(PESAO!)

Últimamente estamos de racha. Creo que con el que se aproximan, serán ya tres fines de semana consecutivos con compromisos musicales. En alguno de ellos, hasta por partida doble. De alguno, he dejado constancia aquí, disfrazado de crónica musical.
Digresión: hoy he encontrado una noticia en el periódico que hablaba sobre la última novedad literaria en las librerías. Marc Saporta se ha inventado un artilugio de lo más postmodernista ahora que lo postmoderno se concentra en los anuncios de lencería y perfumería. Consiste en un estuche repleto de folios que contienen historias y que tú debes barajar y desordenar para después leer con el orden caprichoso de tus manos. En la noticia, como no, se recurría al Rayuela de Cortázar. Yo me he acordado de John Barth, el padre de la metaliteratura. Su mujer decía que su primera novela la escribió así. Desperado porque no encontraba el hilo de unión, su mujer le invitó a que lo mandara al editor tal y como lo tenía. Y pum. Se inventó una novela. Voy a hacer lo mismo con las entradas de este blog, ¿que no? ¿Que mejor excusa? Se acaba la digresión.
El caso es que el próximo se presenta también ocupado, porque al menos este viernes, cumpliremos en el regreso de Porco Bravo a los escenarios locales. Me pierdo a los Layabouts, a los que tengo ganas de ver desde que se cambiaron de peinado, pero otra vez será.
Y con tanto concierto, me acordé de otros que sucedieron hace mucho tiempo. De alguno de aquellos conciertos exóticos (cachondo!) y oscuros (miedica!) que viví cuando me hice las américas para buscarme un porvenir que no encontré (traidor!). Me acordé del concierto de Q And Not U, pero de estos no hablaré porque pasaron a mejor vida allá por 2005. Christopher Richards es ahora crítico musical del Washington Post y mantiene un proyecto en solitario que se llama Ris Paul Ric. Aún me acuerdo de su cara de asombro cuando le dijimos de dónde veníamos. Y tengo el disco por ahí firmado, y aún me duele la cabeza de la decena de heinekens que me tuve que tomar para integrarme (exagerao!). Pero de ellos no me acordé, la verdad. Ni del concierto de David-Ivar Herman Düne en una heladería que me lo guardo para otro día. En concreto, vamos al grano, me acordé de aquel concierto de Little Brazil en el Sokol Underground de Omaha, Nebraska, esquina Martha Street con la 13. Recuerdo una tarde que aparqué el coche lejos y me fui andando hasta allí. Me perdí. Me metí en un tugurio cerca de James Lynch Park y hablé de blues con un orondo anciano sin ánimo de escuchar que me provocó una dislocación de asentimiento.
Recuerdo el concierto con lucidez. Y eso que seguí el mismo proceso de integración que en el concierto de Q And Not U. Los de Landon Hedges acababan de formarse como quien dice y presentaban su primer lp, "You And Me", que contenía un single, con el mismo título del lp, muy pegadizo y popero, prometedor pero con fecha de caducidad. Eso sí, llegó hasta aquí, hasta esta costa nuestra tan fría y lluviosa, aunque fuera de estraperlo y sin mucha repercusión. Pero nosotros dos lo compartimos como amuleto durante mucho tiempo, lo metimos en nuestras playlists y hasta le hicimos un huequillo en nuestro recopilatorio sentimental. Desde entonces, han sacado un par de albumes más. Van a uno cada dos años, como Doctor Deseo, aunque estos ya vayan por el decimotercero, y pronto prometo una entrada ñoña (ñoña por mi culpa) (ñoño!) sobre ellos. Si siguen con el promedio, les debería haber tocado en 2011, pero no lo hicieron. Tienen un twitter, y veo que siguen tocando, aunque no se alejen mucho del medioeste y piden que se cruce los dedos por ellos porque parece que les tocará en 2012. Yo ya los tengo cruzados, aunque sea difícil teclear así.
Voy a colgar un par de videos. El primero es aquel mini-éxito llamado "You And Me" del que supongo que estarán ya hasta los mismos, digo yo, pero que quizás no se conozca por aquí (ya hablé de ellos en el blog, que me acuerdo, pero me da pereza rebuscarlo) (vago!), el segundo, es una canción más reciente, aunque no sé de qué álbum en concreto (vagoooooo!). Pero bueno, ahí están, el resto, si gusta, es ponerse a rebuscar en la marisma de la internete. Si os da, igual hasta os adentrais en el mundo musical de su ciudad, Omaha, y descubrís a otros muchos grupos con distintos estilos que merecen la pena, desde los que hicieron fama internacional, Bright Eyes (y sus diversos proyectos), Tilly And the Wall, The Faint, Cursive, hasta otros que aún no han cruzado el charco, o, si lo han hecho, se ahogaron al hacerlo, tales como 311, The Good Life o Son, Ambulance (flipao!).



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