Big Bang (en XXIII)
Ponerle música a la gran explosión no podía ser fácil. El principio del universo es aquí mucho más íntimo y se escribe en primera persona del plural. Esta canción está en la lista por dos cosas que, probablemente, no sean tan efectistas o efectivas cuando las dejas por escrito. Por un lado, su alergia a las estructuras convencionales. No entienden de ABABCB y cosas así. La letra va en tres estrofas y en cada una de ellas la última línea es una especie de estribillo sucinto pero rotundo. El efecto es una sencillez inexacta que descubre cómo se pueden escribir canciones macizas con muchos matices dentro. Por otro lado, hay que escuchar con cuidado los 27 segundos del principio, con esa tensión repetida que habla de la inercia antes de la explosión. Y el universo que implosiona del minuto 1:30 al 2:39, un minuto de gloria instrumental. Y, finalmente, el último minuto. Tres intervalos instrumentales que definen la capacidad evocadora de su música.
Bufón (en XXIII)
Desde el riff que abre la canción, que hace función de escalpelo, hasta el broche final con los sujetos, las guitarras perfilan una canción elástica, donde la batería se apodera del ritmo a mitad de camino. La letra yo la leo a mi manera y no veo dos personajes. Veo más bien un espejo donde uno puede verse reflejado y hablar consigo mismo intentando equilibrar esas dos mitades, esos dos extremos que se atraen y que se repelen, y que todos padecemos. Las guitarras, a mi entender, afinan esa lectura.
Forastero (en Raro)
Siempre he pensado que esta es una canción de estadio. Me la puedo imaginar reventando tímpanos en un festival, con esas compañías que tienen los festivales: un cielo abierto, un horizonte lejano, una explanada repleta, y ahí, la canción apoderándose del espacio y el tiempo. Siempre le he visto esa electricidad expansiva para hacerse inmensa y poderosa. Y no solo por la música, también porque sería una venganza mayúscula. Ser extranjero en el mundo, ser forastero en el arte, merece un triunfo. Por su puesto, no les hace un falta un estadio. Ellos son capaces de ver la poesía en lo minúsculo.
Inadaptado (en Raro)
Por encima de los cuatro minutos, elegante, vacilona, con ese amor propio que se encuentra y se luce sin grandilocuencia ni soberbia. La poesía a veces se evalúa por obstrucción semántica. Aquí, no. El misterio reside en una confesión fina, rematada por unas inflexiones ondulantes que se incrustan en la música. Junto con la anterior, si pusieran las dos letras seguidas como letra pequeña en un contrato, muchos la firmábamos y brindábamos con entusiasmo. Inadaptados y forasteros del mundo encontrando una voz que, como se dice ahora, nos empodera sin derrotas ni victorias ficticias.
Europa (en Raro)
Y, para terminar, al grano y sin trapos viejos: escúchala, tú, y que la escuche también el que tienes al lado y hasta el vecino del cuarto. No es solo hablar de lo que ocurre, hay que hablar también de cómo vivimos lo que ocurre. Una joya en la que la voz se hunde en la conciencia como un cuchillo en la garganta.
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