El club de los quince



Vamos a ponernos serios, tío. Dos deseos pediría para 2015: uno, quedarme ciego repentinamente cada vez que en televisión anuncien un perfume (sobre todo, en Navidades). Yo ciego, por un instante; las voces en off, mudas. Dos: por dios, que diría el que cree, por Diego Armando Maradona, el que lo hace en otros dioses, que alguien invente unos auriculares de botón con un cable que no se enrede. Si Murphy repasara sus leyes, añadiría una nueva, cada vez que guardas los auriculares en el bolsillo, los sacas hechos un ovillo.
No es suficiente, más serios aún: me estoy comiendo un polvorón, lo juro, ¿no vale eso?
Más, más, más serios aún, que es casi Xmas: had una lista. ¿Una lista? De lo mejor y de lo peor del año, las diez mejores gasas esteriles del mercado, cincuenta canciones perfectas para hacer de vientre en un retrete móvil, yo qué sé. Una lista, la lista. 
Y yo voy y lo hago porque tengo solo una tradición navideña que sigo a rajatabla: decir que no voy a hacer algo y hacerlo. Pero este año me he puesto tan serio que se me ha fruncido el ceño tan fuerte que tan tan gao, colega, te creías que no, pero aquí está: mi lista de lo mejor del año 2014 y encima me he tomado el empeño de asegurarme de que los discos fueron publicados en el año que se esfuma, pero ya no en los estadios ni en los txokos. 
Vuelvo a repetir lo de todos los años: que yo he seguido pasando de Uncle Tupelo a Bruce Springsteen, de Eskorbuto a La URSS, de The Smiths a The Remains sin importarme la cronología, biografía, tipografía o cacofonía de los discos. Así resulta difícil redactar una lista aunque lo hagas con los cuadernillos de rubio. Pero lo he hecho, y no estoy orgulloso; si saco pecho es porque se sale solo. 
Cuelgo los nombres de la banda y el disco, los pongo en negrita, intento ser resumido en mi glosa, añado un vídeo si procede o puedo y termino la introducción diciendo que hubo muchos que se quedaron cerca de entrar entre los quince primeros, gente como Tom Petty, Lucinda Williams, Willie Nelson, The Hold Steady, Dulce Pájara de Juventud, Ty Segall, Ought, Allah-Las... pero todos no entran o entraban y además son más los que he olvidado que escuché y hubiera metido en la lista, así que qué más da. 
Son quince, termino, porque es la media de gente que se asoma por este blog si no se hace publicidad de la entrada, y pense que la filosofía de "una para cada uno y todos contentos para casa" quedaría bien. 
Y, por último, debe ser verdad eso de que el orden de los factores no altera el producto porque puedes ponerlos en el orden que quieras que seguirán haciendo quince y a mí me dará lo mismo. He optado por el alfabético y terminamos antes. 
¿Puedo ser más serio en esta época del año?
Claro. En nochevieja alquilo traje, zapatos de charol y me engomino la calva. Canto villancicos en tu ventana y me apunto al cotillón del hotel de turno. ¿Suficiente? Más circunspecto y me sale un inspector de hacienda por la axila izquierda. O de la SGAE.  


BAKELITE   AZERIAK
Me costó tanto conseguir el disco que, a poco más, y me como las uvas sin haberlo oído. Como son bilbaínos, con poco se bastan para hacer mucho. Si en lugar de darles una guitarra y una batería, les hubieran dado una pala y un cubo, habrían construido San Mamés lo mismo que escribieron "Azeriak". Me quedo con "Begiak Itxita" o "Basoa" o "Indarra" pero como "Azeriak" es la que he encontrado en el youtube, pues cuelgo ésa:




CHUCK E. WEISS   RED BEANS AND WEISS
Pues entro casi que el último, asomando la cabeza por la puerta como quien quiere sumarse a la fiesta porque hay birras y un sofá. No sé, el disco me ha resultado resultón y me ha hecho gracia. Sé que no es una gran crítica, pero si alguien hace una lista de las cien peores críticas del año, seguro que ésta la encabeza. 




CONOR OBERST   UPSIDE DOWN MOUNTAIN
Bueno, Oberst siempre ha sido una debilidad. Además, me gustó su concierto en Bilbao y aquello me liberó del disgusto que me pillé del anterior. Si vuelvo a contar una vez más que me lo tropecé en una librería de Omaha, el que va a tropezar al borde de un desfiladero soy yo, así que, simplemente, admito una vez más que Upside Down Mountain me parece un acertado regreso al Oberst más orgánico, si es que alguna vez se fue. Por cierto, si os queréis librar de la distópica intro del principio, pegadle al minuto 2:34 más o menos y empieza la música. 




HURRAY FOR THE RIFF RAFF   SMALL TOWN HEROES
Recomendados por alguien que sabe más de densos libros con tapas duras que yo de hacer "oes" con un canuto, me temía que fuera un coñazo contemplativo y ombliguista. El nombre, encima, me ponía nervioso. Ni lo uno ni lo otro, sí, tiempos medios, raíces que ni Kunta Kinte, pero sorprendente y más frescos que una mirinda servida por una camarera con patines:




LOS ENEMIGOS   VIDA INTELIGENTE
Son buenos hasta cuando duermen, porque cuando trasnochan son angelicales... vaya chiste sin gracia ninguna ni sentido ni menaje ni la menor importancia. E inteligentes, eso sí, como la vida misma, que después se lo proponen, y retratan en revoluciones por minuto. Su vuelta al estudio, como el regreso de Los Plomos, el estreno de 2lería o mis progresos con las castañuelas, ha sido de lo mejor de este año musical:




LYDIA LOVELESS   SOMEWHERE ELSE
Con acústica o electrificada, me da igual. Parece más seria que mis listas, y sus canciones, por eso, caen como el plomo (¿Los Plomos?, ¿otra vez?) por la garganta, pero mola, que es un verbo como otro cualquiera mientras no vaya cuantificado por una metafórica herramienta de mano:





NOVEDADES CARMINHA   JUVENTUD INFINITA
Por qué no decirlo, me quedo con Jódete y baila aunque Juventud infinita sea mejor, o peor, o como si esto tuviera un baremometro. Los gallegos suenan más garajeros y menos punkarras, suenan mejor, suenan toñas en la nuca, chistes malos, poesía de servilletero y los parches y las cuerdas como si fueran la puta crema:




OFF!   WASTED YEARS
Te pones el último disco de Off! cuando te duele la cabeza y si no se te va es porque no te dolía. Lo de Jack Black y todo eso, es solo de postre:

 


PORCO BRAVO   PORCO BRAVO
Ya vuelan tan alto que si miro para abajo me mareo. Yo, ellos seguro que no. Como ejemplo: mientras yo paso el rato escribiendo esto, ellos deben andar bebiéndose el cielo en vaso de chupito con los Turbonegro. Poco más puedo añadir que no haya dicho ya en este blog donde les hemos dado tanta cera que no me extraña que arda tan bien la bengala y que entre tan bien por donde entra. Eso sí, toda bien merecida, a mi humilde parecer y como he intentado explicar en este blog con mi habitual acoso al verbo y la borla en forma de adjetivo. Igual de merecido es que se encuentren en esta lista, aunque más que un orgullo les va a sonar a perogrullo:





SHOVELS & ROPE   THE DEVIL IS ALL AROUND
Ni son los Bakelites de Charleston, ni los bilbaínos son los Shovels & Rope del botxo. Pero como los dos son dos y por lo tanto números primos y pares, pues por eso lo he dicho, y dicho esto, solo falta decir que aún me acuerdo de que conocí a esta banda por la serie de televisión Nashville. Y poco más. Ah, sí, que me quedo con el anterior, O Be Joyful, pero me sigo quedando con ellos:




ST. PAUL & THE BROKEN BONES   HALF THE CITY
Lo dijo Mike Farris frente a la ría de Mundaka y el rodaballo que se zampaba Perru Trucker y me quedé con la copla. Fue ir a la red de redes y quedar prendado de los vídeos que habían ido colgando los de Alabama. Les costó sacar y costó aún más que yo me hiciera con él as que guardaban en la manga, pero, finalmente, llegó Half the City y la impresión general, personal y con dos cojones porque lo suelto aunque no tenga ni puta idea, es que se les fue un poco la mano con el maquillaje, pero aparente queda:



 
STURGILL SIMPSON   METAMODERN SOUNDS IN COUNTRY MUSIC
Descubierto a última hora por mediación de una corporación de hadas resabidas que me traen la anunciación, escuchar a Simpson es como leer una enciclopedia en braille. Aún sigo intentando palpar las canciones como si estuviera buscando un tesoro en el fondo de un duna en medio del desierto. Si encima me cuentas que esa (perdón por adelantado) puta máquina que está tocando la guitarra detrás de Simpson no empezó tocando en ningún tugurio de Austin porque se llama Laur Joamets y es de Estonia... entonces ya... más puntos suspensivos...




THE DELINES   COLFAX
Sí, vale, me dices Willy Vlautin y segrego, pero no soy yo el que ha hecho que los The Delines estén cerca de ser adoptados por el imperio británico. Yo aún no les he visto en directo, pero ellos ya se conocen Inglaterra, Irlanda y Australia como si fuera Patty's Retreat. Vamos, que no soy yo:




THE OLD 97'S   MOST MESSED UP
Me sorprende verlos en vevo (fíjate tú que no hubiera quedado mejor con otra consonante bilabial), pero me alegro por ellos. Los de Dallas, veinte años ya en esto, han dado en la tecla acertada, después de grabar con Waylon Jennings o crear, junto con otros, por supuesto, lo que se llamó la generación No Depression, etiqueta que probablemente repelan como se repelen las cargas eléctricas del mismo signo, siguen escribiendo canciones y pagando la cuota de socio del club del rock (donde no me dejan entrar, por cierto). Irregulares pero jocosos en las letras, con una sinceridad tan sarcástica que aplasta estribillos, como en una "Longer than You've Been Alive" que crece y se desinfla, bucea y se desliza como parece que solo puede hacerlo una banda de rock del calibre y el bagaje de estos cuatro tíos. Si me ponen esa línea de bajo en el cerebro durante una noche entera, me despierto envuelto en llamas y con la cabeza en forma de martillo, te lo digo:





TIPARRAKERS   MUY FUERTE
Sal de esta entrada y léete la anterior, no, la siguiente. Bajo el título de Tipafilaxia, que no es una enfermedad contagiosa, o puede que sí. Ahí tienes todo lo que puedo contarte sin estropearte el final. Aquí, la canción que cuelgo es la que puedo, la que está en internet. En este caso, "J.Jimenez", con ese comienzo que amenaza con tormenta a lo "For Whom the Bells Toll", pero se desmarca pronto para pillar una carrerilla más electrizante que la del caco en cuestión. 
 




Y con esto, y teniendo en cuenta que, aunque se esté convirtiendo en tradición ante la falta de horarios más sanos, son las dos de la madrugada (en realidad, son ya las 2:48 y hay un concierto de jazz en la ETB2) y mañana amanece otra vez temprano, me voy con el daño ya hecho. Y, por cierto, si alguien quiere corregir, enmendar, glosar, patear o contribuir con su propia lista, invitado o invitida está. 

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