Fiasco Review!!: Try Me de Mississippi Queen & The Wet Dogs



Si quieres una crítica como deben escribirse, mira por la red, las encontrarás. Puede que no muchas, pero suficientes para enterarte de lo importante: quiénes son, qué hacen, por qué merecerá la pena que te tomes un rato para averiguarlo por ti mismo. Leerás, probablemente, el nombre de Sharon Jones, escribirán de música negra, boogie, funk, soul y cosas así. No hay duda de que tienen razón los que, cuando han escrito o escriban de Mississippi Queen & The Wet Dogs, recalquen el valor de la voz de Inés Goñi o el talento a las cuerdas de Aitor Zorriketa, la buena sección rítmica, los coros oportunos, los teclados con pedigrí, los vientos con aliento... El disco se titula Try Me y tiene seis cortes. Lo han parido este año. Si quieres una crítica como deben escribirse, con esto te vale, no sigas leyendo. 

Todo eso está bien. Es así. ¿Pero cuántos discos iguales o parecidos, con un registro y calidad parejo, aquí y más lejos, puedes encontrarte? ¿Qué puede hacer que este trascienda más que otros? Pues supongo que es un ejercicio subjetivo. Depende de ti más que de ellos. Si te entra, te devora. Si te roza, se te olvida. Si no te alcanza, se diluye. Si te prenda, te prende. A mí me ha encendido. De los pies al alma, que creía que no tenía, pero se ve que tengo, igual que los demás. 

Y me voy a atrever a contarte por qué. Porque, por ejemplo, te lo digo ya, una canción como "Ray of Sunshine" sé que va a ser difícil que me abandone, ni en el futuro más cercano ni en el remoto. 

Creo que las letras son cosa de ella, a la que ya hemos mencionado, y no es solo que la cantante de la banda tenga una voz de rango policromático, con potestad para evocar y revelar emoción, es que las palabras que ha escrito se ensartan en la métrica como los ríos en la cuenca, con una naturalidad tersa e inevitable que obliga a seguir la canción y su historia, ya sea más personal o más literaria, sin encontrarle un solo requiebro innecesario, una sola junta que gotee. Así, empiezas con la sinceridad a pecho descubierto de "Try Me" y la candidez expresiva de "Lucky Red Dress" y pasas a las piezas más literarias, la historia de desamor en "Long Gone" y el arrebato de resistencia jovial de "Don't Wait Up" para terminar con una versión de Freak Kitchen, "Speak When Spoken to" que llevada a su terreno consigue otros matices y, sobre todo, con la pieza más personal, conmovedora y evocadora, una "Ray of Sunshine" que le suma a su belleza natural y manifiesta, el trasfondo íntimo y fidedigno que consigue que la canción llegue a la piel, al nervio, a la aurícula, el ventrículo y todo en círculo para repetirse una y otra vez. Es subjetivo. Puede que sí. No han hecho un ejercicio de estilo. Han cogido un género y se han apropiado de él para añadir algo. Al menos, yo lo veo así. Conmigo lo ha conseguido. Es como somático. Como si hubieran escrito una canción para ti, para tatuártela en la piel. Te levantas una mañana y vas a despertarla. Las dos líneas con las que empieza la canción se las cantas a tu hija, que ya está despierta, y te sonríe y levanta la mano para tocarte la cara. Así empieza el día y se propaga una canción. Así que, te lo repito, si quieres leer una crítica como deben escribirse, lo siento, pero tendrás que ir a buscar a otro sitio. 

Por intentar ser un poco, aunque sea un poco, objetivo, insistiré en lo mismo: no es fácil hacerlo, creo yo. Esa precisión entre el verbo y la nota se consiguen, pero la naturalidad con la que coinciden aquí habla de un talento que seguro que se entrena pero también debe ser inspiración. No es solo cómo está construido el verso en su métrica correcta, con la rima distendida, la emoción contenida en sílabas, una fluidez congénita, los verbos preposicionales, por ejemplo, como comodines prácticos... es también cómo empasta todo esto una instrumentación profunda y epidérmica, llena de pliegues y gamas y resonancias. Quizás en algunos momentos se espera un último giro, una vuelta más de tuerca, pero también saben jugar con los contrastes, con la oscuridad y la luz. Soy de los que creen que las comparaciones son odiosas, y las listas de influencias inútiles, pero, en ocasiones, yo no veo muertos, pero sí escucho a la Brittany Howard de Alabama Shakes por aquí. Creo que es por esa modernidad traída al género, por esa personalidad impregnada en el estándar. Cuando tenía meses, uno, dos años, siempre por su cumpleaños, poníamos "Hold On" a todo volumen, la levantaba en brazos, y bailábamos descalzos sobre la alfombra del salón, mis pies los suyos, la música convertida en los latidos compartidos. A veces se reía y se abrazaba más fuerte. A mí me crecían las ganas de detener el tiempo. Así que, una vez más, te lo repito, si quieres leer una crítica como deben escribirse... pero, sobre todo, insisto, prueba a ver, escucha, lee, siente, porque depende, pero si prende...



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