Desorden



Llegabas y ahí estaban, a la fresca, sentados en el muro, como tomando el sol. El batería comía arroz inflado o algo así y el resto hablaba, de lo que fuera que hablaran. Dentro, con el garito vacío, te encontrabas con los dos pies de micro en el suelo, fuera del escenario. Es decir, las intenciones claras desde el principio, los Desorden necesitaban el espacio. Luego pedirían también la motivación del público. Pero no les hizo falta. Y eso que recurrieron a la provocación y todo llamándonos "puretillas", que yo estaba al fondo pero el puñal llegó. Llegó antes el público con ganas, y ellos que andaban probando, acabaron por resignarse: "No íbamos a empezar, pero ya que habéis entrado." Y siguieron hablando hasta que se escuchó al batería poner orden: "Vamos o qué." Y fueron. Entrando primero la bajista, que trepa por la médula hasta cogerte la conciencia por sorpresa. Si empiezan así, la cosa promete. 

Ahora viene la revolución: no te voy a desgranar el concierto. Paso, lo hago siempre, esta vez no. Te puedo decir que le cantaron al Matadero y al Arana y con la segunda aprovecharon para celebrar también al Tubo, donde se les acogía. Te diré que tuvieron invitado para cerrar concierto con el "Todo por nada" de MCD y que el batera se luce en "Etsipena". Te diré también que "Desorden" les queda de tatuaje y que bordaron el "Mil amores" de Generación Suicida. Pero no te voy a decir nada más. La cantante lo dijo en un momento: "¡Esto es Desorden!", celebrando los acoples, las gambas, los problemas con el grano de la distorsión. La tía miraba desafiante, de izquierda a derecha, de frente y de espaldas. Hipnotizaba. Reclamaba lo que dan: déjate de ostias y a la yugular. Y es que es así: hay que verles en directo y olvidarse de la edad que tienen y de lo que te digan los plumillas puretillas y bocachanclas como éste que riman palabras como si eso fuera magia o una llave allen que aflojara las tuercas que nos faltan por perder. No, ellos son pura actitud y buenas canciones de poco metraje y mucha metralla. Tienen lo que se tuvo antes y lo que estamos deseando que se siga teniendo en el futuro, aunque no lo haya. Así que, termina de leer este párrafo si te metiste en esta emboscada pero ya está, después, sal de la trinchera y métete en el pogo de cabeza.






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