Cabecera: Vamos a hacer el agosto con la nostalgia más impúdica. Salimos huyendo tan rápido de la rutina que nos trajimos solo de depósito el disco duro del portátil. Así que nos vamos a pasar el verano escuchando música que podríamos llamar antigua, subjetiva y objetivamente. Y en un ejercicio de reciclaje patético, vamos a mantener el chiringuito abierto hablando brevemente (nunca más de 30 líneas) de discos que en su día machacamos y que hacía mucho tiempo que no oíamos. Se nos verán las vergüenzas, pero a quién le importa en esta época de verbenas y barbacoas, ¿no? De etiqueta aglutinadora, un chiste malo marca de la casa pero refrescante: Tinto de Fiasco!!
Gótico, dicen. No sé. Ellos mismos renunciaron hace tiempo a encontrarle una definición a esto. También se suele utilizar mucho el adjetivo "raro" cuando se habla de estos tíos.
Yo, por ejemplo, intento aún entender del todo la historia dentro de la canción "Hallelujah Anyway" y no lo consigo, así que comprendo que lo digan. Lo de raro, digo. Pero me da igual, como a la mayoría. Tienen algo hipnótico.
En parte, la hipnosis de la poesía. La celosía de la oscuridad que atraviesan con su talento para las melodías, los estribillos, el brillo de los arreglos y de la instrumentación. Entrar en el Auto Club es como hacerlo en un laberinto de espejos. Munly se refleja pero en el espejo aparece Slim. Sus diálogos conversan de manera convexa. Vas a tientas por las canciones.
Religión, decadencia, violencia, todas las fronteras de la entraña. Y aún así hacen música que fascina, emociona y enardece.
Leí en su día que este fue el disco más accesible que hicieron. Yo les conocí con este, creo. El resto, aún hoy en día, sigo desbrozándolo. En directo, cuentan, es como participar en una expedición. No lo sé. Si hay que llegar hasta la iglesia de la portada, por favor, cógeme de la mano.
Pero la pregunta es buena: ¿tú conoces bien a tu enemigo? Esa es la que elijo para la entrada de hoy: "Do You Know Thee Enemy?"
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