No Harmonica at Work

A veces pienso que me van a echar del curro un día de estos.
No será por escuchar a Five Horse Johnson en la oficina.
Pero, a veces, pienso que sí.
Me echarán porque no valgo.
O porque valgo mucho.
Pero no por escuchar a Five Horse Johnson mientras me quedo ciego
delante
del ordenador.
Pero, a veces, yo pienso que sí.
Y cómo voy a resistirme
si tengo
la mesa llena de papeles que no entiendo
y parpadea la pantalla
y si no me meto tralla
un día de estos me van a encontrar tieso
con la mano en el ratón
y el cordón
rodeándome el cuello.
Si no dejo
que Johnson y sus cinco caballos
galopen por mi oficina,
me dediquen un solo de armónica,
me movilicen la fibra
voy a acabar por arrojarme al vacío
y eso que las ventanas de la oficina no se abren del todo.
¿Por qué?



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