Son de Burlington, Vermont, la ciudad de la que fue alcalde Bernie Sanders. Hasta hace unos años, en esa ciudad subsistía un milagro llamado 242 Main Street, el local de conciertos punk y autogestionado más longevo del país. Jane Sanders, pareja del exalcalde, estuvo involucrada, durante mucho tiempo, en aquel proyecto. Desgraciadamente, 242 Main dejó de servir como espacio para la música en directo, aunque sigue haciendo labor cultural. En el concierto de despedida, que se puede ver en la plataforma YouTube, actuaron Rough Francis, los protagonistas de esta entrada, y en su pase, pasó lo inesperado, y, por sorpresa, se subieron al escenario los actuales componentes de la banda Death, una banda de protopunk con origen en Detroit que protagonizó una de esas historias que le dan más empaque al género y a la música en general. Si no los conoces y te interesa descubrirlos, bien puedes visionar el recomendable documental que se les dedicó para reivindicar su legado: A Band Called Death (2012).
Estoy convencido de que a los componentes de Rough Francis no les importa que, cada vez que se hable de ellos, se mencione también a Death, y luego veremos por qué, pero también es de justicia reconocerles un camino que han ido labrándose con sudor y dedicación, alejándose de ese origen que les unía indefectiblemente con la banda de Detroit. Y es que Rough Francis, y nosotros lo contamos, aunque ya se sepa, porque es la primera vez que hablamos de ellos aquí, nació como una banda tributo de la anterior. Death se formó en Detroit por los hermanos Hackney, Dannis, Bobby y David. Acabaron mudándose a Vermont, de donde regreso solo David para fallecer en Detroit joven, alejado de la música y sin haber disfrutado del reconocimiento que tendría la banda muchos años después. Todo esto se explica muy bien en ese documental, donde también se ilustra como los hijos de Bobby Hackney, Julian, Urian y Bobby Jr, cuando descubrieron por sorpresa este pasado de su padre y de sus tíos, formaron la banda Rough Francis para dar unos cuantos conciertos y resaltar esa campaña de recuperación. El nombre servía de homenaje a David Hackney, auténtico espíritu de la banda, fallecido, como dijimos, antes del renacer de Death. David llegó a grabar, con la ayuda de sus hermanos, un ep bajo ese nombre con su música más personal. La banda de los hermanos Hackney, los hijos y sobrinos de los Hackney de Death, no se quedó ahí y, al contrario, aprovecharon aquel nacimiento para continuar como banda. Desde hace más de un lustro, han seguido produciendo y publicando su música, y este que venimos a glosar aquí es su cuarta disco, después del ep Don't Look Back (2018), y dos largos anteriores, Maximum Soul Power (2013) y MSP3: Counter Attack (2018).
Urgent Care, el cuarto en la colección, se ha publicado en plena pandemia, aunque lo escribieron antes. Una pandemia que, por cierto, ha encumbrado, aunque fuera por un efímero momento, que estas cosas funcionan así, al batería de la banda, Urian Hackney, quien alcanzó su minuto de gloria con una versión del "Stay Away" de Nirvana, convertida para la ocasión en "Stay Inside", con la que, como han hecho otros en todo el mundo, abogaba por las medidas de prevención necesarias para mantenerse alejado del contagio vírico. Urian Hackney, quien también ha actuado puntualmente con la reconocida banda de metalcore de Boston Converge, y sus hermanos Bobby Hackney Jr, vocalista, y Julian Hackney, guitarra, siguen en una banda que ha sufrido cambios en el resto de su formación. El bajista original Steve Williams ha sido substituido por Dan Davin, quien ya participó en la grabación de este disco por partida doble, al bajo, y cediendo su local de grabación. Paul Comegno, el otro guitarrista, también desde el principio en la banda, ha participado en la grabación del disco pero parece que no continuará en la banda. Con respecto a sus otros discos, hay otro cambio reseñable, y es la producción de Kurt Ballou, guitarrista de los ya mencionados Converge, quien ha producido este disco, dándole un toque distinto al sonido de la banda.
Aún así, la matriz de su música sigue clara y sólida. Punk con tendencia a la terminación core, matices y cambios de tono, mucha energía y posicionamiento político, que no quiere decir que te digan a quién votan, pero sí que no viven de espaldas a la realidad que les rodea. Esto es algo que ya se sabía, y su canción más conocida hasta ahora, el "Big Box Law Enforcement" de su anterior disco, surgió, según ellos mismos explicaron, del polémico caso de Michael Brown en Ferguson, Missouri. Urgent Care, y en el título se ve, es un disco que va a degüello, te ataca al cuello, rápido, acelerado, donde la rabia y la rapidez contrastan, a veces, con las letras. Te pueden recordar a Bad Brains, Pure Hell, Minor Threat, pero también a Cyanide Pills o The Pagans jugando al high energy y al hardcore, o a muchas otras cosas que yo no sé evocar aquí porque ya he dicho mil veces que este juego no se me da muy bien.
El disco se abre con la hipnosis a cargo de la línea de bajo en "Teen Zombies". Una canción eficazmente magra en su estructura donde ya se empieza a advertir la capacidad de crear tensión con la sección rítmica. Habla de buitres, centros comerciales y teléfonos móviles mientras el cantante se ahoga en un grito insondable con el verbo morir, pero en inglés, claro. "Urgent Care" no mide, va a saco, enloquece rápido y ya no para mientras cantan "I'm too weak to go back home / My heart beats like a metronome / I need a cure but I need it fast / I don't think I will last", y el metrónomo deja constancia de que el pulso sigue un ritmo delirante. Su capacidad para aprovechar la narrativa de los instrumentos, se ve también en "Waxed Curb" con esas oscilaciones que parecen darle significancia a la letra. "Tito's Revenge" comienza en un ritmo más pausado hasta que explota y usa esos contrastes que parecen mezclar a Nirvana con Minor Threat. "Deathwire" se desarrolla como en espiral, como la alambrada de la muerte a la que hace referencia, mientras se dibuja un personaje al que se apunta con acidez y doble sentido: "It must be nice to be you." Las guitarras destacan en "Microwave", pero la energía sigue latiendo detrás gracias al bajo. Por último, la batería reina en una "Giving Up" que se abre a base de redobles sostenidos. "I hear the same old lies every fucking time", cantan, palabras que a veces sueltan como a tajadas, a machetazos. Decían que Death nació cuando David Hackney asistió a un concierto de Alice Cooper y cambió el estilo del trío fraternal. Cooper sigue ahí y hace poco ha publicado una canción que justamente le lleva la contraria a los Rough Francis: "Don't Give Up", publicada el 18 de mayo de 2020, también en medio de la pandemia, y por lo tanto, justificando muy bien esas referencias de espíritu positivo, resistencia, hermandad y bla bla bla que al lado de la letra de Rough Francis queda infantil, un tanto naif. Probablemente sea yo el que le esté buscando tres pies al gato, pero mola la coincidencia.
Al grano: música para creer en la música. Un chute de energía que busca algo más que azuzarte gratuitamente. Nervio que busca los tuyos y, al menos, en mi caso, si me lo haces, vas aviado, lo consigue.
Al grano: música para creer en la música. Un chute de energía que busca algo más que azuzarte gratuitamente. Nervio que busca los tuyos y, al menos, en mi caso, si me lo haces, vas aviado, lo consigue.
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