Fiasco Review!!: Perro infiel de Los Nitxos


Últimamente llegamos tarde a todos los sitios e igualmente cierto es que nos importa un pimiento del padrón que salga un año más tarde y otros no, la verdad. Este disco salió en marzo de 2019, fíjate el sentido que tiene que vengamos nosotros ahora a hablar de ellos aquí, para qué, te dirás, pues no lo sé, seguro que, y sigo escribiendo sin poner punto y seguido, ya se han pulido las 320 copias en vinilo que sacaron de este disco y ahora sí, punto. Y seguido: hablamos de Perro infiel, último trabajo de Los Nitxos. Y como al final no vamos a cerrar con un buen párrafo para la conclusión, como manda la hoja de estilo, lo digo ya y aquí: nuestras críticas son más bien recomendaciones y, en esta ocasión, aunque sea un año más tarde, no queda otro remedio que insistir en que, en lo posible, te acerques, aunque sea respetando el metro y medio, a esta banda y la disfrutes como merecen. 

Los Nitxos son de algún sitio en Gasteiz, pero, sobre todo, son uno de los secretos mejor guardados a esa orilla del Zadorra. Si aún no los has conocido, bien harás en hacerlo pronto, y sumarte a la lista de afortunados que conocen su música y su directo, tan recomendable como lo grabado. Si buscas por internet, encontrarás que cuando se habla de ellos, se repite lo que probablemente diga yo aquí, y se hace constante referencia a la tensión, las atmósferas, la oscuridad, la aspereza y el ritmo. Normalmente se menciona a las antípodas del rock y del punk, vamos, que se les relaciona con cierta querencia oscura y enérgica del punk australiano, y también se le suele añadir el prefijo post- por delante a cualquier etiqueta elegante que se utilice para describirlos. Y es que es así.  Pero eso no le roba complejidad y eficacia al producto, más bien enseña los límites que tenemos nosotros, los que venimos luego a glosarlo en lugares como estos u otros con mucha más alcurnia y rango. 

En Perro InfielLos Nitxos recuperan cuatro cortes que ya estaban en su anterior ¡¡Viven!!: "En primera fila", "Soviet", "Heredero" y "Casper". Todas ganan longitud y realce, pero permanecen originales a la versión anterior. Los otros cinco cortes, "Hal", "Mira mi dedo", "Cheater", "En el callejón" y "Venganza" son nuevos, hasta donde nosotros sabemos. El último es una versión, lo adelanto, que lo repetiremos luego. Sigue ganando terreno el castellano en una banda que comenzó cantando solo en inglés. En este último disco, son tres canciones en la lengua de Nick Cave y seis en la de Josele Santiago. Todas las letras, en cualquiera de los dos idiomas, tienen un rasgo en común: abandonan la sintaxis compleja, no informan directamente, desprenden la obligación de interpretarlas de manera incisiva. Son un tanto elusivas y, en realidad, reclaman que se las entienda en sintonía con el otro lenguaje que practican las canciones, el de la música. O así, por lo menos, lo vemos, lo oímos por aquí. De "Hal" que abre, con referencias a esa supercomputadora ficticia que se inventó Arthur C. Clarke, hasta "Casper" que cierra, con un sorprendente y delicioso final lleno de luz, Los Nitxos completan un ejercicio de música epidérmica, canciones opulentas, ritmos impregnados de tensión y significado que saben estirar y trascender para provocar diferentes emociones. Resultan hipnóticos en ocasiones y reparten la creación de misterio entre los tres ejes fundamentales de su música: guitarras afiladas y heterogéneas, que saben tamizar el desarrollo, una base rítmica con mucho mensaje, y, finalmente, las inflexiones verbales y performativas de la voz del cantante. "Heredero", por ejemplo, son dos minutos de desarrollo que arrolla, con un bajo como un martillo pilón. La percusión consigue toda su expresividad en "Mira mi dedo" y consiguen que los medios tiempos más planos sean sinuosos en "Soviet". "En el callejón" consigue apoderarse de un poema (de Ibon Arroniz, creo que he leído) para revelar la humedad de ese mismo callejón, el desamparo de esos espíritus. Es esa ligazón natural y consustancial entre el nervio y el músculo, la letra y la música, la atmósfera y la tierra, lo que hace que estas canciones tengan esa expresión tan perceptible y fresca. 


Incluyen, y con esto terminamos, frase larga y retorcida, de manera brusca, como advertimos al principio, y sin párrafo final para los conclusiones, que ya hemos dicho bastante y además llegamos muy tarde, incluyen, decía, una versión. Se apoderan del "Venganza" de La Polla Records, doblándole el metraje y restándole la velocidad a la mitad o más. Ellos arrastran las palabras, estiran los compases, todo para expresar la misma rabia pero de una manera distinta. Al final, Evaristo gritaba dos veces la palabra del título y ellos solo una, pero penetra igual.


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