Rizomas y apegos



Hace unos días, tras las desgraciadas lluvias torrenciales en Mallorca, un vecino de Santanyí tuvo su minuto de gloria en prensa al ofrecerle su escobón al rey, creo que se escribe con mayúscula pero qué más da, para que ayudara en las tareas de limpieza. Unas semanas antes, otro vecino de ese precioso municipio del sureste mallorquín, volvió a pasarse por Barakaldo de visita. Estas cosas merecen la pena. Me refiero a las líneas invisibles, las amistades, los parentescos, los lazos retorcidos que se forman por casualidad y que nos van uniendo a todos en un rizoma mágico. Toni Monserrat ya tiene parte de su corazón en una ciudad magullada y curtida como la nuestra, y quién se lo iba a decir a él. Quién me iba a decir a mí que iba a sentir Porreres tan cerca como Basauri. Vamos de aquí para allí, y vamos dejando rastros. Nos topamos, nos caemos bien. Encontramos nuevos hermanos y hermanas por el camino y dibujamos estos mapas de líneas cruzadas, torcidas, trabadas que nos demuestran que de nada sirven las rectas, los destinos y, menos aún, las fronteras. Ni el mar nos separa. Estas cosas merecen la pena. 

Por eso, este blog se puede permitir pedirle favores a nuestros hermanos de El Tubo y montar un concierto de la nada, domingo por la mañana, más bien al mediodía, para que Toni Monserrat vuelva a actuar, por tercera vez, quién se lo iba a decir, segunda en el templo oscuro, en nuestro pueblo, donde le hemos acogido tan bien como ellos acogen a los que les visitan en su tierra pajiza de horizontes inmensos. Para que la ocasión fuera una celebración perfecta, para disfrutar de esas conexiones y cercanías, hubo comida gratis, un largo pre y post concierto y cedés por el morro. Pintxos del bar Nervión, desde el mismo barrio obrero, y sobrasada que cruzó el Mediterráneo acompañada de pan Quely, galletitas de sal marina de las islas del oriente. En ese ambiente, cualquiera no libaba y disfrutaba del concierto, a pesar del calor reinante en el templo, con los ventiladores a tope y todo. Más de media entrada, la gente aplaudiendo, Toni regalando bromas y canciones, los organizadores repartiéndose el frente y el fondo. Todo bien, porque la música, aquel día, era tan importante como todo la que la rodea, que era lo que queríamos disfrutar tanto o más. 

Monserrat se repasó su 38 Bucks, el disco que sacó hace ya unos cuantos años, y anticipó algunas que irán, con seguridad, en su nuevo disco, al que esperamos con ansias. Con ellas, rozó el country, la americana, la nueva ola, el rock templado, todo a palo con su guitarra acústica, a la que le faltaban las cuerdas cuando la sacó de la funda, por qué no contarlo, y su voz, que la noche anterior me dijo que la había perdido pero la encontramos de camino al Tubo. Terminó, por aclamación y exigencia del personal, con el bis que se le suele pedir aquí en Barakaldo, encadenando las que hemos llamado ya, fotocopias y la del niño. Es decir, "Fotocopias en el acto" y "Niño asesino", dos canciones de aquella banda que, en los 80, alcanzó Radio 3, gloria en la isla, y mantiene en la memoria de la escena musical mallorquina a Toni Monserrat, líder de aquellos históricos Murder in the Barn. Desde que Toni Monserrat visitara nuestra ciudad por primera vez, acompañado en aquella ocasión de alguien a quien, desde entonces, echamos mucho de menos, su guitarrista y amigo Simó Vall, de BB sin Sed y los Dirty Mariachis también, el señor Monserrat ha dejado en la ciudad una buena colección de amigos, seguidores acérrimos y rondas pagadas. Se le quiere, tanto por su música como por su humanidad. Y esas cosas merecen la pena: los rizomas y los apegos. Que vuelva ya. 

Posdata: Casi que podría nombrarlos a todos por el nombre, porque fuimos entre 20 y 30 personas, y creo que saludé a casi todos/as. Así de agradecidos estábamos porque la gente respondió a la llamada y asistió al concierto. Muchas gracias a todos/as de corazón. No voy a hacerlo ahora porque no quiero olvidarme a nadie en el recuento, pero sabéis que estoy muy agradecido y en deuda con todos los que hicisteis el esfuerzo de asomaros por allí un domingo a mediodía para participar de la fiesta. Voy a limitarme a cuatro personas solo, y espero que, a las que no mencione, no se sientan defraudadas por no estar en la lista, porque yo las aprecio igualmente. Pero quería darle las gracias especialmente a Toni, por aguantar la caña de la noche y el viaje y lo que nos quedaba al día siguiente, esa misma tarde ya, e igualmente responder en directo. También a Patxeko por estar allí abriendo el Tubo con una sonrisa debajo de su bigote de Arizona. Y, por supuesto, a David, que no pudo evitar la distancia desde Logroño, pero al que debo su predisposición siempre para decir sí a todo lo que le pido. En duda eterna, como estoy en deuda y es obligado cerrar con Isa, porque ella fue la encargada absoluta de que aquello pareciera el salón de nuestra casa y todo el mundo se sintiera con ganas de quitarse los zapatos y posarlos sobre la mesa. De ella fueron las mejores ideas, ella hizo mejor que nadie la labor de anfitriona, y, además, aguantó en primera línea dándole vida al concierto. Así que un aplauso enorme y una ola también. Me callo. 

Comentarios