho de lo que ya cantaban allí. Parece su (pre)visión del futuro que se nos avecina: mentes secuenciadas y anestesia general.
No iban a quedarse, sin embargo, ahí. Su (pre)visión también tenía que mostrar la causa, cómo se llega hasta ese 2033 y a que tengamos una nueva especie.
Ocurre por cosas como las que cuentan en "Nutrición" y "Cloretilo". La apertura de la primera es más juguetona. Suena a melodía de dibujos animados en la televisión de los años 90. Repetido luego, más rápido y alto, en el descansillo instrumental, gana incluso más empaque; y más aún cuando se deconstruye en la coda. Por el medio, repasan la dieta mediterránea: procesados, fechas de caducidad, colorantes y porquería.
"Cloretilo" arranca con lo que a mí me recuerda, casi, a una cortinilla de los informativos. Y está bien, porque hablan de la última droga de moda, aunque creo que se lleva usando desde los años ochenta. Igual, si se me permite decirlo, es la más punk y la más orgánica. Cuando Vito canta en voz alta la palabra que da título a la canción, por cierto, yo no sé si lo está diciendo realmente o si lo que pronuncia es el nombre de pila del presidente de un famosísimo equipo de fútbol, la mar de castizo y galardonado. En realidad, de lo que hablan, oiga yo lo que oiga, es de ese analgésico de uso cutáneo, muy popular, según me cuentan, en el mundo del deporte o para los que acaban de tatuarse, que, ya desde los años 80, otros y otras lo usaban para pulverizarlo en pañuelos o bufandas e inhalar el cloruro de etilo a la brava, como otros hacen con el disolvente y el pegamento, y conseguir, al parecer, cierta euforia y hasta un estado de semi inconsciencia. Cuentan que se ha vuelto a poner de moda en algunos sitios y ellos aprovechan, con estilo y con un estribillo resbaladizo, para esgrimirlo como argumento en el contexto general del disco. No sé muy bien lo que he dicho.
Pero sí, que han vuelto estos, pero no el que les inspiró para ponerse el nombre, aquel famoso Waldo Geraldo Faldo, que se quedó, como nosotros, allí en el pasado. Puede que siga con su amigo Eddie Winslow, en la Chicago de ficción de los años 90; o en la Filadelfia de Will Smith, porque, según he leído por ahí, este último se fue a Bel-Air, pero Shawn Harrison, el actor que hacía de Waldo Faldo, era uno de los muchachos que salían jugando en una cancha de baloncesto mientras el otro cantaba aquello de que crecía y vivía sin hacer mucho caso de la policía. No creo que los actuales Waldo Faldo tengan pensado hacer nunca una versión de aquella famosa canción. Ni falta que hace. Tenemos bastante con esto que van sembrando, que es suyo y propio y así suena mejor. Además, que nunca está de más, demuestran bien lo que es el punk, que lo vistas como lo vistas, es esto y es mucho más.
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