Ni metrónomos ni infiernos


Cuando llego está Valen (o Patxi, como quieras o quiera él) repartiendo morcilla de Plasencia y vino de pitarra. Lo que sobra lo deja en la barra. Poco después se calza la camisa y se sube arriba (al escenario) con sus dos compañeros: "Venimos de Extremadura, de donde vuestros padres". 

Antimetrónomo se lo tocan casi entero, pero yo creo que empiezan con "Vudú" y, si no me equivoco, siguen con "Qué pasa Iru", que son más antiguas. Pero también te digo que igual me confundo, porque lo sigo todo como a bulto. Por ejemplo, creo que, al principio, también tocan "Novia de Pamplona" y "Pollos, Batidos y Testosterol", pero esto solo lo imagino porque hablan de vigorexia, y Valen (o Patxi, como quieras o quiera él), nos cuenta la historia de Miguel. Pero me pierdo. Me pierdo porque no sé si atiendo al concierto o al interín: que si están nerviosos, que si el Osasuna, que si gelipollas, que si Green Day. Me tiene el corazón en un puño. Porque el Fat Mike de Plasencia, como él mismo se presenta en algún momento, roza el borde del escenario peligrosamente y de espaldas. Ya no puedo más y le grito: "¡Cuidado, joder, que te caes!" Y cuando termina la canción, se ríe, apunta al costado y dice: "Menos mal que me avisa el Golden Caldero". Golden, Holden, qué más da: "Se ha liado", me susurra Sergio Nasti. Y le devuelvo la sonrisa. Mientras me confundan así, oye, un placer y un orgullo. Creo que acaban de cantar "San Lázaro D.O.P." Y nos dice su cantante, Valen-Patxi-Fat Mike, que parecemos "productos congelaos". Y no le falta razón. En primera fila hay una vaguada abandonada donde nadie baila, y mira que no será por lo que intentan azuzar ellos. A menudo, incluso, chinchándonos: que si la bufanda de Osasuna, que si Parabellum, que si putos jipis, que si tal. También tocan esa, que no tengo claro si se titula "No voy a reciclar" o simplemente "Reciclar". Reciclar, no sé, pero patinar, sí: "Patina y ama a tu dentista". Para entonces, el guitarrista se empieza a preocupar: que si les vamos a tirar al pilón, que si les vamos a coger pelusilla. Pero Valen (o Patxi, como quieras o quiera él) no se lo toma al pie de la letra, que no se lo toma a pecho, vamos: "¿Cuál viene?", pregunta, quizás porque no encuentra su setlist, que está hecho un borujo detrás de él, pegado como estuvo antes a su talón. Desde el público alguien grita: "¡Ayatollah!" Pero no le tocan la pirola. Ni se entera y lo que hace, en su lugar, es arrancarse por el gregoriano folclórico para cantarnos a capela el arranque de "La Remolona". Se alarga tanto que su baterista se rebela. Llega "Chronicon Z". Cuando termina, con sorna (me imagino), alguien dice por detrás que se ha hecho larga. Valen (o Patxi, como quieras o quiera él) se parte: "¿Larga? Pues espérate que empiecen los de La Gripe". Y más bromas con Santa Cruz de Paniagua. Tiene que haber venido algún vecino del municipio, si no, no lo entiendo. A Extremadura, por cierto, le dedican la de "Tocino rancio". Y, ahora sí, el bajista casi se mata, yo ya le avisé. Se aguanta con una mano en la pared y evita, de milagro, despeñarse por el acantilado. Tocan "Macu tiene el elixir" y "Vicio en la residencia" antes de que se queje de que le duele la pierna después del golpe. Más les debió doler que la tenista rumana Simona Halep se operara los pechos. Le dedicaron, en su día, una canción y así nos lo cuentan: "Simona". Es la marca de la casa, canciones con letras que muestran que leen la prensa del día, que trepan por la rutina, que tiran de ironía en zapatillas de casa: "Un domingo de miedo", por ejemplo. Y todo esto, y así ya te los defino, en formato trío, base rítmica de patrón sencillo, punteos de guitarra que van del punk al heavy. Hay una fina línea que une el pop y el rock, así que imagínate del punk al hardcore. Por ella se pasean estos haciendo equilibrios. Y hacen también homenajes. De un tirón y sin avisar, se sueltan tres versiones que acompañan con una larga historia sobre su primera experiencia (hace años) en Barakaldo (con Koma Etiliko) y la chica que les dejó dormir en su casa. Primero, "Radio Terror" de Vómito: y nos llaman mustios y se le rompe una cuerda al guitarrista. Después, "Condenado" de R.I.P. Y para el doble tirabuzón: "Porno en acción" de La Polla Records. Poco después, anticipan el final, pero tarda en llegar. Lo que llega es un calvo, que no digo quién lo hace, pero era el dueño de unos calzoncillos fucsia que habían estado asomando durante todo el concierto. Alguien grita por detrás: "¡El cañón del Colorado!" y me imagino que apunta con el dedo hacia el trasero mostrado. Es el momento de "Acróbata vaginal" y hasta se ríe el cantante mientras canta. Y luego sigue el surrealismo: "Abuela, ¿has visto los dragones del salón?" Y la cultura popular: "Sangre en el museo de cera". Guitarrista y bajista se baten en duelos dorsales, pero el de las seis cuerdas se acoquina, porque, desde que rompió una, la guitarra no es suya. Ahora sí, se aproxima el final, y vuelven a pedir por detrás que canten "Ayatollah!", gracias a lo cual podemos disfrutar de cómo pronuncia un cacereño la palabra WiZink. La traca final es de aupa. Primero "Somos una familia feliz", después "Txikitero" y de regalo un viejo clásico: "Chuck Norris".

Así, como has leído el párrafo, perdidos en la jungla y sin machete, con la lengua fuera, así nos vimos nosotros el bolo, que fue largo, pero había tanto que ver y que oír, que hasta se nos hizo corto. Los Jacobos eran, que no sé ni si lo he dicho. Y subían desde allí, desde Plasencia, que creo que eso sí lo he dejado caer. Se trajeron morcilla y una ristra extensa de canciones, sucedidos, chascarrillos, la inflexión de la tierra. Nos regalaron una velada preñada de adobo y magro y lo dieron todo, incluyendo el hígado si hacía falta. Falta hace el humor como un punzón afilado y estos amolan que da gusto.

Eran dos por el precio de uno, como en el supermercado, pasillo del fondo, junto a los ultracongelados. 

Quiero decir que luego subió otro trío, con otros bríos, un estilo que se alejaba del de Los Jacobos. Sin embargo, había sintonía, fraternidad: que las coñas, chanzas y cariños que se lanzaron unos y otros patentaban el aprecio y respeto que se deben guardar. Esta vez, voy a hacerlo al revés, y los presento ya: la banda en cuestión respondía al nombre de La Gripe. Y, sí, puede que ya lo sepas, que han publicado tres discos, Empapado en sudor, Animal y, sobre todo, un Tu infierno, que, por ser el más reciente, también era el que presentaban. Esto puede que también lo sepas y aunque no me considere del gremio, procede y casi obliga contarlo: de los tres miembros de la Gripe, dos, Juantxu Olano y Jesús García, estuvieron en su día en Platero y Tú, que seguro que te suena, ¿verdad? El tercero, que canta y toca la guitarra, es Txema Olabarri, que antes de estar aquí estuvo en Sedientos. Ya te lo he puesto todo bien limpio y ordenado. Sabes quiénes son y te puedes hacer una idea de la música que hicieron. No te pienso poner los nombres porque aquí odiamos las comparaciones, pero te lo sugiero con guasa, que ella está gorda y es fea, es sordomuda y cojea pero puede que me deje llevar, puede que levante la voz y, si me apuras, termino diciendo que brindaremos con tequila, no sé, que es un músculo sano pero necesita acción. Se repasan mucha canción, canciones que llegan desde cualquiera de sus tres discos. A mí, si me haces elegir, me gusta, de entre todas, "Olor a tu mar", quizás. También, la de "Adscrito al sofá". Invitan a gente que sube a cantar con ellos. No les reconozco, lo siento. A la chica la llaman Nuri, o Nuria, pero, insisto, no la conozco. Creo que canta "Empapado en sudor", pero si me confundo tampoco me sorprendería, aunque pediría igualmente perdón. Luego invitan al otro sexo,  que viste gorra y poco más te puedo decir. Tampoco lo tengo claro, pero creo que él canta "Barrancos rocosos" y luego los dos invitados se reúnen en el escenario y juntos harán otra más del repertorio: "Eli". Antes creo que han tocado "He roto mis gafas" y luego creo que añadirán "Animal". El rock que escucho es de factura clásica, con sus riffs sólidos abriendo cada canción. Dicen "muy amables" cuando se les aplaude y vuelven a su último disco para tocar "El dictador". Poco después, anuncian que tienen que ir acabando y después de "Salir" anuncian que viene una de amor y el que salgo soy yo. Hay un ligero parón que aprovecho. Tengo que irme sin que terminen y lo confieso, que no me gusta hablar sin haber estado, así que lo digo para que quede por escrito: que hasta aquí se escuchó y hasta aquí se puede leer; escribir, vamos. 

Y eso. Una noche más en el Mendigo Aretoa, toa, te necesito toa, toa. El que va a ir al pilón, soy yo. 

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