Tinto de Fiasco Revisited!!: Green Lights de NRBQ


El año pasado en agosto escribí treinta y un entradas, una por cada día del mes. Usé una etiqueta que me inventé sin más reflexión y que este año he abandonado sin ningún remordimiento. A pesar de que ha sido un año un tanto escaso en entradas, necesitaba vacaciones. Y, básicamente, para mí, eso significa alejarme de la pantalla de un ordenador. Volver a disfrutar de letras impresas sobre papel reciclado es uno de los mayores placeres de cada verano. Sobre todo, porque lo hago solo por eso, por placer, abriendo los libros como si acabara de descubrir un pasadizo secreto, oliéndolos como si fueran la cabeza de un bebé, terminándolos como cuando dices adiós a alguien que quieres en un aeropuerto. Sin pantallas de por medio. Este año lo necesitaba. 

El año pasado en agosto, con aquella etiqueta, me dediqué a comentar una canción por día. El día 19 de agosto, que volverá a ser mañana, elegimos una de Lomoken Hoboken. La razón, en realidad, pertenecía al día anterior, tal día como hoy, 18 de agosto, pero de hace un año. Se trataba de una razón que todos hubiéramos preferido que no se diera. Los teléfonos pitaron y anunciaron, más palabras en las pantallas, que Manu Monge había fallecido inesperadamente. Un año más tarde, se convierte una vez más en razón para que vuelva a escribir, en medio de este letargo veraniego, aunque solo sea por recordarle, que merece que lo hagamos eternamente, y ya, de paso, contar alguna cosa. 

Y es que ha sido esta mañana que nos lo han recordado sus antiguos compañeros, en un sentido mensaje, con una imagen poderosa, que no voy a copiar aquí porque es mejor que vayáis a su página de Facebook, la veáis vosotras mismas y le deis a eso que nos gusta que les guste a la gente hoy en día para que Manu nos oiga el blues desde donde esté. 

Por eso, mejor pensado, no voy a "contar alguna cosa" (excepto que visitéis también las redes sociales de Triple Zero Band y compartáis el detalle que han tenido con Manu), eso lo dejo para los próximos días, que ya tenía pensado ir volviendo, y hoy, sin más, lo dedicamos todo a saludar al Oso desde aquí abajo y, si puede, que alce la birra para brindar mientras escuchamos algo que creo que le gustaba:


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