Dime lo que quieras que no te escucho. Si me preguntas qué fue de Bishop Allen, te diré que lo excomunicaron. Ni idea. Dime ahora lo que quieras que me da igual, pero hizo click, y ya no hubo stop. No sé ni los años que han pasado desde que escuché esta canción por primera vez. Después, la olvidé, como muchas otras, pero, por una razón u otra, permaneció. Ahí, al fondo, en un cajón, como sucede con la mayoría de las fotografías, haga clic o ya no hagan clic las cámaras de fotos.
Hoy he tenido que teclear click con las teclas de mi teclado, tec-tec-tec, y me ha regresado a la memoria esta canción y las ganas de escucharla porque es tan liviana, tan sencilla, como esa alegría que apenas dura el segundo que nos lleva apretar el botón.
Y si no te gusta, igual de fácil es no hacer tec.
Comentarios