En seis cuerdas
cabe un mar,
el cielo y las estrellas,
y el sol que las despierta
en cada madrugá.
En seis cuerdas
se resume
el llanto y la alegría,
la brega que da vivir,
lo fácil que nos morimos.
En seis cuerdas
cupo un trono
y en el trono hubo un rey,
el rey que las rasgaba,
que sacaba de ellas mares,
cielos,
estrellas,
soles y soledades,
pena,
gozo,
vida,
y una muerte que para siempre
quedará prendida
al diapasón de su guitarra;
la misma que le servía
de corona
y de coraza;
de corazón
y de coraje.
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