Fiasco Review!!: It's On de John Dealer & The Coconuts


 

Lo sacaron en marzo de este año de la mano de Ghost Highway Recordings. Trabajaron en los estudios Garate, en Andoain, y lo hicieron de la mano de Ola Ersfjord, con quien ya habían trabajado en su anterior trabajo, un epé cuyas canciones han incorporado aquí también. Para darle un matiz más a las canciones, también se incorporó al proyecto Kurt Baker. A Baker, poco hay que hacer para presentarlo, ya que, bien sea en la producción como cantando y con su guitarra, lleva tiempo haciéndose un nombre por estas lindes. Al sueco, quizás, no le conozcamos tanto, pero es socorrido resumir su currículo diciendo que ha trabajado, entre otros, con Lucifer, Dead Lord o Tribulation, y que ahora se ha asentado en Malasaña. Sin indagar para conocer los detalles, los nombres de Baker y Ersfjord pueden usarse para simbolizar, precisamente, como John Dealer & The Coconuts pueden moverse con tanta agilidad entre el powerpop y el High energy en este It's On.

Y es que, en este nuevo disco, siguen por ahí, entre el punk-rock, el rock and roll, el garaje, el powerpop y la contundencia arrolladora del High energy. Quizás, las canciones nuevas, así, a bote pronto, diría que son más macizas que en sus anteriores trabajos, donde aparecían los elementos menos apelmazados, pero eso solo contribuye a que el disco se escuche del tirón, como una invitación a la combustión instantánea. 

En esta ocasión, no han recurrido al euskera y todas las canciones están en inglés. Las cuatro nuevas se recogen en la cara A del disco y, en la B, incorporan "No One Says Goodbye", que regraban para la ocasión. Si no es el primer tema que grabaron o hicieron -- algo así creo haber leído -- poco le quedará, y es, sin duda, un ejemplo de su sonido genuino, del origen de todo, con ese ritmo a galope, un pelín más furiosa. Las otras dos canciones que completan la cara B son las que ya venían en su anterior trabajo, el epé que ya habían grabado con Ersfjord: "Sons of a Revolution" y "Set On Fire". La primera, un medio tiempo sobre resiliencia, que termina en un epílogo potente cuando ya se acerca a los cuatro minutos. "Set on Fire" es más corta y encandila desde la primera estrofa con el trabajo de batería que empuja por detrás. Si quieres conocer cómo empezó esto, comenzar con la cara B puede ser una buena opción. 

Luego, ya, te vas a los cuatro temas nuevos, que vuelven a ser en inglés. "White Gloves" supera los tres minutos por casi medio. Es el bajo quien empieza tentando y toda la instrumentación mantiene una tensión expectante durante toda la canción, sin que acabe de explotar del todo. El trabajo de las guitarras en el puente es original. Tiene cierto aire a clásico, a música perenne, a que permanece con el tiempo y exige atención y repetición para disfrutarlo a gusto. "Out of Experience", por el contrario, gravita sobre un estribillo bien soldado, que la guitarra apuntala con delicadeza. Repitiendo palabras clave con significado, hablan sobre resistir y persistir aun cuando te sientas desorientado. La canción se desvanece en una reverberación final. La siguiente, "Cold Shock", tiene una estructura más compleja, sellando bien cada estrofa con ese ribete repetido, "turning it up", que sostiene una historia sobre un doloroso desengaño que la música parece relativizar. Tiene ese cosquilleo efervescente del powerpop por ahí, entremezclado. Por último, "Stop (Now!)" igual es la más contundente, la más escandinava, y habla sobre música con un aire crítico, llegando a un final donde parecen solaparse y acoplarse diferentes dimensiones.   

Si les has visto en directo, tienes esa oportunidad para sospechar que las nuevas canciones huelen, se sienten, se presume que en directo van a funcionar bien y caerán como cerilla sobre gasolina. Por el contrario, si no les has visto antes, creo que te vendrán las ganas de hacerlo cuando escuches esto, que es una buena muestra de la energía y actitud con la que suben al escenario. It's On y bien on. 

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