Creo sinceramente que la casualidad o el capricho tienen mucho que ver en cómo somos, o en quiénes somos. Esto igual suena más estúpido si cabe: si hubiese escuchado a Nudozurdo cuando tenía 20 años no les habría escuchado igual. De todas formas, "Mil espejos" llegó por casualidad, por capricho. Llegó ella, yo no hice nada. Ni tan siquiera la dejé entrar, pero la música de Nudozurdo es así: si no la dejas entrar, tira la puerta de una patada. Como los bomberos, pero en realidad, ellos vienen para incendiar la casa. Es una canción hipnótica. Sobrecogedora. La sección rítmica te aleja y la voz te recupera, toda la canción es como una marejada. Después siguieron tirando puertas y entraron otros títulos, "El hijo de Dios", "Ha sido divertido", "Ganar o perder" que tiene uno de los comienzos más sencillos pero más emotivos de la música reciente... Siguieron tirando puertas de una patada. Por casualidad, por capricho, pero así es cómo somos.
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