Get Ready for Another Show by Digression Kid y otros éxitos de este nuestro blog: The Ribbons en concierto
I
Estuve una vez en la estación de autobuses de Reno, Nevada. Acompañamos a alguien y nos sentamos en un banco. No queríamos volver a la fiesta y él volvió del quiosco con un par de cervezas. La noche era fresca y la gente que esperaba el autobús parecía estar acostumbrada. Mi amigo fue a mear y un señor de mediana edad, con una gorra de El Cortez Records, se sentó a mi lado. Le saludé y él afirmó con la cabeza:
- Fucking Cal Neva...
- What?
- Another paycheck gone to hell...
- No luck?
- What luck? I didn't have any luck since George W. Bush won the presidential election.
- Why so?
Se aleja unos centímetros, me mira atentamente a los ojos, se vuelve, escupe al suelo, y murmura mientras ve como se acerca mi amigo y se queda quieto delante de él:
- You fucking punk boys are even worse than that piece of shit. World's going to hell and I'm no longer able to piss standing.
Se levantó y se fue. Mi amigo y yo nos pasamos el resto de la noche utilizando la coletilla. Cuando hablábamos con alguien y se quejaba de algo, decíamos en castellano o inglés: "Dímelo a mí, joder, no levanto cabeza desde que George W. Bush ganó las elecciones a la presidencia." Y nos reíamos el uno para el otro como se ríen confabulados los tontos que son felices.
II
Tengo por ahí una chapa de "Rock the Vote", creo que me la trajo alguien allá por 2004, cuando algunos músicos se organizaron para ayudar a John Kerry sin conseguirlo. George W. Bush se llevó la victoria a pesar de aquellos conciertos del "Vote for Change" con gente como Pearl Jam, Bruce Springsteen, Bright Eyes, Death Cab for Cutie, John Fogerty, Neil Young, My Morning Jacket o Ben Harper, entre otros, que no he mencionado a los más mediáticos.
Ahora que D-Trump y H-Clint se pasean por televisión con sus informes médicos, sus bisoñés auténticos y sus promesas "electofecales" (como decía aquel mismo amigo, y permítaseme el sarcasmo al citarlo), me doy cuenta de que me había olvidado George W. Bush, como muchos quisimos un día olvidarnos de aquellos días. El batería de The Ribbons le dedicó una canción ayer. "The Biggest Shit" fue el título de la misma y lo que sí que es mísera es mi asociación de ideas para justificar la (más grande) mierda que he soltado hasta ahora para que lleguemos por fin a dónde íbamos y era más que nada a hablar del concierto de ayer en el Panorama: The Ribbons en directo.
III
Un poco "Fool" ya soy y con esa abrieron. Desbrozando el terreno un batería que podría darle vida a un cadáver haciéndole el RCP a baquetazos. "Wink Dance" fue la siguiente y ya te dejan pendiente de averiguar si todo va a ser así o va a ir a peor o a mejor. El final con "Hey You Baby!!!", protagonista demasiado evidente y pegadiza, y "Too Drunk to Fuck" no sirvió para terminar y tuvieron que hacerlo en bucle que es precisamente como suelo escribir yo para gloria de la psicología de garrafón. Sinceramente, lo mejor, para un servidor, estuvo en el cogollo, en el centro, cuando les salieron los arrebatos más punkarras y las canciones más que con aristas, con concertinas. "Pool Creature", con introducción incluída, cosa que, a veces, se agradece, y no solo cuando toca el piano James Rhodes, y "Mama It's Alright" fueron mis favoritas.
Por lo demás, y déjame que vaya al grano y exagere ya, por dios, que es mi sello personal, The Ribbons se mantienen en equilibrio porque estoy seguro de que si les pones un filo muy fino y les dices que toquen el codo con la rodilla y sigan así en línea recta, te dicen que te den por culo el gilipollas lo haces tú. Así que lo hago yo: el guitarrista solista tocaba a dueto con el Jimi Hendrix que llevaba serigrafiado en la camiseta. El mástil de Hendrix pa'un'lao y el suyo pa'l'otro. El guitarrista rítmico tiene un índice viscoelástico con el que se marca riffs que lo mismo abren la canción que la cierran que la equidistan. El bajista, perdóname que hable desde mi ignorancia, tiene más notas que una evaluación por pares en una revista científica, nunca he visto a un bajista hacer tantos requiebros sobre cuatro cuerdas (o, al menos, desde tan cerca), y poner su instrumento tieso y tumbado en la misma canción, porque The Ribbons pasaba de Iron Butterfly a Pavement sin pedir permiso y para eso también hay que cambiar el escorzo. Me queda el batería, con campana musical y todo, que aparantemente ejerce de percusionista único y de gran parte del espíritu del grupo. Y la cantante, claro, a la que ya le saqué cantares vía comparación en mi anterior entrada sobre un concierto de The Ribbons, y no me apetece ponerme otra vez en evidencia. Pero lo hago y digo que, esta vez, me recordó a Aurora Beltrán haciendo el examen oral para el Advanced. Tiene cuajo, desparpajo y onda expansiva, lo que queda bien en una banda que ocupa a lo ancho y tiene canciones con raíces profundas. Si te pones, precisamente, a arrancárselas, acabarás angustiado y tomarás la misma decisión que tomo yo y que tomaron los Rollings antes, llamarlo rock'n'roll y basta. Pero, si eres tozudo como un bloguista amateur y parlanchín, hablarás de que los The Ribbons te recuerdan por momentos a cosas frescas y recientes, clientes del Mondo Sonoro, como Jet, The Hives o los Mando Diao pre-togas. Y, al mismo tiempo, y aquí viene la alcurnia y el rédito, a cosas más clásicas y contundentes, como Bad Company, The Runaways, Dr Feelgood o Jefferson Airplane sin teclados... Todo esto me lo he inventado, pero cuéntame tú que otra banda de por aquí se presenta versioneando cosas como garaje de antaño (¿Squiers o Squires?) o a los Devo de los Freedom of Choice.
IV
A la mañana siguiente quedamos de madrugada para tomar un café en el Harrah's. Nos colamos en la piscina del hotel pero no había nadie. Se veía el cielo por encima de la pared y las luces de Eldorado como si un extraña aurora boreal hubiera caído fulminada. Fuimos caminando hasta la orilla del río y nos mojamos los pies en Wingfield Park. En el trabajo, nos vino la resaca como por inercia. Acabamos escapándonos para fumar un cigarro junto al Museo del Automóvil. Cenamos ponche y ponche en el Santa Fé. Desde allí se veía la estación de autobuses. Me pareció ver al viejo cabizbajo caminando hacia ella otra vez, pero cuando le silbé para que se volviera, resultó ser una chica que apenas llegaría a los veinte años y ya le faltaban gran parte de los dientes. Me pidió dinero. Se lo di. No quería sonreír pero me susurró al oído: "I'm too drunk to fuck, so I'll pay you back some other day." Y no tiene ese tono tan patético y dramático el cántico de The Ribbons, pero ya sabes, ellos terminaron en círcul
o y yo quería hacer un nudo con la soga de mis ridículas asociaciones.
o y yo quería hacer un nudo con la soga de mis ridículas asociaciones.
V
Por cierto: lo dijo la chica fuera, lo de The Ribbons Arias, ya está muy visto, pero la que se soltó ella al principio de la noche, no la cogí al vuelo y fue de premio. No soy Holden Grahams pero me costó coger el chiste tanto que fue creo en el siguiente bar después del concierto cuando de repente le di un susto a Isa al gritar como levantándome de una pesadilla: "¡Claro, coño, Golden... Holden Grahams, los esos que eso para desayunar, joder!"
VI
Me doy cuenta ahora que releo, que lo leo otra vez, sí, que la primera fase da alergia y quita las ganas de seguir. Bien, tío, bien. Quería decir otra cosa: The Ribbons necesita disco ya. Si hacen un crowfunding yo llevo unas magdalenas caseras que se me dan muy bien.
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