Enredando en el youtube, que debería considerarse algo más que una actividad, incluso algo más que un ejercicio, debería considerarse deporte olímpico, me encontré con este vídeo.
Es un vídeo personal y emotivo. Pertenece a la intimidad de la bajista de lo que fue Jonny Barber and The Rhythm Razors que ahora se han convertido en Jonny Barber and The Living Deads.
Dentro de poco, va a hacer un año de su primera gira europea, cuando los tres componentes del grupo visitaron varios países del viejo continente para dar un buen puñado de conciertos en salas pequeñas, con público entusiasta y una tras otra demostración de rock and roll del clásico, comprometido, intenso, sincero y bien ejecutado.
Se me ve el plumero, lo sé. Tuve la oportunidad de pasar con ellos dos de los días más intensos y activos de mi estática y pasiva vida. Aprendí bastante y disfruté más. Otro deporte olímpico. Y esa bajista que ahora protagoniza este vídeo junto a su abuela me dejó como recuerdo su eterna sonrisa, su curiosidad respetuosa e hiperactiva, y un recuerdo imborrable de como se tiene que tocar el contrabajo de pie.
Me permito colgar el vídeo aquí porque tiene libre acceso en el youtube y porque provoca sentimientos que superan el contexto más íntimo de la propia Symphony y me trae recuerdos de otros tiempos y de tiempos que, inexorablemente, están por venir. Me gusta el sonido del aire, sus voces susurradas, los silencios llenos de contenido, sus miradas, sus sonrisas y lo primitivo que suenan las cuerdas de ese contrabajo que durante unas horas de una calurosa tarde de otoño, Symphony me pidió que se lo guardara como si me estuviera pidiendo que me encargara de custodiar un preciado tesoro. Otro deporte olímpico.
Posdata / P.S.: Symphony, I guess that there are no many chances that you get to visit this blog and know that I loaded your video. If you do, know that I do it with high respect for such an intimate and personal experience, but let me tell you that it is such a good illustration of how music helps to bind us together that I thought it would be nice to show it to anybody who happens to visit this little spot.
Es un vídeo personal y emotivo. Pertenece a la intimidad de la bajista de lo que fue Jonny Barber and The Rhythm Razors que ahora se han convertido en Jonny Barber and The Living Deads.
Dentro de poco, va a hacer un año de su primera gira europea, cuando los tres componentes del grupo visitaron varios países del viejo continente para dar un buen puñado de conciertos en salas pequeñas, con público entusiasta y una tras otra demostración de rock and roll del clásico, comprometido, intenso, sincero y bien ejecutado.
Se me ve el plumero, lo sé. Tuve la oportunidad de pasar con ellos dos de los días más intensos y activos de mi estática y pasiva vida. Aprendí bastante y disfruté más. Otro deporte olímpico. Y esa bajista que ahora protagoniza este vídeo junto a su abuela me dejó como recuerdo su eterna sonrisa, su curiosidad respetuosa e hiperactiva, y un recuerdo imborrable de como se tiene que tocar el contrabajo de pie.
Me permito colgar el vídeo aquí porque tiene libre acceso en el youtube y porque provoca sentimientos que superan el contexto más íntimo de la propia Symphony y me trae recuerdos de otros tiempos y de tiempos que, inexorablemente, están por venir. Me gusta el sonido del aire, sus voces susurradas, los silencios llenos de contenido, sus miradas, sus sonrisas y lo primitivo que suenan las cuerdas de ese contrabajo que durante unas horas de una calurosa tarde de otoño, Symphony me pidió que se lo guardara como si me estuviera pidiendo que me encargara de custodiar un preciado tesoro. Otro deporte olímpico.
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