“The Lion’s Rip”. ¿Alguien es capaz de no enamorarse de esas guitarras? Parece que están talando un bosque frondoso. Parece que aporrean la batería con esas mismas guitarras en lugar de usar baquetas. No sé quién es el duque, pero me gusta su espíritu. Que sí, que todo tiene un origen, y si les conozco es porque me leí el libro de Nick Hornby, ¿qué puedo decir? Pero voy a decir algo más: todos sabemos de qué va esto, hoy tengo boda. Me he comprado unos zapatos, me voy a meter la camisa por dentro, llevo corbatín y una americana que compré en el Corte Inglés. Voy a decir más: cuando esté en el ayuntamiento, cuando el concejal empiece a hablar, voy a cerrar los ojos, y lo único que escucharé serán las guitarras de Lion’s Rip. Como si estuvieran cortándole los dedos a los contrayentes. Después de la cena, ya en la barra libre, descamisado, borracho, no voy a parar hasta que el dj me mande a tomar por culo. En ese estado, ni me importará: le encontraré atractivo a Raffaella Carrá. Y digo más: alguien le encontrará atractivo a verme bailar Raffaella Carrá.
Posdata: ya pasó. Sinceridad ante todo: en la boda no me acordé de The Duke Spirits. Tampoco nadie encontró atractivas mis contorsiones. ¿Lo mejor del dj?: Platero y Tú, Los Suaves, Barricada, la italiana y la colección de pasodobles, claro.
Posdata: ya pasó. Sinceridad ante todo: en la boda no me acordé de The Duke Spirits. Tampoco nadie encontró atractivas mis contorsiones. ¿Lo mejor del dj?: Platero y Tú, Los Suaves, Barricada, la italiana y la colección de pasodobles, claro.
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