Tarros que me como solo


Me ha pasado dos veces este año, las dos veces hace poco, en verano, digamos, o casi en verano. Luego me como el tarro con estas gilipolleces y me siento aún más estúpido, pero no puedo evitarlo. Primero me pasó en el concierto de La Habitación Roja en el BBK Live. Unos pocos días después, las mismas sensaciones se repitieron en el concierto de Love of Lesbian en fiestas de Santurtzi. Antes decían que las bicicletas eran para el verano, ahora quizás resulte que el verano es para los jóvenes. O que los conciertos veraniegos de música indie española son para los jóvenes, vayan o no vayan en bicicleta. Y me sigo comiendo el tarro, hasta la tapa y todo, pensando si yo soy joven o no. Si aún era joven cuando éramos treinta viendo a La Habitación Roja en una sala pequeña, hace ya años, tantos años como han pasado desde que vi a Vetusta Morla antes de que la petaran, o cuando pocos fueron a ver a Vacazul en un apartado callejón de Deusto, o si recuento el tiempo que ha pasado cuando vi por primera vez a Los Planetas, por no hablar del día en que el lehendakari se sumó a la fiesta de Los Punsetes; Lori Meyers en camiseta, Deluxe teniendo que tirar de covers, Delorean en fiestas de un pueblo perdido en la geografía vasca, The Zodiacs en un bar más pequeño que el cuarto de baño de Shaquille O'Neal, La Casa Azul en un sótano oscuro... ¿Era joven entonces? ¿Lo sigo siendo ahora? ¿Por qué me siento desplazado, incómodo, pureta, cuando voy este verano a ver a todos estos grupos?
¿Por qué antes siempre vestía camisetas y ahora me pongo camisas de manga corta? ¿Quién dijo que las camisas de manga corta son horteras y deberían prohibirse? ¿Por qué le oí decir eso? ¿Es que me estoy haciendo viejo? Tarros que me como solo, mientras sigo botando en una esquina, ajeno a los años que pasan, a los chicos y chicas que tienen menos que yo y ahora ocupan la primera fila. Eso sí, nunca ocupé la primera fila, nunca después del último concierto de Soziedad Alkoholika al que asistí. 
¿Por qué todo esto y ahora?
Estoy en el youtube escuchando las canciones que ya se han colgado del nuevo disco de Napoleón Solo que creo que aún no ha salido al mercado. Yo lo escucho, yo lo disfruto, igual que hice con el primero, y me chirría algo dentro, algo que me hace sentirme aún más estúpido, pero no puedo evitarlo. Muevo la cabeza, de izquierda a derecha, se me llena la cintura de sal, lo hago a oscuras, me escondo, arranco el calendario de la pared, pero me vuelvo a ver en el espejo del baño... y me da igual. Cojo el tarro, lo lanzo contra el suelo, y me pongo a bailar sobre las esquirlas de cristal. Ya mañana, si eso, hablamos de mi conciencia. 

Comentarios

Raúl ha dicho que…
¿Bebes Gin Tonic y llevas hamacas a la playa en vez de toalla? Esos sí son síntomas evolutivos contrastados y científicamente probados.

De lo de la música, da igual. Atrás, alante, al centro o p'a dentro, la sigues disfrutando igual, que nos conocemos...

Salud!!
Holden Fiasco ha dicho que…
Si esos son los síntomas, puedo estar tranquilo. Como James Dean hasta la jubilación.
Me has asustado al ver el comentario, ya ni recuerdo la última vez que tuve uno. Se agradece. La próxima vez que nos veamos, te invito a un gin tonic.
Raúl ha dicho que…
En el Ebrovision aceptaré, gustosamente, dicha invitación... ;)