Tinto de Fiasco!!: Hold Time de M. Ward


Cabecera: Vamos a hacer el agosto con la nostalgia más impúdica. Salimos huyendo tan rápido de la rutina que nos trajimos solo de depósito el disco duro del portátil. Así que nos vamos a pasar el verano escuchando música que podríamos llamar antigua, subjetiva y objetivamente. Y en un ejercicio de reciclaje patético, vamos a mantener el chiringuito abierto hablando brevemente (nunca más de 30 líneas) de discos que en su día machacamos y que hacía mucho tiempo que no oíamos. Se nos verán las vergüenzas, pero a quién le importa en esta época de verbenas y barbacoas, ¿no? De etiqueta aglutinadora, un chiste malo marca de la casa pero refrescante: Tinto de Fiasco!!

Sobre todo me enchufaba una y otra vez la canción "Stars of Leo". Tiene esa apertura tan deliciosa y onírica. Yo me imaginaba buceando desde el fondo del océano y cuando la canción finalmente rebosa era como si sacara la cabeza a la superficie y toda la respiración del mundo llenase mi pecho y toda la música del mar inundase mis oídos. Quizás me venía esa fantasía porque hablaba poéticamente de ese mar de amor, "the sea of love", pero, sobre todo, porque con ese viaje hacia la superficie yo también reconocía los vaivenes de los que habla en la canción, que no son los del vagón de los trenes de Nueva York, pero como si lo fueran. 

También, dentro, había una versión de Buddy Holly ("Rave On"), colaboraba Lucinda Williams ("Oh, Lonesome Me"), y, como no, Zooey Deschanel ("Never Had Nobody Like You"), con quien ya estaba, si no me confundo, en She & Him, o lo estaría luego. 

Aunque ya le conocía desde End of Amnesia, probablemente fuera con Post-War, el disco inmediatamente anterior a Hold Time, con el que M. Ward encontró un espacio primordial en mi dieta musical. De hecho, mi favorita sigue siendo "Vincent O'Brien" de su disco Transfiguration of Vincent. La voz agónica, las cuerdas embaucadoras, todos esos detalles y decoraciones que te obligan a estar atento durante todo el trayecto, porque en cualquier momento una armonía va a tocarte en el hombro para reclamar tu atención. 

No sé qué andará haciendo ahora mismo Matthew Stephen, pero seguro que vuelve a asomarse por aquí algún día. Por ahora, ya reside en mi memoria. 


Comentarios