Fiasco Review!!: Cromosoma de Cromosoma


La tipografía de la portada ya te dice mucho. Tiene ese aire a los años ochenta, cuando creíamos en los cardados, pero, sobre todo, en las máquinas, antes de que a James Cameron se le ocurriera que podían revelarse y Skynet nos jodiera la vida o simplemente cómo nos imaginábamos el futuro. La portada recuerda a la pantalla del ordenador de un River Phoenix con gafas y bata de científico aplicado en Los Exploradores.

Me estoy perdiendo. 

¿De qué hablo? Bueno, lo tienes en el título, del siete pulgadas que acaban de sacar los inconscientes de Discos Banana, en colaboración con Flexidiscos. Grabado en Pookah Sound Studios de la mano de Mike Ether, son un trío que enredan con juguetes, y responden a los nombres de Vito, Kañon y Boozy. De nombre colectivo, se han puesto Cromosoma y el disco es homónimo, por lo tanto, en cursiva, otra vez, Cromosoma. Dentro tienes una canción por cara y, si quieres que te lo diga ya y que recurra a lo manido, sí, suenan a Aviador Dro, por ejemplo, que igual hasta el nombre, por supuesto, guarda relación con aquel disco que grabaron estos en el 85, Cromosomas salvajes. 

Precisamente en la canción que compartía título con el disco, los Aviador Dro hablaba con inquina y empoderamiento del odio que sentían por algunos sujetos de su pasado y hablaban claramente de venganza. Pues, ahora, estos otros, que también son chicos raros, igual que les pasaba a aquellos, no han podido dominar su DNA, y nos vienen con este equilibrismo de sintetizadores y más máquinas que hacen música para hablarnos de astronomía, ahí es nada, y de televisores que se estropean, y me imagino que no son de pantalla plana ni, por supuesto, inteligentes.

Ellos sí que han sido listos, no me jodas, porque han esperado al gran acontecimiento científico de los últimos años para sacar su disco. Justo cuando en California o por ahí han descubierto, por fin, el genoma humano completo, llegan estos y se ponen de nombre Cromosoma. ¿Casualidad? No lo creo. Ellos, igual, ya tenían el secreto, porque a la peña de la ciencia les quedaba por entender las secuencias que se encuentran ahí, en el centrómero, ya sabes, justo el centro del aspa, el punto de unión de los cuatro brazos, donde estos han puesto una "o", que lo mismo es un 0, y si te pones poético y trascendental, anda que no se puede sacar información desoxirribonucleica de esa metáfora.

Me estoy perdiendo. 

Sí, aman la ciencia, aunque sea la infusa, aunque sea la de los planetas. Por eso, la primera canción, "Fuera Plutón", seguro que le mola hasta Neil DeGrasse Tyson, al que igual conoces por The Big Bang Theory, aunque ellos ya seguían su carrera desde que dirigía el planetario Hayden y se le ocurrió joder la rima final de una de las mejores canciones del pop español en 1982, "La canción de Los Planetas" de Enrique y Ana, diciendo que Plutón no era un planeta. Qué cabrón, ton ton ton. ¿No se suponía que el tamaño no importa? La canción de los Cromosoma dura más de dos minutos, pero se tiran cerca de treinta segundos, al final, deshinchando el universo para que los planetas no estén tan hacinados y pueden dejarle hueco otra vez al pobre Plutón: y así se acaba la canción. Tecno-pop con sintetizadores, donde destaca la línea de bajo, siempre por debajo de la voz de Vito, a quien, a veces, acompaña Kañon por detrás. Con esos dos nombres que te he dicho, que ya los dije antes, entenderás que te diga que, sí, puedes decir que recuerdan a Servando Carballar y todos los demás, pero también a Campamento Rumano y sus letras juguetonas.

Para la cara B, sin miramientos, se cascan un medio tiempo o algo así. Una canción con amargura porque a un Vito con la voz bruñida, parece que le duele el alma porque se le ha jodido el televisor, el técnico le ha engañado y ya no puede ver su programa favorito. Si Los Retumbes le cantaban al programa Alienígenas ancestrales, los Cromosoma se van aún más atrás y viajan en el tiempo hasta los días en los que había bigotes de verdad en la televisión. "Medicina fantástica", que es el título de la canción, es una referencia a la sección del Doctor Rosado en el programa de José María Iñigo. Probablemente de crío, vimos a Uri Geller doblar cucharas, pero menos mal que no nos acordamos de los consejos de este mediático galeno que lo mismo te grababa un disco benéfico de villancicos que te decía, cuando solo había uno o dos canales, que el mejor tratamiento contra el ahogamiento era quemar cigarrillos sobre el cuero cabelludo. No te miento, por ahí puedes encontrarlo.

Y con esto, cuatro minutos de eso: synth-pop con cajas de ritmos, sintetizadores y demás aparatos, que se te harán cortos y que, en veinte o veinte mil años, quién sabe, será un incunable de esos que lleven escondido en sus Rimowas los DJs del futuro para sorprenderte. ¿Que no? Pues, no, qué más da: Cromosoma de Cromosoma y a bailar. 

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