Por sorpresa, sin esperarle, nos alegra que llamen a la puerta, y al abrir, aparezca David Murders con trabajo nuevo bajo el brazo en lugar de una botella de vino o un ramo de flores. Nuevo, sí, aunque también es verdad que esto viene del pasado, porque se trata de una colección de cortes que no entraron en aquel Brussels.dreams del que ya hablamos aquí y que publicó hace como un lustro.
Si en aquel nos asustaba con el bukkake del Manneken Pis en la portada, aquí atemoriza la mirada penetrante de Baudelaire.
Son, como decía, cuatro canciones: "Qué pueden hacer los políticos", "Change", "Bullshit Paranoia" y "He soñado contigo", que ya se grabaron en su día en el Studio 66 de Berango. Ahora, se recuperan y se comparten. Se compartieron, porque apareció en bandcamp y se repartió por redes en el mes de mayo.
Por ahora, que yo sepa, el producto se queda en su versión digital, a la espera de que, algún día, que no estaría mal, a alguien le venga una epifanía y le dé por poner esto (y lo que ya se hizo antes) en vinilo o en otro soporte físico que nos permita disfrutarlo en público, más allá de la intimidad de nuestra conexión a internet.
Sigo con los créditos: toda la música y, por supuesto, las letras son obra de David Mardaras, que no se esconde, me imagino, pero está detrás de ese alter ego creativo llamado David Murders. También son suyos los arreglos, las guitarras, la voz principal y los coros, creo, más las líneas de bajo y hasta la batería programada en "Bullshit Paranoia". Su hermano Víctor Mardaras se encarga de la batería en las otras tres canciones.
El disco pasea sin prisa y con paso firme, a mi entender, por los caminos del punk más acelerado ("Bullshit Paranoia", la más corta, donde el bajo trepana y hay que escudriñar con atención cuál es el tema de la apotema en la deriva moderna) hasta el trazo más metaloide ("Change", la más larga, que parece que se arrastra porque pesa, y donde Mardaras canta en inglés con una voz rotunda y funcionan muy bien los coros y la batería y el solo de la guitarra). En los extremos, porque hablamos de la canción que abre el álbum y la que lo cierra, hay tiempo para atajos. En "Qué pueden hacer los políticos" y "He soñado contigo", yo escucho ecos de post-punk, como retumba la cueva de la oscuridad bien perfilada. Los coros, con muchos matices y efectos, le otorgan pliegues y profundidad (parece que cante una multitud o un ego disociado) a "Qué pueden hacer los políticos", una canción donde priman los arreglos y los ritmos se extienden y se mantiene el nervio a lo largo de toda la canción. Para cerrar el círculo, pero con un tono distinto, "He soñado contigo". Igual que pasaba con la poesía del de la mirada profunda, la belleza nace en esta última canción de las cosas más sencillas y se sublima en los versos que se cantan, abrazando la prosodia de las palabras y el ritmo hipnótico.
Vamos, que nos hemos encontrado con un Murders más radiable y accesible, más urgente y cercano, donde pasa de The Cure a Slayer a través de Eskorbuto, sin dejar de sonar a él mismo, porque sus canciones siempre vienen bien preñadas de cierto misterio, repletas de matices y frunces, con una sonoridad particular y muy expresiva.
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