77/82.
Siete y siete catorce más ocho veintidós y dos más veinticuatro. Veinticuatro
horas seguidas, todas las del día, podía haber estado viendo a los Haggish en
directo. A mí se me hizo corto. Del 77 al 82, ambos inclusive, son seis años
que los Haggish recorren sin marearse, mientras aprovechan para repasar la
historia más turbia y pura del punk a ambos lados del océano Atlántico. A mí se
me hizo corto.
Ya
les había visto en El Tubo con este espectáculo: el cantante disfrazado de John
McEnroe, apuntándose ace tras ace con cada himno del punk y del hardcore que
canta. Rebusca en el blog y vuelve a leer lo que ya conté porque si,
normalmente, ya digo pocas cosas que interesen, imagínate si encima me repito.
El
de ayer en el Rocketa (Rock eta Golak) fue parecido a aquel del Tubo en cuanto
a actitud, intensidad y ejecución, pero, personalmente, me dio la sensación de
que ayer estuvieron más inspirados. El bajista hasta echó una sonrisa y todo,
joder. Y John McEnroe, después de cerciorarse de que llevaba la bragueta bien
subida, opositó con garantías al premio al mejor frontman del FestiBal. No creo
que le importen mucho los premios ni lo que yo maldiga aquí, pero el tío estuvo
insuperable, impetuoso y flexible, zascandil como si en lugar de beber cerveza
le diera buches sin parar a un barril de michelada. Desde el principio eché de
menos que no hubiera allí algún fotógrafo profesional, porque habrían acabado con
un esguince en el índice de tanto disparar. La cosa es que por mucho que
gesticule el cantante, aunque el batera se tape la jeta, y el guitarrista te
apunte a la sien con su guitarra, nada parece parafernalia o exagerado. Todo
parece natural y en su punto: hasta las canciones parece que las han escrito
ellos.
Lo
que eché de menos, realmente, y aquí viene el momento cebolleta en el que se me
fue la chaveta y me tuvieron que agarrar porque ya quería ponerme a escribir
una carta abierta en la prensa escrita, fue gente. Creo que el cantante lo dijo
al final. Algo así: “hay una generación perdida, pero estos son la esperanza…
y, si no, nos queda la copla.” Quédate con la copla, porque sí: había niños por
allí, algunos perdidos. Pero no es esa la generación que está perdida. En
primera fila, estábamos los de siempre: gente que ya ha visto muchos conciertos
y que lo sigue haciendo. Se echó de menos a esa generación perdida; a la que,
en mi humilde opinión, les ayudaría mucho asistir a esta lección de historia musical:
repertorio y ejecutantes están a la altura de una clase magistral.
Lo que no eché de menos, vamos a terminar con lo positivo, fue un buen sonido. Fíjate que en el Rocketa, con sus techos altos, suele fallar. El de los Haggish quizás haya sido el concierto con mejor sonido que he visto allí, y ya he visto unos cuantos.
Lo que no eché de menos, vamos a terminar con lo positivo, fue un buen sonido. Fíjate que en el Rocketa, con sus techos altos, suele fallar. El de los Haggish quizás haya sido el concierto con mejor sonido que he visto allí, y ya he visto unos cuantos.
Banda: Haggish
Escenario: Rock eta Golak
Día: Sábado, 15-07-2017
Número de palabras: 500
Fotografía: Busty'n'zas
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