Ese comienzo me suena a alguien, y no caigo, y me está trasladando el cerebro. He puesto los diez primeros segundos de canción, veinte veces, ¿Blood Red Shoes? ¿The Thermals?... No sé, no sé. Pero me recuerda a alguien y me da igual, después empieza con el Joni Joni wait until september, y me olvido. Creo que la sencillez, aunque sea mentira, es el secreto de una buena canción. No me gustan los planteamientos barrocos, los desarrollos elaborados, las complicaciones extremas. Aunque luego escucho canciones de diez minutos con largos desarrollos, abstractas intros y finales con fuegos de artificio y también me lo trago. Pero no hay nada como una canción de tres minutos con guitarras a ritmo de récord de los diez mil y una batería que ha metido los dedos en el enchufe. Das en la clave con una palabra sencilla que sirva como eje, como vértice, y luego dejas que la canción se expanda, se extienda por tres minutos incandescentes y volátiles.
Correcto.
Joni no sé quién es pero me recuerda a alguien. No sé si llegará en Septiembre o más tarde, pero llega al final de la canción y ha merecido la pena.
No he vuelto a oír nada de estos tíos desde 2008. Paul Thompson volvería a la batería de Franz Ferdinand y alguno de ellos andaba por The Royal We. No sé si han vuelto a ver a Joni, pero, después de un puto día de trabajo asqueroso suenan de puta madre, así, sencillo, sin pretensiones, de puta madre, Joni.
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