Mis amigos los frikis



Hay que echarle valor para entrevistar a Manu “El Gallego” por teléfono. Le pillo cocinando lentejas y con problemas con el viento. Le digo que no le oigo bien y se calla: “Mmmm… es viento del norte, sí, del norte.” Hay que echarle valor porque, como con todo lo que hace en esta vida, y lo vamos a ver luego, Manu es un torbellino, pura energía, aunque sea eólica, como el viento que ensucia la línea telefónica. Vocalista y mucho más en Porco Bravo, a Manu, esta vez, no le llamo para preguntarle por su banda, que, ya lo sabemos todos, está en periodo de excedencia. Sin embargo, como cabía esperar, el ímpetu con el que responde es el mismo que no le permite estar quieto sobre un escenario: arrollador, vamos. Le hago una pregunta y la respuesta dura el resto de la conversación. No me da tiempo a tomar notas; me agobia lo que garabateo, sé que no lo voy a entender luego. Encima me echa la bronca, con cariño, pero bronca: “Pon la grabadora, hombre… El teléfono tiene grabadora, en fin.” El fin llega cuando la llamada se corta. Tengo que volver al curro, así que no le vuelvo a llamar. Le mando un WhatsApp y le doy las gracias. “Habla con Kalbo y con Patxi,” me escribe, a modo de despedida.   

Con esa última frase, aprovechamos y ya hemos dejado por escrito los tres nombres clave para hablar de lo que queremos hablar, de Another Freak Production!!, sí. Para los que no lo sepan, ahora mismo os explico qué es. Antes, por qué. Hablamos de Another Freak Production!! por dos razones: una, porque ya era hora de que alguien lo hiciera; y dos, porque este próximo sábado celebrarán su vigésimo aniversario por todo lo alto. Fiestón en el Mendigo Aretoa, como se llama ahora el susodicho local según su contacto 2.0, recién estrenado en redes sociales. Del aniversario hablaremos luego, al final, para cerrar este texto. Antes, intentaremos recuperar un poco la historia y el sentido de un proyecto que, si esto fuera los Estados Unidos, probablemente ya hubiera dado lugar a un documental, una tesis doctoral o vete tú a saber qué más. Pero son de aquí, de Barakaldo, una ciudad que, según el Eustat, tiene poco más de 11.000 ciudadanos con estudios superiores; así que lo de la tesis doctoral, mejor lo abandonamos. El documental, creo yo, lo merecerían. Y es que, para los que no lo sepáis, Another Freak Production!! es uno de los mejores ejemplos que tenemos en el pueblo, y más allá (mucho más allá), para entender qué significa eso del “hazlo tú mismo;” también lo podríamos llamar activismo cultural, por qué no, lo que quieras. En su libro de 2012, Barakaldo Revienta: Historia secreta del Punk-Rock en Barakaldo (1979-2010), Gotzon Hermosilla les llamaba “colectivo” y resumía lo que fueron y lo que son así: “… hacia el año 1999 empezó a organizar conciertos allá donde les dejaban, siempre de forma altruista y sin ánimo de lucro” (86). Luego ampliaremos detalles, pero, más o menos, queda bien explicado ahí. 

Cuando le pregunto a Manu quién es Another Freak Production!!, su respuesta, fiel a su estilo personal, es más significativa que curiosa: “El pueblo.” Y añade: “Siempre… por y para el pueblo.” Queda bonito, y no le falta razón. Luego se pondrá serio y reducirá la lista a cuatro nombres, tres de los cuales ya los hemos mencionado. David (Kalbo), baterista y uno de los dos socios que regentan el bar El Tubo, templo de la música en directo en Barakaldo; Patxi (Harper), toda una institución en el mundo del punk, incluso más allá de la localidad fabril, y recordado, en parte, por su fanzine Punk-rocker; y, por supuesto, él mismo, Manu (El Gallego), aunque recalca que él se involucró más tarde: “yo aparezco a partir del 2000,” explica, “para hablar del principio, mejor hablas con David.” Y acabaré hablando. Y también con Patxi, al que Manu insiste en poner siempre en el centro: “él nos da los contactos, él sabe qué puede funcionar y qué no.” El nombre también lo pusieron en equipo, me cuentan: a David se le ocurrió lo de Freak Production. Manu añadió lo de Another. Me gusta imaginarme a Patxi en el medio, en silencio, dejándoles hacer. Me lo imagino asintiendo mientras se ríe irónicamente: siempre que leo un jojojo en el WhatsApp suena igual. Por supuesto, el nombre no lo pusieron así. Como todo en esta historia, ocurriría a trompicones, por inercia, sin agenda. Manu: “Cada vez nos animábamos a hacer más bolos, que por aquel entonces estaban prohibidos en los bares. Éramos aire fresco y la gente se hacía preguntas: ¿quién ha hecho este bolo?, ¿el pub, los grupos? David, uno de los fundadores, era el encargado de los carteles y empezó a poner en el borde de los carteles lo de Another Freak Production!!” ¿Por qué Freak? Sigue Manu: “No sabíamos cuándo iban a llamar los vecinos o cuándo aparecería la municipal… Todo era incertidumbre, así que cada bolo era una fiesta friki.” Ya más adelante, cuando la cosa se aceleraba, Manu le pediría ayuda a Jorge Fernández, alias Zebu, guitarrista de Paniks y ex de Porco Bravo, para crear un logo. Marty Feldman y su contundente mirada exoftálmica se convertirían en la imagen del colectivo. Si le preguntas a Manu por qué Feldman, te recuerda lo de la supuesta intoxicación de marisco cuando murió en Ciudad de México, pero, en realidad, te lo resume así: “Porque era el más freak.” Por los signos de exclamación, que si uno que si dos, no le pregunto. Igual no los puso nadie. Los trajo el viento. Del norte. Volviendo al inicio de este párrafo, que hacía falta, el cuarto nombre que añade Manu cuando intenta responder seriamente a la pregunta que le hice al principio es el de Eneko, a través del cual, en los comienzos, Another Freak Production!! conseguiría un local fijo en el que celebrar los conciertos que iban programando. Sin embargo, no son los únicos nombres que oiré al otro lado de la línea, por supuesto, pero no los pillo todos. Manu intentará concretar su primera respuesta, lo de “el pueblo,” con una buena colección de nombres propios, y tiene sentido, viendo cuál era el espíritu de este proyecto, pero confieso que no puedo seguirle el ritmo: “Menciona también a gente como Gazpi, Aito Corcuera, Berna, Oskitar…” No me da tiempo a apuntar. Manu se explica: “Todo el mundo echaba un capote.” Yo me resigno y encima pido más: “¿Alguien más?” Se lo piensa, pero, por suerte, desiste: “Yo qué sé, no. Me faltan, pero… pon puntos suspensivos.” Y los he puesto/pongo. 

Hermosilla lo explica muy bien en el libro que mencionábamos antes: “… a finales de los 90, con el Mellid programando conciertos de forma cada vez más esporádica y la Katrena cerrada, el panorama de la música en directo era desolador” (86). Se refiere a Barakaldo, ciudad que, una década antes, concentraba gran parte de la actividad musical del norte de la península. Manu me dirá lo mismo, con otras palabras. David, también: “En esos años, todos los fines de semana tenías que recorrerte Bizkaia porque en Barakaldo no había nada. Se había cerrado La Katrena y no había ningún local de un aforo de 100-150 personas que hiciera esos conciertos.” No eran buenos tiempos para la lírica ni para la música en directo. La normativa municipal ahogaba y la gente emigraba, aunque fuera en viajes cortos de ida y vuelta. Precisamente, Manu apunta a aquellos fines de semana itinerantes para encontrarle las raíces a Another Freak Production!!: “Fue en bolos como el de Supersuckers en el Gwendolyne de Algorta o el de Slaughter & the Dogs en la sala Jam cuando empezamos a planteárnoslo. En Bergara lo vimos claro. Había unas 200 personas en el concierto y 50 o más habían venido desde Barakaldo, así que nos lo planteamos en serio. Nos dimos cuenta de que podía funcionar.” Lo que querían hacer era eso, algo, lo que fuera: “Hacer algo en Barakaldo,” dice Manu. No hace falta ser más concreto, aunque él lo intenta: “Ir haciendo bolos y cosas que nos gustaría ver a nosotros y, en esos momentos, no había manera.” Patxi lo repite: “Bueno, pues, en su momento queríamos hacer algo para animar un poco el cotarro en el pueblo…” Había otros objetivos, no sé si secundarios, pero también importantes. Al menos, así lo ve Manu: “… echar un capote, crear relaciones, que se creara una red y tuviéramos feedback, que bandas de aquí conocieran a bandas de otros sitios y pusiéramos a Barakaldo de vuelta en el mapa musical.” A lo largo de la conversación, queda claro que el espíritu era emprendedor, colaborativo y comprometido: “... taquilla, carteles, producción, todos hacíamos de todo. Yo me he deslomado cargando y descargando, y todo lo hacíamos de manera desinteresada. El dinero que se sacaba iba a la caja común.” Ya lo decía Hermosilla y Manu lo confirma: “No hemos tenido ánimo de lucro.” E insiste: “De hecho, hemos palmado pasta.” David le pone poliglotía y, sobre todo, humor: “non profit association”; y recupera el proverbio de Manu: “por el pueblo y para el pueblo.” Patxi también coincide con sus dos compañeros: “El objetivo era animar el pueblo sin ánimo de lucro, nunca nos hemos llevado un pavo a nuestro bolsillo. Todo lo que se ha sacado ha ido para los grupos. Si alguna vez ha sobrado alguna pequeña cantidad se ha metido en un bote, que todavía ahí está. Ahí lo tengo en casa, lo usamos de vez en cuando, para pagar entradas o nuestras historias. Ahí sigue…”

Quizás la época más prolífica, y por lo tanto la más recordada, de Another Freak Production!! sea, aún, la que tuvo como sede a la sala Edaska, primero cuando solo era pub, luego ya convertido en Rock Club, fórmula inventada para darle más cuajo a todo lo que estaba ocurriendo. Allí, Manu llegó a programar más de noventa conciertos, no todos ellos bajo la etiqueta de Another Freak Production!!, ya que se hicieron otras cosas “sin ese aire punkrockero”, como él explica, llegando a colaborar con la gente de Northern Rockers o de Hardcore for My Nose, por poner un par de ejemplos, para traer a todo tipo de bandas. Sin embargo, como no podía ser de otra manera, hubo una prehistoria; un antes, e, incluso, un después. Vamos con ello.

A finales de los 90, Manu y David conocen a Patxi y se avivan sus ganas de empezar a moverse. Por entonces, Patxi aún sacaba su añorado fanzine, Punk-rocker, y por amistad con la gente del gaztetxe de Leioa, se encuentra a sí mismo, por primera vez, metido en la tarea de organizar un bolo. Ese bolo, que tiene lugar el 18 de diciembre de 1998 en el gaztetxe de Mendibile, es el que ha dado lugar a este aniversario. El concierto era una de las muchas actividades de protesta contra el proyectado Supercuartel de la Guardia Civil. Patxi propuso contratar a los Aerobitch, con los que tenía una buena relación después de acompañarles de gira por Alemania y Holanda. Carbonas, “una mezcla entre Ramones y Runaways” según el cartel del evento, venían acompañando a los Aerobitch en la gira. El tercero en discordia sería uno de los grandes descubrimientos de la noche y, en general, de la escena musical vasca en los tiempos más recientes. Los Gramones de Iñaki Urbizu “Pela”, a los que había propuesto un amigo gazteiztarra de Patxi, triunfarían por todo lo alto: “… la primera vez, la de Mendibile, no habían salido de Vitoria nunca, que yo a veces le vacilo al Pela con eso, que yo les descubrí y toda la chorrada,“ cuenta Patxi mientras confirma el éxito de aquella actuación. El día antes de ese concierto, Patxi y David son dos de los cinco tíos que viajan en un coche para asistir, precisamente, al concierto de Aerobitch en la sala Tapioca de Gasteiz. Hasta entonces, no se conocían. Aún no nacía Another Freak Production!! pero se barruntaba, la mecha se había encendido: “De ahí que los historiadores consideren ese concierto como el germen de Another Freak Production!!,” me escribe David, y luego pone media docena de emoticones sonrientes y lacrimosos en la siguiente línea. Y así es, la fecha que se celebrará este próximo sábado, como ya hemos dicho, es ésta. No sería el único concierto de aquellos comienzos, ya que Patxi se metería en algún que otro berenjenal, y sus nuevos compinches le acompañarían, como otro concierto que aún recuerdan con claridad los que allí estuvieron y en el que el bar Kaos le haría honor a su nombre: “fue otra vez Aerobitch y Gramones, que se quedó bastante gente fuera,” recuerda Patxi, quien calcula que fue sobre 2001, aunque le parece tarde. En cualquier caso, el verdadero bautizo de fuego tuvo lugar en las fiestas del Carmen de Barakaldo, en 1999 o en 2000, hay dudas, con el bolo de los Machos, Hot Dogs! y Gramones, que se animaron a organizar en el Parque de Los Hermanos de Barakaldo. David lo rememora: “Ahí hablamos con Emilio del Eguzki y con Alberto de El Tubo y montamos una barra y todo.” Todo esto, como resume Manu, es lo que les da confianza: “Esos son los primeros y nos dan seguridad.” Lo mejor estaba aún por llegar. 

El empujón final llega cuando, a través del ya mencionado Eneko, consiguen que el Pub El Mendigo se convierta en una sala habitual para organizar conciertos. Ese será el nacimiento oficial. “Sin escenario ni nada,” subrayan tanto David como Manu, a las bravas, tirando del equipo de voces del propio Manu y de Txesko, cantante de Karretera Agropekuaria: “cómo pesaban las putas pantallas de Karretera,” recuerda David. Estamos hablando del año 2002, más o menos. Entra en circulación el euro. El efecto dos mil no se había cargado los ordenadores de la peña y el cambio de siglo tampoco trajo bajo el brazo revolución ni cataclismo alguno. O casi. Es el año del "Aserejé" de Las Ketchup, del "Que la detengan" de David Civera, del "Europe's Living a Celebration" en Eurovisión. Pero, para compensar, ese mismo año, en el invierno, Porco Bravo, una de las bandas que define la historia musical más reciente de la ciudad fabril, hace su debut en el Pub Alaska. Seis meses antes, otra banda de culto en el pueblo, Fetish Kafe, se estrenaba en el gaztetxe de Trápaga. Manu y David participaban en estas bandas. Eran tiempos de intensa actividad y mucha ilusión. En unos pocos años,  aprovechando la disposición de los dueños de El Mendigo, se animan a organizar bolos de gente como Bonzos, Discípulos de Dionisos, Obligaciones, Los Padrinos… La lista que me hace Manu termina recordando un bolo que les pasó Kike Turmix, con los Hard Feelings y los Paniks. Pero, quizás, el nombre más simbólico para resumir esta época, uno que se repetirá hasta el día de hoy cada vez que se habla de Another Freak Production!!, sea el de Nuevo Catecismo Católico. Manu lo explica: “… los Catecismo llevaban casi una década de incesante actividad y aún no habían tocado en Barakaldo… Freak Productions puso la solución.” Lo hicieron sin escenario, en 2001. Un año más tarde, volvieron, el 19 de abril, ya con escenario, acompañados de una banda noruega de nombre impronunciable que el día antes había participado en el Villa de Bilbao, según recuerda David, aunque el nombre lo recuperemos del mismo libro de Hermosilla que ya hemos citado varias veces: Nullskattesnylterne. Por supuesto, no fue el único concierto de esta época en el Mendigo, pero sí uno que los tres protagonistas recuerdan claramente. Patxi lo resume muy bien: “La primera vez que NCC tocaron en Barakaldo fue en el Mendigo, a ras del suelo, que… creo que fue después del Generación perdida, que llamé a Gonzalo y le dije que tenían que tocar en Barakaldo de una puta vez, lo que pasa que hasta entonces no había un sitio donde tocar y me dijeron, sí, donde sea, y es cuando creo que empezó el Mendigo, y después del Mendigo pasamos al Edaska, que eso fue el Gallego el que lo montó.” 

Y así fue. Llegan los problemas con la policía y la normativa municipal y la época de El Mendigo se termina. No pasa mucho tiempo antes de que Manu pase a la acción y encuentre una solución. Según él mismo cuenta, se entera de que en el Edaska han hecho reformas y “han puesto dos peldaños más de profundidad.” La licencia de café teatro es una golosina y Manu añade que el local tiene “un aire CBGB muy guapo.” Así que se afana y convence a los gestores del local. En torno a 2004 empieza la actividad, como atestigua en su libro Gotzon Hermosilla: “El panorama cambió radicalmente a partir de 2004. En junio de ese año, los dueños del pub Edaska accedieron a que en su local se organizaran conciertos” (87). El primer bolo es uno de Vibrators y U.K. Subs, un 24 de junio de 2004, jueves. La cosa funciona desde el principio y se acelera rápido. Pronto, llegan más bolos. Crece la ilusión y con ella llega el compromiso de más peña: “… primero hacemos uno al mes, luego cada quince días, a la semana…” Tendríamos que usar unos cuantos párrafos para poner en fila los nombres de todas las bandas que pasaron por allí. Van algunos, más bien pocos: Muletrain, Los Natas, Positiva, Nitwitz, Atomic Bitchwax, Millions of Dead Cops, Gee Strings, The Kids, The Capaces, Demented Are Go, Motociclón, Johnny Casino… La lista es interminable, hasta rozar la centena, con el logotipo de Another Freak Production!! en una esquina de los carteles o sin él. Mientras hablo con él, Manu recuerda un bolo de los Aterkings y Hot Dogs! Tuvo que hacer de técnico de sonido y sudó "como un cabrón." Se acuerda de que Isa estaba allí pero no se acuerda de mí. Yo sí, igual que recuerdo a Patxi haciéndome salir de nuevo al descansillo para pasar por el protocolo de pagar la entrada en el bolo en el que los Paniks presentaban su split con Jesus Racer Trío. Si te gusta la música rock, el punk, el metal o el hardcore, las guitarras y la distorsión, si eres de nuestra generación o alguna cercana, en algún momento tuviste que estar allí abajo, en aquel sótano oscuro, y te tropezarías con ellos, seguro. 

Todos los años que pasaron programando en el Edaska dejaron un buen puñado de grandes recuerdos que podrían ayudar a escribir un libro voluminoso. Vamos a recuperar unos pocos, los que ellos mismos han elegido, aunque sea inconscientemente. Por ejemplo, un momento climático llegaría el 16 de julio de 2006, un domingo. Spermbirds y Mentes Enfermas consiguieron lo que David califica como “el mayor llenazo de la historia. Se acabaron las entradas y sacamos más. Se vendieron 225 entradas. Coincidía con el Carmen y se nos fue de las manos.” Patxi lo califica de “otro concierto bestial. Fue un domingo de fiestas de Baraka. Estaba a reventar aquello, sudaba la pared.” También era el primer año de la nueva andadura de El Tubo. David recuerda como salió de aquel concierto en el Edaska sin camiseta y se paseó por San Juan y Juntas Generales, camino de su turno en el bar, con el torso al aire y una sonrisa de satisfacción. El cartel de aquel concierto aún decora El Tubo. Se ha hecho casi piel de papiro, pero sobrevive. 

Los guipuzcoanos Nuevo Catecismo Católico vuelven a aparecer en la lista, por supuesto. En esta ocasión, Patxi recuerda cuando actuaron en el Edaska acompañando a U.K. Subs: “Era un dúo de grupos que teníamos en la cabeza desde hace mucho,” dice, “no sé si era el décimo aniversario, pero recuerdo que Gonzalo no pudo tocar.” Patxi da más detalles para explicar por qué fue un concierto especial: “Tuvimos la suerte de que ocurriera y de que Charlie Harper (cantante de U.K. Subs) cantara la de “Endangered Species” con los NCC, que eso fue sublime.” El mismo Patxi añade un concierto más a la lista: “Otro que fue de auténtica traca fue el de Chingaleros.” Los madrileños pillaron la operación salida al comienzo de su viaje y, después, se perdieron en Barakaldo. Tuvo que ir a buscarlos alguien de Atom Rhumba, como recuerda Patxi, pero nadie se movía del bar porque todos querían verles en directo: “creo que eran las doce de la noche y aparecieron con los amplis por las puertas del Edaska, montaron en diez minutos y fue una descarga de 25 minutos acojonante. La gente salió de allí alucinando. Ese día fue especial también.” Tanto Manu como David y Patxi coinciden en otro nombre a destacar: The Lurkers. “Desde que llegaron hasta que se fueron fue todo un puto descojono,” dice Patxi. Los británicos cantaban una canción, “Freak Show”, que casi parecía un himno escrito para Another Freak Production!! Manu se acuerda de los 250 pavos de pérdida que dejó aquel concierto, pero tampoco parece que le duela mucho. El bolo tuvo lugar el 6 de mayo de 2006 y lo promocionaron como “genuino punk-rock del 77,” destacando que era la primera vez que actuaban en Euskadi. Fetish Kafe hicieron de teloneros. David, al día siguiente, se fue con ellos en la furgoneta, en un viaje que Patxi, entre jojojos, califica de “episodio”. David: “Eso fue un sábado. Luego nos fuimos con ellos a Madrid. Al día siguiente, domingo, tocaban en el Gruta 77.” Patxi sigue haciendo memoria y se acuerda de un domingo de verano en el que programaron a una banda de nombre entrañable, The Urinal Mints, punk americano que no levantó, al parecer, mucha expectación en el pueblo: “Estábamos ocho contados, y contándome a mí y al Gallego, que también pagamos entrada.” Sigue Patxi: “Unos chavales súper majos. Hacía un día de verano, no había nadie. Y nada, salieron a tocar con dos cojones. Se disfrazaron, el batería tocó en una banqueta del Edaska, no tenía ni silla. Y venían con un pipa que curraba en el circo, curraba en el circo metiéndose fuego por la boca, típico palo para echar fuego, y el tío estaba empeñado en hacerlo en el Edaska, y tuvimos que estar convenciéndole para que no lo hiciera: a ver, tranquilo, que estamos ocho, que no, joder, que yo lo hago, que tal, y nada, luego fuimos al Tubo, unas risas, nos regalaron de todo, el batera tenía un garito, que era colega del GG. Fue una noche bastante curiosa y divertida. Se tomaron algunas en El Tubo y arrearon en la furgo a dormir en cualquier lado, por la noche, camino de Francia. Muy majetes.” 

Esta última historia, en realidad, sirve para ilustrar el espíritu principal que caracteriza a este proyecto colectivo. El componente humano es fundamental: “compadreo y compañerismo,” lo llama Manu. Por supuesto, el ejemplo más claro es el de Nuevo Catecismo Católico. El propio Manu los elige para explicar lo que quiere decir. Me cuenta como, sin exagerar asegura, Patxi habrá visto a los NCC cerca de 300 veces en directo: “Cuando yo les vi por primera vez, Patxi ya les había visto 100, no bromeo.” No bromea y se equivoca por poco. Patxi puntualiza: “A NCC 300 veces no, pero más de 200 sí tengo contabilizadas. Hubo una época que era verles viernes, sábado, viernes, sábado, viernes, sábado. Era todo bolazos, por todos lados, con Discípulos, Señor No, en Guipuzcoa era un no parar… Sí, más de 200 sí les he visto.” El propio Patxi me explica que sí, que la amistad que nació entre ellos y los guipuzcoanos es el mejor ejemplo del valor que ha tenido lo que han venido haciendo en estos veinte años. Quizás por eso, NCC serán los protagonistas del cumpleaños friki, pero también la banda con la que compartirán el escenario de El Mendigo este próximo sábado serviría para ilustrar el “compadreo y compañerismo” del que hablaba Manu. Él mismo nos explica cómo la primera vez que los Telepath Boys subieron a tocar a Euskadi lo hicieron en una mala fecha, un puente o festividad, algo así: “No tenían promoción ni nada…,” explica Manu, “ y les echamos un cable. Dieron un concierto ante unas 40 personas, que no está mal. Se fueron con la maqueta de Porco y una promesa.” Desde entonces, Castellón, de donde venían y vienen los Telepath Boys, se convirtió, en palabras de Manu, en el sitio “donde mejor acogida y aceptación hemos tenido los Porco… si no el mejor, de las mejores.” Por eso, “ya que no pudieron venir al Pulpofest,” Manu se alegra de que el vigésimo aniversario les ayude a cerrar el círculo. Hay más ejemplos de esta variable cordial, por supuesto, como la intensa y fructífera relación con Asta Kask. De hecho, la duradera amistad con los suecos llevó a Another Freak Production!! a colaborar en conciertos que tenían lugar fuera de Barakaldo, como cuando, el 31 de Mayo de 2008, ayudaron a organizar el concierto de Asta Kask junto con Haggish y Mentes Enfermas en el Kafe Antzokia de Bilbao. 

No todo fueron bandas internacionales y anécdotas con nombres de grupos difíciles de pronunciar. De hecho, además de todas esas primicias, en el currículo de Another Freak Production!! destaca, sobre todo, el apoyo a la escena local. Ellos mismos se sienten orgullosos del número de bandas locales que aprovecharon la coyuntura para tomar la alternativa. Mientras me lo explica Manu por teléfono, buscando un ejemplo, se acuerda, quizás porque sabe que es una banda que le gusta al que le pregunta, de los Last Fair Deal, quienes, según él, debutaron en un bolo con Tupanca Corral en el Edaska. 

Aquella época terminó como terminan todas las cosas, de alguna manera, casi sin darte cuenta. Pero no significó el final de Another Freak Production!! Ahora, como dice Manu, se dedican a “hacer cosas puntuales” y pone como ejemplo que colaboraron para organizar el histórico bolo de los suecos Baboon Show en el recuperado escenario de El Mendigo este mismo año de 2018. Que El Mendigo haya vuelto a programar, precisamente, es una de las razones por las que ya no tiene tanto sentido que Another Freak Production!! continúe con la intensidad con la que se mantuvieron en activo durante los dos primeros lustros del siglo XXI: “Haremos alguna cosilla más puntual, si sigue animándose El Mendigo, por ejemplo, pero precisamente ahora ya no tiene tanto sentido. Hay bolos en los bares, en el Tubo, la Riojana, el rollo tan guapo que se monta en fiestas. Con el cambio en la normativa ya no es lo mismo,” se justifica Manu, que, de paso, pide relevo generacional, gente nueva, sangre fresca, alguien que abrace el mismo espíritu emprendedor y acepte tomar los riesgos que ellos tomaron, con alegría y amor por la música. Patxi lo resume así: “y… bueno, creo que al final pues hemos hecho una labor que ha estado bien. Ha habido altibajos, cansancio… Ahora estamos haciendo alguna otra cosita, pero bueno, orgullosos sobre todo de la amistad que hemos hecho con un montón de gente y que a día de hoy todavía perdura.” Y termina, sin dramatismo, con normalidad: “Y eso, pues sí, ha estado bien, no sé desde fuera cómo se habrá visto esta labor, pero bueno…” Manu cierra recalcando lo principal, lo que queda de toda esta experiencia: “Lo que más me gusta y me gustaba de esta historia es/era que la idea fue puntual, porque no teníamos ni idea de nada… actitud y muchas ganas… Y con hacer un bolo, mientras no habría nada que hacer, ni otro bolo al que ir, lo montábamos. Y lo más importante, la producción la hacían fans de manera desinteresada que pagaban/pagan su entrada.” Poco más se puede añadir. Quizás que, como diría David, en este pueblo, “somos gente de celebrar,” conciertos y cumpleaños, o ambos al mismo tiempo. Pero aquí ha quedado bien demostrado que, además, algunos, sin esperar nada a cambio, se curran ellos mismos las celebraciones. 

Todo esto se festejará el próximo sábado, 24 de noviembre de 2018, en El Mendigo, calle La Felicidad, casi en la esquina con Juan de Garay, puto centro de Barakaldo. Si aún no has pillado entrada, igual te quedas sin ella. Si habéis llegado hasta aquí después de leer todo lo anterior, no os sorprenderá que, para la ocasión, la banda elegida para cantar el cumpleaños feliz sean los Nuevo Catecismo Católico, una banda que, hace poco, celebraba veinticinco años de vida y nos quedan otros tantos de insistir e insistir en que, de una puta vez, se les reconozca la clase y el mérito que han atesorado, sin aspavientos ni chorradas, durante esa larga carrera. Les acompañarán los castellonenses Telepath Boys, cuyo regreso esperaban con ansias muchos. Después del concierto, como no habremos tenido bastante, Paco Roca y Gonzalo Ibáñez pincharán buena música. Toda la información la tienes en el colorido y admirable cartel que se ha currado Txori, un artista al que podéis seguir en su web Al mal tiempo, buena arcada. Y no queda más que decir. Solo que, la próxima vez, para el 40 aniversario, espero entrevistar a estos tres en persona y dejarme de ostias y aparatos tecnológicos. Esta semana he acabado por constatar que odio profundamente el teléfono. Transcribir audios de WhatsApp, hoy en día, era lo que me faltaba: una tortura china. Pero ha valido la pena. Se nos llena la boca de nombres que no sabemos pronunciar y, a menudo, la peña que merece un aplauso, un reconocimiento, que hace cosas extraordinarias, está aquí mismo, a la vuelta de la esquina, con nombres y apellidos que sabes pronunciar y que nunca aparecerán en la wikipedia ni en un biopic de Netflix. Historias como ésta deben ser escritas, sobre todo, cuando suceden, han sucedido, y encima, durante veinte años consecutivos. Que sean más. 



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