Y hasta Linda Ronstadt entra aquí

Foto del capo del facezie Rock Attitude

Bien, no hay otra solución. Tengo que empezar esta crónica pidiendo perdón. La razón, que el bolo lo completaban dos bandas y solo vimos a una. Sí, empecemos por el principio: tocaban los Monotonos y luego Barracüdas en el Mendigo Aretoa de Barakaldo. El sábado pasado fue, por si quieres saberlo. 

A los Monotonos les vimos la actuación entera, de principio a fin, sin movernos del sitio, a pesar de que pidieran insistentemente que nos acercáramos. Pero el bolo de Barracüdas no pudimos verlo hasta el final. No sé cuánto repertorio escuchamos. Cuatro, cinco canciones quizás. Nos dio tiempo a ver que eran tres y que salieron encorbatados. Nos fijamos en que el bajista tiraba de Rickenbacker. Nos pareció que le daban a ese rock and roll urbano y casi diría que castizo, el que hemos mamado entre txoznas y gaztetxes. Lo hacían con mucho brío. Y por lo que me llegó al oído, con letras de contenido social, que se suele decir. No dio tiempo a mucho más. Nos tuvimos que ir y no nos gusta escribir si no hemos prestado la debida atención. Así que este resumen que acabo de hacer no, no cuenta como crónica. Lo dejamos pendiente para una mejor ocasión. Por cierto, es por eso que el nombre de la banda no va en negrita. 

Que el bolo nos quedara demediado, partido por la mitad, no nos pareció óbice para no hablar del otro hemisferio. Igual que parece desafortunado escribir de lo que no se ha visto bien, creo que es inapropiado que, por ello, no le cediéramos su debido espacio a los que sí vimos al completo. Y eso vamos a hacer, y por eso también esta larga y retorcida introducción. 

Creo que era, no sé, ¿la tercera, la cuarta vez? que veíamos en directo a los Monotonos y, a lo tonto, ya somos monotólogos, que les conocemos casi desde que se aprendieron los intervalos de quinta. Ahora que está cerca ya el día que se metan en el estudio para dejar esto bien prensado, nos hacía ilusión acompañarlos una vez más y ponderar, que ponderamos, si le siguen pillando el pulso, que lo pillan, a la altura del escenario y al vértigo del directo, que existe, por lo que cuentan algunos. Fíjate que, además, hasta aprendimos cosas, que no está mal, porque el saber, no ocupa lugar y ocurre en cualquiera. Si no lo sabías, el cuerpo de una persona es capaz de generar más de 400 julios de calor. ¿Lo sabías? Yo tampoco, pero nos lo enseñó el baterista-vocalista, y mira, otra cosa que nos llevamos, para que la próxima vez que estés viendo El día de mañana con una chica que te gusta y llega la escena en que ella le abraza después de salir del agua gélida del sótano de la Biblioteca pública de Nueva York, donde buceó de manera épica hasta poder hablar por teléfono con su heroico padre, pues te tiras el moco y le sueltas el dato y, quién sabe, igual sale hasta bien. Bien, ¿por dónde íbamos? Sí, eso, que tú tampoco lo puedes ignorar, "no lo puedes soportar". Eso, que ese coro que se canta el guitarra rítmico mientras sacude su instrumento, quedó muy bien, y hablamos de una canción que se titula "Yugular" o algo así y que, en mi humilde opinión, brilló un poco por encima de todas las demás. Y es que hubo más. Hasta trece más, de las que tres eran versiones, las que suelen hacer siempre, desde el principio de los días monotónicos, que son, a saber, una de los Nipple Erectors, otra del Niño Gusano y "Hermana Raya" que es una versión de la Velvet Underground vía Morraia. Por eso, porque es vía Morraia, para tocarla, se subió al escenario Brutus, Álvaro Matilla, Álvaro Brutus, Brutus a secas, no solo en Morraia, si no también en The Heart Junkies y Al Karpenter, por mencionar los dos proyectos en los que más activo le he visto recientemente, porque si tengo que decir todas las bandas en las que ha estado y averiguar si aún siguen vivas, nos da aquí el día siguiente y aún no te he contado que eso, se subió a cantarla con ellos y creo que fue algo que decidieron de golpe e improvisadamente un rato antes en El Cuervo. Aún así, tenía el día inspirado un Brutus que se inventó parte de la letra, pero ahí quedó su estampa, con esas palabras que parece que le crecen de la garganta como estampidas de carneros. Llevaba el jersey atado a la cintura y ni así perdió glamour. Fue un buen momento del concierto, y la mejor de las tres versiones. No estuvieron mal las otras dos, también te lo digo. Y eso a pesar de que a los miembros de la banda en cuestión se les vio pelín sarcásticos y con retranca de la ácida cuando antes de tocar "Creo que te voy a dejar (Bueno, no sé)" (la que adaptan del Niño Gusano, vamos) se reían con sorna mientras contaban que les habían dicho que esta era la mejor canción que tenían. Tienen más, que son suyas además, y conviene destacar: desde aquella primera que escribieron, "Feelin' Good" y que, como siempre, fue con la que cerraron, hasta "New Riffles", que es con la que suelen abrir. Por el medio, volvieron al flamenco-rock, que cada vez tiene más de lo segundo y menos de lo primero, y a todo lo que suelen hacer bueno. Más o menos, yo creo que es esto: esos ritmos que se condensan, la febrícula que pulula por las estrofas hasta que brota de golpe. Se mueven, que ya lo han dicho otros, desde la oscuridad bien entendida del punk-rock australiano hasta el indie peninsular, siendo a veces primo-hermanos de los Eskorbuto y otras un trasunto de algún grupo desconocido de la New wave. Es una mezcla que mola, que ellos azotan con un batería que también es vocalista y que le pone distorsión a la voz, dos guitarras dedicados a labores distintas y un bajista que ocupa la posición central y al que le gusta mucho rasgar las cuerdas del mástil hacia arriba. Van empacando bien y consiguiendo tener su propia personalidad. Sinceramente, y a pesar de que nos pidieran que nos acercáramos, que hicieran chistes con las rivalidades domésticas con el municipio de al lado, que nos enseñaran nuevas unidades para medir energía y que se les veía hablando entre ellos con tranquilidad, yo les vi más espesos y un pelín más maniatados que otras veces, pero igualmente densos y contundentes, defendiendo bien sus canciones. 

Canciones, y hete aquí que por fin cambio de párrafo, que se disponen, como creo que he dicho antes, a dejar grabadas por fin. Gran parte si no todo ese repertorio que pudimos disfrutar el sábado pasado en un Mendigo Aretoa con media entrada pero entregada, se va a registrar para la posteridad los próximos 11 y 12 de marzo. Será entonces cuando los cuatro monotonos se presenten en los estudios Blue Bayou Reconding Studios que tan bien gestiona David Sánchez Damián, al que quizás conozcas, aunque no se dedica solo a eso, por llevar calzado el bajo en los Paniks o vender elixires mágicos en Dr Maha's Miracle Tonic. Seguro que sale bien, porque están haciendo los deberes y preparándose a conciencia. Por ejemplo, uno de ellos, hace unos días, para contármelo, me mandó una captura con la sinopsis de la película que se proponía ver: Blue Bayou de Justin Chon. La sinopsis, por cierto, tiene lo suyo: "Un hombre de ascendencia coreana, que fue adoptado a los 3 años por una familia de Luisiana, se enfrenta a un futuro incierto (e injusto) cuando es arrestado y amenazado con la deportación". La ostia, para verla a las cuatro de la tarde en Antena 3, justo después de que la madre rescate por fin a la hija secuestrada. Ya solo les falta aprenderse la letra de la canción de Linda Ronstadt y seguro que sí, que vendrán "happier times on Blue Bayou". Yo que tú, por una vez, me hacía caso y estaba atento(kounmpo) a lo que salga de ahí. Sí, me voy. Besos. 

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