Ya he perdido la cuenta, pero, lo que de verdad me preocupa, es mi cuenta de ahorro. Estoy de coña, pero el fin de año va a ser cojonudo gastarse las perras en música. Prefiero quitarme de comer que de comprar música autóctona. Es una exageración, claro, porque de lo que me voy a quitar es de bollería, frutos secos, repostería y canapés, que buena falta me hace. A partir de ahora, si tengo hambre pérfida de esa que emparenta con la gula, le pediré prestado medio aspito a mi hija y me consolaré sabiendo que tengo música para escuchar en casa. Porque, a las novedades que ya hemos ido anunciando, se nos unen más y más, que todo el mundo se ha propuesto cerrar el año o abrir el próximo con nuevos discos que comprar: ya ha salido el de los TurboFuckers, los Tiparrakers han empezado a colgar cortes en la red, The Ribbons está en la sala de grabación, David Murders suelta misteriosas frases por ahí, Atom Rhumba volvió al directo y los Dr. Maha's Miracle Tonic ya andan presentando Bank Robbers. ¿Se me olvida alguno? Seguro, pero escribir esta entrada de memoria mientras robo un café a la rutina del día, no es la mejor manera de ser riguroso y eficaz.
Ya sabéis que me estoy dejando de prometer porque luego no cumplo, pero acabo de enviar por correo electrónico una de las losas que andaban lapidándome la vida común y corriente, así que espero que, a partir de ahora, pueda dedicarle más tiempo a este ejercicio inútil y filantrópico de escribir en el blog. Así que, a partir de hoy, espero ir publicando microcríticas de todos los discos de bandas locales que he ido acumulando en casa. Algunos aún no los he conseguido, pero voy a esforzarme e intentaré hacerme con ellos en los próximos días.
Voy a cerrar colgando el corte que han empezado a compartir los Tiparrakers y me piro a ver si consigo un aspito. Pincha en la foto y tienes acceso a "No comprendo", mientras intentas comprender qué significan esas Señales de humo, que entre Bank Robbers, Señales de humo y la victoria en el partido de ida de los Sioux ante los oleoductos norteamericanos vamos a tener que volver a reivindicar a James Welch y a los Beat Farmers para que la gente conozca la verdadera historia del Oeste Americano desde la margen izquierda del Nervión.
Comentarios
Como se entere la jefa, duermo en la calle.