Pillo carrerilla, que tengo unas cuantas, no sé cómo. Las he ido encontrando en todos los rincones de la casa, debajo de la cama, dentro del extractor, hasta en un cajón que no había abierto nunca. Así que sigo y lo hago sin mirar atrás.
Segunda entrega: "Living Life" de Steady Holiday.
Ésta la descubrí hace poco y sigo quedándome quieto frente al espejo de la televisión, viendo cómo entrega la carta y corre y sonríe y canta, encontrándome, al mismo tiempo, mi propio reflejo ahí enfrente, promesa impenitente de que yo sabré también hacer lo mismo: vivir la vida.
¿No es suficiente? Un misterio tan ordinario merecía una canción tan apacible.
Sigo hasta que dure, sin rumbo ni oficio.
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