Y así descubrimos la partícula subatómica. Ya habíamos visto a Southern Lights, a Last Fair Deal y también a Two Roads. Nos quedaba descomponer el átomo y ocurrió ayer: Gonzalo Portugal, a palo, a palosanto. Porque era él solo, sus dos guitarras y un buen barullo de folios que caían del atril al suelo igual que pierde el orden un árbol en otoño. Coño, lo mío no tiene solución.
Le llamaron de la lista de substituciones porque los Radio Aktiva se cogieron la baja y ocupó el escenario para darle al blues, al rock y al hillbilly; en resumen, a las seis cuerdas, siempre acompañadas por su voz, áspera lo necesario, dulce lo justo, profunda como Tindaya. Vaya, lo mío, definitivamente, no tiene solución.
Afinó con electrónico y al tacto; sacó la cejilla, el bottleneck, y hasta oro vibrato. Para la cuarta, alguien gritó que se despertaba la bestia y, por supuesto, pidieron una de Los Roñas. Bordó, una vez más, el "As the Crow Flies" de Rory Gallagher y no sé qué más contarte sin que me ponga merengón y empiece a dorarle la píldora tanto que me deje el píloro en el intento. Miento, sí que tengo solución: el mismo silencio con el que Gonzalo Portugal empezó ayer su concierto.
Mejor romperlo como lo hizo él que como lo estoy haciendo yo ahora. Así que callo y recomiendo: en cualquiera de los formatos anteriormente mencionado, ya sea átomo o partícula, déjate fusionar.
En fin, fue una buena forma de volver al Tubo en formato dúo y pasar el test íntimo y personal que nos pusimos ayer. Aprobado con nota, y con corolario en el Pano, donde sonaron lo mismo Eskorbuto que Vacazul que los Romantics, bien acompañados por la chica de los Black Crowes y por el capitán del equipo de fútbol americano. Vamos, que se disfrutó todo.
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