Sallie Ford Came Home to Comfort Me

Que digas trompeta cuando quieres decir saxo. Dos veces. Eso sí se lo puedes achacar a la cerveza. Dos cervezas. Tres cervezas. Cuatro cervezas. Cinco cervezas y un vodka con naranja. Si te hubieran puesto una trompeta delante, habrías soplado por la campana. Para tí, un saxo era un coche francés. Que digas que alguien canta versiones de Megadeth porque comparte parecido con un estribillo de Etta James, manda cojones. Eso no tiene nada que ver con el alcohol. Pero es bueno, digo, lo de reconocer tu ignorancia.
Me refocilo. Me refocilo en mi propia ignorancia.
Seis, siete cervezas.
Trompeta, saxo, Megadeth, Etta James...
Mierda.
¿Me golpeo la cabeza contra la pared?
Mejor, escucho música.
Y como dicen que su voz recuerda a Etta James, a Bessie Smith, a Billie Holliday, y a Dave Mustaine, por qué no. Y como dicen que fue camarera en un Vietnamés antes que cantante de cuplé. Y como me gustan sus gafas. Y como me gusta el upright bass. Y como me gusta el rock and roll. Y como prefiero bailar antes que abrirme la cabeza contra la pared: Sallie Ford and The Sound Outside.
La uno y la dos. Una cerveza, dos cervezas...
¿Qué demonios le ha hecho esta gente a la música?



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