Título: Siente el miedo
Banda: La Kontra
Publicación: 30 de Septiembre de 2016
Discográfica: Maldito Records
He
pensado que lo más fácil es dejarme llevar por la nostalgia, así que lo hago: hablar
de cuando tenía 20 años y nos pasábamos la vida metidos en el Ipotx o en el
Patio, esperando que nos llegara la inspiración en un buche de cerveza. Escucho
“Hienas” y no puedo evitar irme hasta allí. No solo recuerdo lo físico, el frío
de la brisa lanzando colillas a la ría, con los pies colgando en la dársena, por
ejemplo; recuerdo lo demás también: el melodrama de ser un crío que se creía
muy listo pero le venía grande todo. Cómo nos acompañó la música, joder, también
de las dos formas; en lo profano: grabar casetes, el pogo en fiestas del
barrio, dejarte los ahorros en Salehi para que te imprimieran camisetas. Y en
lo más místico: las letras que, a escondidas, intentabas entender de verdad, y
esos riffs de guitarra que iban cincelándote la conciencia y la memoria sin que
te dieras cuenta. Le das al botón, aparece la guitarra en “Nada” y a mí me pasa
como a los perros de Pavlov o a Proust con la magdalena, pero como tiene que ser:
con sentimientos encontrados, porque idealizar tu juventud es un error
mayúsculo, creo, y que, además, no sirve de nada. Así que lo digo: éramos
gilipollas y lo seguimos siendo, pero cómo lo celebrábamos y lo bien que
disfrutábamos de la música.
A
La Kontra se le ve el origen, claro, tampoco creo que lo escondan. Hacen la
música que hubiera servido de banda sonora a ese patético párrafo que acabo de
escribir arriba: punk rock del de melodías para memorizar, coros por los poros,
pausas para punteos y riffs de guitarra de esos que elevan a lenguaje la
semiótica de los acordes, porque, yo me pondré idiota con el diccionario de
Espasa, pero no me falta razón, ya que el surtido de riffs en Siente el miedo es como para ponerlo en
un mostrador, pero, lo mejor, es que ninguno de ellos es decorativo, en todos
los casos, cumplen con su función orgánica: te purgan, te enervan, te
transportan al pasado, te acunan o te sueltan una ostia a la remangillé. Hacen
que las canciones asciendan y transciendan el problema que tenemos los humanos:
el problema que tenemos con el tiempo.
Porque
lo mejor de todo esto es que aunque parezca que haya escrito todo el rato con
el puntero puesto apuntando hacia el pasado, hay algo en “Rendición” o “La
huella” que te obligan a mirar hacia adelante. En realidad, todo el disco
parece más fresco e inmediato, más plantado en hoy y aquí, que lo que yo he
querido aparentar poniéndome evocativo al principio. Quizás es por eso, porque
da la sensación de que La Kontra tiene un pasado pero no como para cometer el
error de perderse el presente… y el futuro. Yo tampoco, por eso, me pincho otra
vez “Despierta” y me lo tomo al pie de la letra.
Número de palabras: 497.
Escrito mientras fuera llueve, en un lugar que llamaremos despacho, justo antes de echar el cierre y decidir que es hora de ser feliz oficialmente. O al menos, intentarlo.
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