Son tan de Barakaldo que ya le han cantado al lindane, al Parque de los Hermanos, al desamor y ahora le toca a la idiotez, la pseudociencia y las estaciones de repostaje, jeje. Porque Barakaldo es una anteiglesia, sí, pero también un maravilloso universo paralelo y deformante donde somos capaces de ser felices a pesar de todo. Si dentro de 20 años sigue existiendo el Facebook y con él esos grupos públicos tan excitantes y candorosos como "Tú no eres de Barakaldo si..." seguro que ya habrá habido alguien que inicie un hilo escribiendo "... si no bailaste con Los Retumbes". Y me imagino que alguien hará un comentario en plan: "Ah, sí, los pinchaban mucho en el Green". Y se te atragantará el anacardo de piscolabis por el ataque de risa indignada y maquiavélica. Pero ya será tarde, porque alguien habrá añadido: "¿Os acordáis de la Anaconda?" En fin, shit happens. Los chistes me han quedado muy locales y reduccionistas, y no voy a explicarlos. Pero tranquilos. Ahora mismo me paso al cosmopolitanismo: ese reptil, la boa constrictor que mencionaba antes, vive principalmente en los ríos del trópico en Sudamérica, y por ahí aún no han tocado Los Retumbes, pero dales tiempo. Ya se han hecho varios trechos por la península y han subido a escenarios en el extranjero: Francia, Italia, Escocia y Tarragona. No está mal para un algo, esto que retumba, que se inventaron hace qué, ¿un par de años?, ¿tres? Todo ha sido tan vertiginoso como sus ritmos. Y en noviembre del año pasado, que volvemos a llegar tarde y a quién le importa, nos regalaron otra porción de música, cuatro nuevos temas que recogieron en un elepé con portada en tres dé: El regreso de Los Retumbes. Nuevamente, grabado en Circo Perrotti con Jorge Explosion a los mandos y publicado y distribuido luego por Family Spree Recordings. Si has llegado hasta aquí, convendrás que ya te he contado suficiente, pero voy a seguir:
Son cuatro canciones que ya habían estrenado en directo: "Eres idiota", y es imposible, aunque sea mentalmente, resistirse a añadir "y se te nota"; "Alienígenas ancestrales", acompañada con un epatante video musical a cargo de Estudio Perkins, con estética de serie B, cultura pulp, unos Retumbes a lo South Park y clips de viejas películas como aquellas que siempre veía Ethan Hawke en Los Exploradores; "Gasolineras", un capítulo más en su relato costumbrista sobre la vida normal, directo a la sección de economía de nuestro próximo fanzine favorito; y, finalmente, una instrumental que se suma a la colección de instrumentales de la que ya hacían gala antes, "A retumba abierta". Todo en la misma línea de lo que ya publicaron en su debut homónimo y lo que han ido mostrando en su incendiario directo: naturalidad, autenticidad, más acidez que después de desayunar un vaso de ketchup, ritmos básicos, riffs de guitarra, el poso que queda cuando mezclas garaje, surf, punk, rock and roll y la tradición melódica del folclore kazajo, tranquilo, que me bajo en la próxima parada.
"Eres idiota" son casi dos minutos de repetición en suspensión, patrones efectivos de origen primitivo: riff en la primera rebanada, percusión sencilla en la segunda, y en el medio del bocata un estribillo que es casi un mantra con mostaza. Con esa simpleza que recuerda a los The Sex Organs, pero sin disfraces peludos, con antifaz, y, sobre todo, con un regusto al gusto británico. En "Alienígenas ancenstrales" les da por rimar plurales, y los transcursos instrumentales suenan a interferencias de radio captadas por científicos de la NASA. Billy Childish tocando en la gala de inauguración de una nueva temporada en el canal History. Si tienen hasta los huevos, y perdón por el exabrupto, de mencionar y pronunciar el nombre de Giorgios Tsoukalos, de profesión divulgador, me imagino, y de meterse con su bronceado, porque, eso sí, hablar de su pelo a lo Rob Schneider con los dedos metidos en un enchufe hubiera sido demasiado. Aquí no se para, pero cuando van en la retumboneta camino de un bolo, sí, y por eso la siguiente se titula "Gasolineras", con melodías más punkarras, letra con mordiente, y la rima, una vez más, bien marcada y a la caza del infinitivo. La guitarra irritada, intervalos más extensos, pero llegan a los dos minutos justos y por los pelos. Y la última, de postre, es la más larga: una instrumental abierta con el grito de guerra típico contando los cuatro primeros cardinales y del tirón hasta los dos minutos y 44 segundos. Pocas notas en la vértebra, que pa'qué, percusión con rúbrica, un rollo surfer juguetón y vacilan con el clímax hasta que te da lo mismo que lo haya. "A retumba abierta" la llaman y quizás sea porque la parte más surfera a la guitarra parece casi onomatopéyica y recuerda a Biff Tannen vacilándole a Marty McFly con lo de que era un gallina; de la misma, así te da el telele y te lanzas a la aventura: a (re)tumba abierta, vamos. En serio, recuerdan a los Thee Milkshakes de "Red Monkey", por ejemplo.
Que sabe a poco, esa es la conclusión. Que hay mandanga de antes, en sus primeros cortes en 45 también trepidantes rpm y que va a haber más, ese es el consuelo. La verdad es que hay que verlo y escucharlo todo en su conjunto y para eso, ahora mismo, lo mejor es el directo, donde aún andan frescos y vandálicos. Lo bueno es que aún les quedan joyas por grabar, yoyas que ya reparten en directo. Por ello, nos conformaremos con este poco y esperaremos a que llegue el resto, ¿verdad? Y si es mentira, me da igual: te vas a tener que esperar sí o sí.
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