Tinto de Fiasco!!: $87 and a Guilty Conscience that Gets Worse the Longer I Go de Richmond Fontaine



Cabecera: Vamos a hacer el agosto con la nostalgia más impúdica. Salimos huyendo tan rápido de la rutina que nos trajimos solo de depósito el disco duro del portátil. Así que nos vamos a pasar el verano escuchando música que podríamos llamar antigua, subjetiva y objetivamente. Y en un ejercicio de reciclaje patético, vamos a mantener el chiringuito abierto hablando brevemente (nunca más de 30 líneas) de discos que en su día machacamos y que hacía mucho tiempo que no oíamos. Se nos verán las vergüenzas, pero a quién le importa en esta época de verbenas y barbacoas, ¿no? De etiqueta aglutinadora, un chiste malo marca de la casa pero refrescante: Tinto de Fiasco!!


Si has visitado este blog a menudo, incluso, si solo lo has hecho en contadas ocasiones, te habrá caído alguna vez encima, sin verla venir, mi perorata sobre Richmond Fontaine o Willy Vlautin. 

Era fácil esperarse que este verano, cuando he tenido que mirar en el fondo del armario para ver qué me ponía a escuchar, pues, como digo, era fácil esperar que Richmond Fontaine estuviera en la selección. 

Lo he ido dejando para el final, pero sí, por supuesto, a lo largo de este mes, Richmond Fontaine ha estado en mi dieta musical. Mientras conduzco, suelo tirar de los primeros, Safety, Miles From o Lost Son. Estos días, si conducía con la familia, tocaba escuchar Petit Pop, por razones que se pueden sospechar. Si lo hacía solo, he vuelto al Miles From.

Pero en casa, rebusco en los clásicos, Winnemucca, The Fitzgerald o Thirteen Cities, que siempre ha sido al que más cariño le he tenido, que no quiere decir que sea mi favorito. De hecho, este verano, me ha dado por fijarme en $87 and a Guilty Conscience that Gets Worse the Longer I Go, que no es un álbum porque no quisieron que lo fuera. En realidad, son las canciones que no entraron en Thirteen Cities cuando bajaron a grabarlo en Tucson, Arizona. 

En este disco están algunas de mis canciones preferidas de los Richmond Fontaine: la oscura historia de la canción que comparte título con el álbum; esa visión general del oeste de los Estados Unidos, enrevesada en una historia diminuta en "The Water Wars"; dedicarle una canción a mi escritor nativo preferido, James Welch; o el spoken word de "Moving Back #1" (la 2 estaba en Thirteen Cities). O, por supuesto, "The Gits", que, en esta ocasión, será la que elija. 

Porque me parece prolija y un buen ejemplo de lo que a veces hace Vlautin escribiendo y no te das cuenta, que combina planos, comunica muchos miedos y dolores al mismo tiempo, diluye el tiempo en varias historias que se enredan. En esta, parece que habla/canta solo de su pavor a la multitud y el ruido de Seattle, al tiempo que celebra haber asistido a un bolo de The Gits. Sin embargo, al final, su propio miedo se entrevera con el recuerdo de una chica, que yo me atrevo, en mi lectura de la letra, a interpretar como un recuerdo sentido a la figura de Mia Zapata, cantante de The Gits, banda que tuvo su relevancia en Seattle durante los 90. La historia de lo que le pasó a Mia Zapata con 27 años es lo que arrebata el pensamiento del protagonista de la canción. 


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