Bien, a ver cómo lo hago sin liarme mucho, porque estoy viendo ya el berenjenal ahí en el horizonte, y me da un poco de pereza meterme hasta dentro.
Y es que escribir una entrada en la que, así, por arte de birlibirloque (sugus, que la he escrito con los ojos cerrados) voy a nombrar a Bo Diddley, Muddy Waters, Barry Tashian, Tom Petty, Eric Clapton, Jeff Beck, Jimmy Page, Emmylou Harris y puede que hasta a Robyn Rihanna Fenty y a Georgios Kryiacos Panaiotou (es decir, George Michael) es como para hacerse el harakiri con la tecla del bloqueo de mayúsculas y terminar de escribir antes de empezar.
Pero, como a mí, que tengo raíces en el río Alagón (raíces en un río, sí), pero más bien diría que parezco nacido de padre islandés y madre noruega, me afecta mucho la caló, pues estoy hoy, a esos de las 23:04 de la noche, que si ahora me diera por suicidarme seguro que lo hacía lanzándome al lago Vostok (lástima que sea subterráneo, se tiene que estar de fresquito allí).
Es el efecto del calor, de verdad: que he utilizado ya cuatro veces los corchetes para meter la cuña o la pulla y que las frases me están saliendo más rizadas que los tirabuzones de una peluca barroca. Tengo el flexo apuntando al sexo de una ardilla diminuta de trapo que le robé a una niña (soy malo, lo sé) que se lo merecía y aún así parece que tengo la cabeza metida en el horno con el programa pirolítico en funcionamiento.
Y, por eso, ni tele, ni cama, ni seguir leyendo Governor Glu Glu & Other Stories ni ganas de meterme los cascos en las orejas que me suda el canal auditivo externo. Y, por eso, me he puesto a recordar que esta tarde, harto de hartarme, me he jartado de enredar por el cosmos digital para tirar de un hilo que salía de una madeja tan perfectamente redonda como el trasero del Gargantúa. Y resulta que ahora me ha apetecido contarlo, para pasar el rato y pasar el calor contándolo.
(Ya estoy como que a la mitad del berenjenal y aún no he mencionado a nadie, si es que...)
Pues esto va de que allá por 1955 Bo Diddley grabó su primer disco e incluyó una canción que en los créditos se apuntó a sí mismo, porque, aunque aparezca un tal Ellas McDaniel, ése es él, Ella Otha Bates McDaniel (... el de "Faith" no lo tenía fácil, pero el de "Who Do You Love", tampoco). La canción se titulaba "I'm a Man" y estaba inspirada en el "Hoochie Coochie Man" de Muddy Waters, quien no sé si se cabreo, pero al poco tiempo, nada, ponle que un mes, le contestó grabando una irónica "Manish Boy" que no dejaba de ser una revisión con ganas de tocarle un poco las narices al de McComb. Al final, llegaron a grabarla juntos, con la compañía de Little Walter, cuando, en 1981, las tres estrellas del blues de Chicago se reunieron para grabar un álbum en pandilla, Super Blues.
La canción no tardó en bautizarse como un clásico, y elevarse a la condición de patrón que repitieron hasta la saciedad otras bandas (con ese ritmo stop-time tan pegadizo), además de convertirse en una auténtica tentación para marcarse una cover. Los grunges Dickless, Dr. Feelgod, The Sonics, The Who... y, por supuesto, The Yardbirds, todos hicieron una versión de esta canción. Y digo lo de por supuesto cuando menciono a los The Yardbirds, el único grupo que puede jactarse de haber tenido de guitarristas a Eric Clapton, Jimmy Page y Jeff Beck, porque ellos grabaron más de una versión, una en directo con Clapton y otra en estudio con Jeff Beck, con una instrumentación original que más tarde copiaría en directo Tom Petty y que, en cualquier caso, les daría algo de publicidad en el Billboard a la banda de Londres.
Hay más versiones, claro. Y la canción se ha podido escuchar en el cine: "Manish Boy" estaba en la banda sonora de Uno de los nuestros, el tejano Doug Sham la cantaba en directo en More American Graffiti y hace más bien poco, el grupo de electroclash Black Strobe hizo una versión electrónica para RockNRolla de Guy Ritchie.
Sin embargo, me vais a tener que perdonar. Si me he aprendido todo esto (que es información fácilmente accesible en internet, hasta en la wikipedia, no os vayais a creer que me he ido a la "hemeroteca", como decía el colega de Borja Pérez, a buscar entre los libros), es porque hay otra versión que a mí me sulibeya que ni perfúmenes ni cántaros de miel.
Y me vais a volver a perdonar el sacrilegio, insolencia y blasfemia, pero, entre Waters, Diddley y The Remains, me tengo que quedar con los últimos, de los que hablaré luego. Y lo sé, Waters es el padre del blues de Chicago, y era solo verle colocarse la guitarra por encima de la cintura y uno se ponía a hacer reverencias. Y lo sé, Bo Diddley no juzgaba libros por su portada, pero se sacó el rock and roll de la chistera, o más bien del kufi, porque se lo trajo de África. El tío que se inventó una guitarra con forma de caja de cigarrillos y, de paso, un ritmo, el 4/4, que ahora lleva su nombre y que han usado desde Smokey Robinson hasta Rihanna, pasando por Bruce Springsteen o George Michael y todo aquel que algún día haya tocado rock and roll. Lo sé. ¿Os aburrís? Id al youtube y escuchad otra vez el "Mr. Browstone" de Guns'N'Roses y escuchad la batería, claramente al principio: pum, pum, pum, A-pum. ¿Os aburrís tanto como yo? Buscad "Faith", no os dé vergüenza, en el youtube, y escuchad la guitarra de George Michael: ta-ta-ta-tada. El "Bo Diddley Beat". Lo sé. Y yo propongo elegir entre algo que hizo McKinley Morganfield (M.W.) y algo que hizo Ella Otha Bates (B.D.) y... ¿me quedo con la tercera opción? ¿Con una versión?
Pues sí, me vais a perdonar. Lo que no perdono es esta corriente tan fresca que está entrando por la ventana, como saque más la cabeza me voy a marcar un Luis XVI con la persiana. Pero me vais a tener que perdonar la osadía.
Eso sí, no es que The Remains empezaran su carrera con David Bisbal dándose la vuelta, que conste. Que conste en acta, porque estos tíos de Boston a los que conocerían todos los locutores de radio y los adictos al garaje de los sesenta, pero que a mí me habían evitado hasta como quien dice ayer, se están convirtiendo en una obsesión que me despierta todas las mañanas camino del curro. Aunque abrieron para The Beatles en 1966, tuvieron un par de singles de relativo éxito (al menos en su barrio de Boston), salen en las Nuggets, y eran unos músicos de reputación, no grabaron mucho y desaparecieron pronto, marchándose su líder, Barry Tashian, a hacerle de acompañante a Emmylou Harris. Volvieron hace unos años, siguiendo la tradición de los milagrosos revivals, pero no sé si seguirán tocando "I'm A Man" en directo (miento, en el youtube hay un vídeo de 2013).
Yo me quedo con la jam de cinco minutos que alguien tuvo el acierto de colgar en el yutuf. Una versión del "I'm A Man" de The Remains con un toque psicodélico y una voz que parece que está intentando trepanarte el cerebro. Si no te vuelves medio loco cuando en el minuto 1'40 dice eso de al'right y se desbocan los caballos, yo me paso al mus de sobremesa con copa, puro y película de vaqueros. Si, cuando se repite en el minuto cuatro, no has sucumbido ya a la enajenación, yo te prometo que lo entiendo porque para gustos están los colores y para disgustos los calores.
De eso iba todo, de evitar el calor con el color de la música de antaño. Y ya se ha ido el tiempo, que se hace tarde, y con la canícula me he hecho una entrada demasiado larga y desordenada. Así que lo dejo aquí. Yo que soy magnánimo como Tom Selleck (no podía irme sin un último chiste malo y otros corchetes) os dejo los tres vídeos de los tres candidatos y que cada uno elija que para eso existe el derecho a voto:
Y, por si hay alguien que, ¡y quién no!, prefiera quedarse con The Yardbirds y Jeff Beck, pues, ahí va:
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