¿Recordáis ese capítulo en el que Rachel Green (Jennifer Aniston) le da permiso a Ross Geller (David Schwimmer) para que le entre a Isabella Rosellini (Isabella Rosellini)? No recuerdo el capítulo, pero hablo de Friends, y de ése en el que el humor recurre a las listas de mujeres (y hombres) con las que tendrían permiso para acostarse. La chanza llega cuando Ross Geller (ya sabes: David Schwimmer) no solo se toma su tiempo para confeccionar su lista, si no que, además, la plastifica y todo. "Laminated", se dice en inglés. ¿Y qué? ¡Magdalenas de Proust! Ayer nos pusimos a echarle un vistazo a los horarios del BBK Live para ir calculando qué vamos a ver y cómo. Y ella hizo la gracia: ¿vas a pasarlo a ordenador y forrarlo? Y esto viene a que hubo un FIB en que nuestro compañero de andanzas festivaleras, lo hizo. Con unos buenos metros de celofán, pero lo hizo, se plastificó la lista con los horarios de los grupos que nos interesaban, y nos reímos de ello, pero luego nos pasábamos el festival pidiendo que lo sacara. Quizás mi amigo lo hizo, lo de plastificarla, digo, porque en su subconsciente había quedado marcada nuestra primera experiencia con la gota fría del levante. Y es que aquel fue nuestro bautizo fibber. El primer año que íbamos, tres amigos un poco desorientados que no recordaban para nada a los dos de Tapas, llegaron a Benicassim cuando se desataba una de esas tormentas de gota fría que llenan las rieras. Gotas del tamaño de puños, de puños llenos de agua congelada, joder. Recuerdo correr por el descampado, cargando con mi mochila, la tienda de campaña, los pantalones se me caían, mis colegas corrían más que yo y yo no hacía más que gritar ¡que me pierdo el festival, que me pierdo el festival! porque mi entrada comprada en el Corte Inglés y que debía cambiar por una lucida pulsera, se estaba empapando en uno de los bolsillos laterales de mi pantalón corto. Cuando llegamos a la carpa del cambio, saqué la entrada con un miedo atroz, un miedo de más de cien euros, mientras el voluntario de turno se partía la caja conmigo aunque sin querer hacer leña del árbol caído. Y casi se cae todo el bosque, porque tardó como dos minutos cuarenta y cinco segundos, uno por uno los segundos, en conseguir que el aparatito leyera un código de barras que parecía más un mar en marejada de lo empapado que estaba. Pero lo consiguió, y tuve mi pulsera y mi festival, pero a mí se me quedó grabado y quizás también a mi colega, y por eso, más vale prevenir que curar, se laminó el tío el resumen del horario.
¿Sabéis lo que es una digresión? ¿No? Pues todo eso de ahí arriba. ¡Digresión, digresión!, como decía Holden Caulfield, por cierto.
El caso es que estuvimos echándole un vistazo a los horarios, ¡y aún no nos hemos comprado los abonos! Joder, empieza en dos días y así estamos. Habíamos esperado que la divina providencia actuara de oficio para regalarnos algún abono gratuito en los muchos concursos en los que hemos tenido a bien participar. No ha habido suerte, todo el mundo sabe que a la divina providencia le va más el canto gregoriano que el indie americano y no ha estado por la labor. Por eso estamos a estas alturas sin salvoconducto, pero digo yo que a lo largo del día de hoy nos reuniremos con Ugarte. Mientras tanto, esto es lo que más o menos tenemos decidido, y quien quiera criticarlo o corroborarlo o pasar de ello, hace bien:
Según nuestros cálculos (que aún no han sido discutidos con el tercero en discordia, ya sabes, el que se lamina los horarios), intentaremos abrir festival con el concierto de los granaínos Lori Meyers el jueves en el escenario dos. Cuando terminen, el reto es practicar una mitosis de barrio para ver un poco a Band of Skulls, y repartir el resto entre The Maccabees y La Habitación Roja. De ahí, un pelín a Snow Patrol, exaltación de la pasión escocesa según viví en mi primera experiencia con este grupo, y marchar a ver a Jon Spencer Blues Explosion. Cuando se vaya Mister Spencer, ya solo queda Mister Smith, y cuando termine The Cure, tocará Bloc Party, si es que no toca un poco de James Murphy. Para el viernes, hemos previsto estrenarnos con Noah and The Whale. Luego, la cosa estará entre los británicos con aire americano Mumford & Sons y los americanos con aire británico Here We Go Magic. De doblete, a triplete, porque luego podremos repartirnos para ver a The Kooks (mala experiencia con el etilismo británico en una ocasión anterior), We Are Augustines y Bigott, quien quizás no tenga mucho porcentaje porque parece que también estará en fiestas de Bilbo. Radiohead copará la siguiente franja y, después de ellos, un problema muy gordo cuando haya que elegir entre Vetusta Morla y Triángulo de Amor Bizarro. Si todo va bien, cerraremos la noche disfrutando de los Victoria's Secret y su sesión en la Carpa Vodafone. Por último, el sábado, suponemos que nos quedaran fuerzas para llegar a ver a Eli Paperboy Reed cuando aún no se haya escondido el sol. The View serán los próximos, aunque ya hartos de hypes británicos, presiento, acabaremos por irnos antes para ver a Glasvegas y/o a Supersubmarina. Keane viene después, aunque la última vez que los vi me pasé más tiempo disfrutando de los vídeos animados en las pantallas laterales y luego llegará el revival melancólico con Garbage. Me llama la curiosidad cerrar la noche con Sum 41, pero, probablemente, le dediquemos más tiempo a las defendidas de Jack White, The Black Belles. Y ahí se terminará todo, si no es que nos volvemos a presentar en alguna sesión de la carpa.
Así visto, después de ponerlo todo en lista y amenazar con plastificarlo, no tiene tanta chicha el carnero como pintaba, pero eso es algo que parece que siempre me pasa. Me da la sensación de que las cabezas de cartel tienen más pasado que presente, y que el resto es demasiado británico para mi gusto y mucho horario solapado con el indie alternativo nacional. Pero no nos vamos a quejar, que menos da una piedra aunque sea filosofal.
¿Plastificaré los horarios?
Si me veis por allí, me preguntáis.
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