Rock and Roll



Antes de escribir, he ido y he leído lo que escribí de ellos aquí mismo hace como un año, fue en mayo, del pasado. Leerse a uno mismo, a veces, es como escucharte en una grabación, que tu voz suena ridícula, más aguda, y ya sabes que tiene una explicación científica, o física, lo que sea. Pues leer, igual. Suena fatal. 

Así que he prometido que esta vez no iba a hacer chorradas como usar el francés, hablar de mi cadera o jugar a ser ingenioso con los dobles sentidos. Voy a ser un profesional de tomo y lomo. Sobre todo, de lomo, embuchado. Ya lo he vuelto a hacer. Ya no más. 

Otra cosa que me sorprendió, ya incluso desde el propio concierto, antes de venir aquí y deglutirlo, fue que hay canciones de estos tíos que han pasado a formar parte de ese tejido íntimo que usamos incluso para reforzar amistades. Bustinza y un servidor nos pegábamos con el codo cuando sonaba "Cadaveritos" o decíamos que sí con la cabeza con "Je Suis Athée", porque lo compartimos, porque estuvimos la primera vez que les vimos en El Tubo, en mayo, del pasado año, y ahora, en la segunda, junio, del presente, esas canciones ya forman parte de nuestra memoria compartida y se hacen guiños y hasta coñas. Esto es bueno, creo.

En esta ocasión, como siempre, supongo, los King Kong Blues arrancaron sin guardarse nada, con "Macache pour le cache" y una "Jerry Lee du Jackpot" que desde el título hasta la ejecución, ya te deja claro por dónde van a ir: del blues al rock, de Chuck Berry a Robert Johnson y de ahí al infinito y más allá. Hicieron el "Hoochie Coochie Man" de Willie Dixon muy al principio, tirando de riñones para ajustar las guitarras, justo antes de uno de los puntos álgidos del concierto cuando encadenaron "Flash Back" y "Ma part sombre", canción para la que uno de los dos guitarristas se sacó una casera, al estilo Bo Diddley, prensada la tapa de la caja con lo que parecía una placa de matrícula. Tiró de slide para tocarla y el regusto a hierro enervó aún más la canción. "Annie" tiene un cierre monumental y el cantante tira de dientes y garganta para tragarse el micro hasta la úvula, algo que no le hace falta repetir en una "Le Train" que suena turbia y enérgica. Triunfó una "Defonce Man" con guitarrista alocado brindándose al público, justo antes de atacar en castellano la ya mencionada "Cadaveritos" y enganchar con una "Rumble in the Jungle" que no sé si tendrá algo que ver con el combate de boxeo o no, como creo que no tiene nada que ver con Billie Holiday el "Strange Fruit" que también tocaron. Terminaron con "King of Clowns" pero en el bis sumaron tres más, cerrando, como ya hicieron hace un año, con el "No Particular Place to Go" de Chuck Berry, donde el acento francés pule aún más las complicadas partes vocales. 

Lástima que no hubiera más público y más enardecido de lo que estuvimos los que allí nos reunimos, porque hubiera sumado al concierto. Ellos lo pedían pero aunque no lo consiguieron del todo, no dejaron de tocar con la misma vehemencia. Estuvieron, además, muy cercanos y platicantes, atropellándose los unos a los otros, y practicando un castellano que han mejorado desde la anterior ocasión, hace un año, en mayo, del pasado. Creo que cuando tocaron "We Are Nothing" anunciaron que era un anticipo de su próximo disco, disco que, al parecer, está ya en faena, porque, según explicaron, han aprovechado el viaje para grabar en Bilbao con Martín Guevara. Parece una apuesta a caballo ganador. 

Alguno se preguntaba si la gente estaría viendo a Guadalupe Plata y por eso la platea de El Tubo estuvo un poco más desamparada de lo habitual. Bueno, pues no. Nos dio tiempo a llegar a la Santana cuando los de Úbeda, Jaén, tocaban la última, que justo bajaba por las escaleras Iñigo Cabezafuego, me pareció, y no, no había tanta gente como para pensar que los que faltaban en El Tubo estuvieran allí. Dos o tres más se tocaron los Guadalupe Plata en el bis, como si supieran que habíamos llegado tarde y nos quisieran regalar una compensación. Tiene gracia que en un día viéramos a dos bandas con el mismo formato, dos guitarristas y batería, y que, al mismo tiempo, rondando las parcelas del blues, ambas fueran tan distintas. Las comparaciones son odiosas, y más aún, cuando del segundo solo disfrutamos del postre, así que no lo haremos. 

Lo gritaron ellos al final y lo repetimos nosotros ahora: ¡Viva Burdeos! Si me dan a elegir entre el vino del chateaux y otra sesión con estos, no tengo la menor duda, me subo a lo más alto de la catedral de Saint André para ahuyentar aviones con este gorila del rock and roll. Espero que vuelvan el año que viene, en jornada laboral, como parece que están convirtiendo en costumbre, que sienta mejor, y que lo hagan con disco nuevo. Del miércoles de mayo del año pasado al jueves de junio del año presente se les vio macerados y mejorados y eso invita a querer que vuelvan el año que viene, el mes que quieran. 

Comentarios

Unknown ha dicho que…
Pues Muchas gracias amigo! Un papel de puta madre, que pondremos en nuestra bio Española (si nos permites ? ) y al año que viene !!! Un abrazo fuerte de KKB
Holden Fiasco ha dicho que…
gracias a vosotros. no hay problema, ponedlo donde queráis
Unknown ha dicho que…
Hola compadre, tocamos jueves en la Nube !

Un abrazo

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