Pues esto es lo suyo: mejor que leer lo que yo te pueda contar aquí, escucha los primeros cincuenta segundos de "Saltar del tren". Oyes que dicen "un, dos, tres, cuatro", aplauden las baquetas, la batería atiranta, el bajo aparece en primera línea y en ascenso, y las guitarras alimentan la tensión, salta el riff y se animan platillos hasta que explota el punteo. Frenazo y entra la voz. Pues ya está: ya lo tienes todo, eso es lo que hay. Negracalavera: si te han temblado las caderas y las entrañas, ya lo tienes, y no va a parar hasta que termine la décima canción. Si no, déjalo, esto no es lo tuyo.
Si te informas antes incluso de escuchar, leerás que, unido al nombre de esta banda, aparecen otros, como los habituales y recurrentes Turbonegro, Gluecifer, Hellacopters y etecé, la santa trinidad del rock escandinavo que podría haberse convertido ya en un comodín notarial. Ellos mismos parecen aceptar la etiqueta de "high energy rock & roll", pero, la verdad, escuchado todo el disco, a mí me recuerdan más al rock americano rollo Supersuckers, Nine Pound Hammers, incluso Social Distortion, los Nashville Pussy de "Go Motherfuckers Go", mezclado con el producto autóctono de Porco Bravo, NCC, Discípulos de Dionisos, Parabellum, Lobo Eléctrico y sí, aderezando todo esto con la intensidad de los escandinavos.
El primer álbum de los bilbaínos es una colección de canciones de entre tres y cuatro minutos con letras que pasan del amor-desamor y ya me entiendes ("Saltar del tren" o "Alcohol") a la expresión, digamos (perdón por tan pobre explicación) ideológica o política (básicamente, lo que queremos decir es que trasladan en frases rimadas su visión de la vida), incluyendo críticas al firmamento del rock and roll. Cantan en "Negracalavera", la última del lote, una especie de confesión fundacional, que llevan veinte años escribiendo canciones y piden ayuda si alguien tiene "algo que contar". Bueno, parece que, a pesar de ello, aún les queda imaginación y fundamento para la versificación. Incluso, se animan con los desarrollos narrativos en "Atraco a las 12:00", aunque sea un tanto fallido.
En lo musical, voy a empezar, sin saber muy bien por qué, diciendo que en canciones como "Hasta la muerte" pero sobre todo en "¿Quién sigue al idiota?" se puede escuchar de fondo la herencia y legado dejado en el rock & roll más reciente por los Porco Bravo. Esos punteos instantáneos arropando los estribillos a latigazos y el grito sobre el pronombre interrogativo hacen muy fácil recordar la sombra de los barakaldeses, aunque en Negracalavera el bajo tenga más presencia y protagonismo, algo que no solo ocurre en estas dos canciones, si no en todo un disco donde las líneas de bajo alcanzan el provecho que en otros se les escatima. Destaca la crudeza en los coros en "Dios te odia", una canción con diálogos sacados de una película de 1963, El hombre con Rayos X en los ojos, cerrándola incluso con esa frase memorable de referencia bíblica: "Si tus ojos se escandalizan, arráncatelos". No es el único guiño cultural, más tarde, en "Hasta la muerte", recuerdan al forense de Dexter. Esta canción, precisamente, es un ejemplo de la intensidad instrumental de esta banda, más aún cuando cierran con esa larga coda apoyada en el estribillo: todo parece convertirse en una exaltación eléctrica. Destaca la voz en "Alcohol", otra canción cerrada con un final contundente; y la ironía y el bureo de guitarras en "Estrellas", donde la batería retumba demasiado e incluyen panderetas y dos guitarras con estilos distintos que se acoplan con eficacia. "Ven, policía, ven" parece una canción escrita para el directo, con un "come on come on" en descenso en el estribillo que le da un toque distinto pero muy efectivo a la melodía. "¿Qué miseria?", finalmente, creo que es la joya escondida en el repertorio, una canción cuya calidad se descubre en una segunda escucha: un comienzo inspirado, un desarrollo más clásico y un subidón a los tres minutos rollo Black Sabbath que las guitarras ensalzan con una distorsión aplomada. El disco se cierra con el himno autobiográfico de "Negracalavera", donde cantan lo de "bandera blanca y negracalavera", invirtiendo los colores de la bandera pirata, y demostrando que tienen una personalidad propia y que no rehuyen las consecuencias que eso traiga.
También en esa misma última canción los Negracalavera advierten que "la banda está engrasada" y razón parece no faltarles. Después de convencer a todo el mundo con su directo, se esperaba con ansia su primer larga duración, y no han dejado escapar la oportunidad de asentar un proyecto nuevo, donde, sin embargo, se nota la experiencia y pericia de cinco tíos que llevan tiempo haciendo esto y saben perfectamente cómo hacerlo. Yo te lo he destrozado analizándolo, pero lo mejor de todo es que te va a dar igual: el disco suena compacto y apelmazado y es capaz de sostener la potencia desde el minuto cero hasta el final. Si el rock and roll te quita la sed y te da alimento, no volverás a pasar hambre ni estar sediento por un buen tiempo.
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